Entrevista > Reyes Royo / Capitana de la UME (Tortosa, Tarragona, 17-octubre-1988)
Reyes Royo, capitana de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha permanecido en las zonas más afectadas de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) desde el primer momento, “intentando hacer nuestro trabajo: salvar vidas”. Nos relatará la situación que encontraron tras el devastador temporal, cuánto tardaron en acudir y cómo se han coordinado con los otros cuerpos de seguridad.
“Desde que llegamos a la zona no nos hemos ido en ningún momento”, remarca, desmintiendo bulos extendidos en las redes. “¿Cómo nos vamos a ir? para nosotros era muy importante llegar a todos los ciudadanos”.
Reconoce, sin duda, que es lo peor que han visto sus ojos. Los vecinos les pedían auxilio, y les socorrían siguiendo las fases establecidas: búsqueda y localización de víctimas, limpieza de los viales, vaciado de garajes…
¿Cuándo os dicen que hay que actuar?
Alrededor de las 16 horas del mismo 29 de octubre, al saber de las fuertes lluvias de Utiel-Requena. Ya nos prealertaron, que estuviéramos cerca de la base de Bétera, donde ya había un equipo de quince personas para actuar con la mayor brevedad.
Se activó entonces el subgrupo táctico Alfa, que se desplazó a esa zona, mientras que al Bravo, que yo comandaba, nos ordenaron dormir en la base, para salir en cualquier momento. Seguidamente, cuando llegó gran cantidad de agua a Paiporta -con las calles anegadas-, una tercera sección se dirigió hacia allí.
«Desde que llegamos a la zona no nos hemos ido en ningún momento, ¿cómo nos íbamos a ir?»
¿Lo que has visto y vivido es el horror?
Efectivamente. Estamos preparados e instruidos para salvar vidas, pero este tipo de situaciones… Cuando te encuentras tal volumen de posibles víctimas, no es nada agradable, porque dependía de mi rapidez, perspicacia e ingenio el hallar el mayor número de personas vivas. En mi cabeza no paraba de decirme: “¡espabila, reacciona, actúa, la gente depende de ti!”.
¿No te afecta?
Sí, pero es mi responsabilidad, mover las unidades, saber qué medios emplear, no perder tiempo en pasar las incidencias, porque entraban diez cada minuto. Ni siquiera pude montar el puesto de mando, pues eran constantes los avisos.
¿Cuántos estabais en los primeros momentos?
Acudí con dos secciones de cuarenta personas cada una, y no solo fuimos a Paiporta, porque mucha otra gente necesitaba ayuda. Intenté diseminar (dividir) los pelotones para que evaluaran el estado de otras localidades, ya que no sabíamos dónde había hecho más daño la DANA.
«Claro que afecta, pero es nuestra responsabilidad: mover las unidades, saber qué medios emplear…»
¿Por eso muchos se sintieron abandonados?
Puede ser, pero debíamos evaluar los daños, saber dónde ir, las zonas más afectadas. No parábamos de recibir incidencias e intentábamos atender las más graves. Las más básicas de un ambulatorio había que resolverlas.
Aquellos, por ejemplo, con tratamiento de quimioterapia les llevábamos el medicamento, al igual que los ancianos que precisaban de oxígeno. Asimismo, había que achicar a personas atrapadas en garajes, lo cual hicimos mediante el equipo de buceadores.
¿Eran necesarias más unidades?
Mis jefes lo sabían, porque reportaba todas las incidencias que iban sucediendo. Se estuvieron preparando más y vinieron rápidamente. En los pueblos había tantas calles dañadas, teníamos que evaluar cada una de las viviendas, cada uno de los coches…
Se tarda mucho tiempo, no podemos dejar de sectorizar y organizar; por donde pasa la UME es zona que dejamos segura. Les puedo asegurar que hemos estado desde el primer momento y hemos colaborado con los cuerpos y fuerzas de seguridad.
¿Cuáles han sido las actuaciones más dramáticas?
No las viví en primera persona, porque eran tantas las incidencias que no podía abandonar el puesto de mando. Intentaba ser lo más efectiva y rápida posible para que la ayuda llegase en el momento.
Un compañero, el conductor del teniente coronel, estaba en el túnel de Benetúser veinte minutos antes de la activación. Se quedó, vio una grúa cerca, se ancló al cable y junto al conductor pudo rescatar a dos o tres personas.
«No puedo evaluar si se hubieran podido salvar más vidas, pero sí que hemos hecho lo máximo posible»
¿Os sentís héroes?
En absoluto. Es nuestro trabajo y no me siento para nada una heroína. Quiero llegar a todas las personas, ayudarles, y por las circunstancias no lo hago. Por ello, desde primera hora de la mañana estoy coordinando las máquinas, las acciones de los buceadores, la limpieza de los supermercados y nuevas incidencias, como desatascar las tuberías antes de que vuelva a llover. ¡Estamos por y para el pueblo!
¿Se podrían haber salvado muchas más vidas?
No tengo la manera de evaluarlo. Sí puedo decir que hemos hecho lo posible por salvar el máximo número de vidas, no solo nosotros, sino igualmente bomberos, Guardia Civil, policía…
¿Hasta qué día os vais a quedar?
La UME estará el tiempo que sea necesario; hacemos turnos de doce horas, mañana, tarde y noche, y no nos hemos movido.