Entrevista > Carla Ortuño Andreu / Publicista (Orihuela, 27-diciembre-1999)
El pasado 29 de octubre fue un día catastrófico, en que las lluvias llegaron a superar los setecientos litros en veinticuatro horas en puntos del interior de València, dando lugar a un cauce voraz en ramblas, barrancos y ríos, que terminaron desbordándose, sembrando el caos allí por donde pasaban buscando el mar.
España entera se ha movilizado para ayudar a esa gente cuyas viviendas, negocios y propiedades han sido destrozadas por el agua y el barro, y Orihuela no ha sido menos. Carla Ortuño no dudó en organizar autobuses de voluntarios desde Orihuela con destino a València.
¿Qué te hizo tomar la decisión de que tenías que hacer algo?
Tras ver las imágenes de la catástrofe de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), pensé que quedarme en casa y hacer donaciones no era suficiente.
Confiaba en que, gracias a mi profesión y conocimiento en organización y difusión de mensajes, esta era una gran oportunidad de hacer algo útil, así que pensé que organizar una salida en autobús sería algo práctico. Al final ya han salido tres.
¿Cómo os organizasteis para el viaje?
Organicé la salida sin conocimiento previo; hablé con empresas de autobuses y Bus Sigüenza se prestó a financiar una parte. Invertí mucho tiempo en llamadas, recolección de fondos y manteniendo conversaciones con voluntarios que, junto a mí, querían ir a ayudar.
Gracias a los consejos de una experta en voluntariado, organicé grupos a los que asigné distintos objetivos para poder ayudar a las personas más afectadas.
«Quería hacer algo útil y pensé en organizar una salida en autobús desde Orihuela»
Cuando llegasteis a València, ¿qué ocurrió?
En la primera salida nos dirigimos a Albal. Mi grupo se quedó en un almacén logístico donde organizamos las donaciones en los puntos de recogida. El resto de los voluntarios se dirigieron a garajes y casas particulares a realizar tareas de limpieza.
¿Cuál fue lo que más te llamó la atención de lo que viste allí?
Del centro logístico, fue la desorganización. Se necesitaban muchas manos para descargar camiones, ordenar material, embalar cajas y distribuir alimentos. Los voluntarios debemos ser el relevo para las personas que llevan más de veinte días conviviendo con el barro.
Y también ver el aire tintado de una tonalidad marrón, todo derrumbado, esa gente que tiene que convivir con la suciedad y que lo ha perdido todo en cuestión de horas… Es desolador.
Las redes difundían una realidad paralela mucho más cruda de la que nos llegaba a través de la televisión. ¿Dirías que los medios de comunicación ‘oficiales’ lo cuentan todo?
Creo que es imposible plasmar en redes o en televisión la realidad. El olor y color de las calles, y el sentir de las personas, no tienen ni punto de comparación a lo que se muestra.
«Ver un paisaje derrumbado y teñido de marrón es desolador»
El pasado domingo 17 de noviembre volviste a subirte a un autobús de voluntarios en Orihuela…
Esta vez nos dirigimos a Paiporta; pudimos conocer gente nueva y sus experiencias.
Hablamos con personas emocionadas de seguir recibiendo voluntarios; había quienes lo habían perdido todo, pero seguían positivos por todos los gestos de cariño y ayuda que recibían.
¿Cómo están los ciudadanos afectados?
En este último viaje estuvimos con una familia encantadora, en casa de Vicente y Vicenta, que nos contaban que lo habían perdido todo. Mientras lo hacían, nos ofrecían comida y cobijo, nos cortaron jamón y ofrecieron café.
Conocí a otro vecino de 83 años que no tuvo que lamentar pérdidas, pues vivía en un cuarto piso junto al río. Pero todos los días bajaba a ver el paisaje, desolador, y entre lágrimas decía que era muy doloroso ver así las calles y convivir con la pérdida de cientos de vecinos. No obstante, nos dijo que su cumpleaños era el día de la lotería, y que esperaba que, tras esto, le tocara.
¿Con qué sensación te quedas?
Los ciudadanos están muy tristes, sin duda enfadados por la gestión política, pero nos confirman que no pierden la esperanza por la ayuda del voluntariado.
Los voluntarios somos los encargados de escuchar, abrazar y acompañar en estos casos; somos importantes para ellos y contribuimos a que la ilusión no se pierda en las calles de Paiporta o Albal.
«Mi intención es que continúen saliendo autobuses de voluntarios»
¿Puedes señalarnos cómo se puede ayudar desde Orihuela?
Hay muchas maneras. Las personas que dispongan de furgonetas, vehículos pesados o maquinaria, pueden dirigirse allí a ayudar a limpiar, repartir y transportar donaciones.
Fontaneros, electricistas y demás oficios, por favor, que se trasladen a las zonas afectadas; hay muchísimas personas que no tienen luz ni agua y, a las personas que quieran donar, les aconsejo que donen productos de limpieza, detergente y aceite, ya que es lo que más escasea.
¿Habrá próximos autobuses de voluntarios?
Por supuesto. Mi interés es que no cesen hasta que la situación vuelva a una normalidad aceptable.
Podréis obtener información de las siguientes salidas en mis redes sociales (@koaloide) o en las de mi agencia (@agenciatwoofus).
¿Quieres animar a nuestros lectores a que aporten su granito de arena? Decirles que, si no pueden venir, compartan. La labor más grande que podemos hacer es la difusión. Los valencianos necesitan que no los olvidemos, porque queda mucho trabajo por hacer y todos podemos aportar algo.