Entrevista > Jose Luis Molina Irles / Gerente de Pescairles (Santa Pola, marzo-1971)
La vida de Jose Luis Molina siempre ha estado vinculada al mundo del mar. Siendo joven ya ayudaba a su padre en su primera pescadería, fundada en la década de los sesenta en Santa Pola. Posteriormente, en 1981 abrieron su segundo negocio aquí, en San Vicente.
No obstante, cada tienda tiene un perfil de consumidor diferente, por lo que el producto ofertado también varía. “Esto es más un consumo de día a día; allí en Santa Pola es un consumo más turístico, de fin de semana” indica.
Con más de 43 años de experiencia de en el pueblo, nos cuenta sus claves para afrontar la temporada navideña. “Nosotros vamos a lo que podemos, trabajamos producto fresco y tienes que ir comprándolo día a día” afirma, para luego resaltar que “se hace una estimación de lo que se va a vender, no puedes almacenarlo”.
¿De dónde traéis el pescado?
Lo traemos de la lonja de Santa Pola. A las cinco de la mañana salen los barcos a pescar, por la tarde regresan y ese pescado se subasta en la lonja de 16:30 a 19:30 horas. Nosotros lo compramos todas las tardes a primera hora, vendemos algo en Santa Pola y al día siguiente vendemos todo lo que queda en San Vicente.
En la lonja puede comprar todo el mundo; también los supermercados, pero lo hacen solo con los productos que les son rentables. Traemos mucha variedad, tenemos entre setenta y ochenta artículos diferentes en el mostrador.
Hay un tipo de pescado que las grandes superficies no tocan. Nosotros tenemos otro tipo de pescado que la gente ha consumido toda la vida: boga, caramel, la morena para hacer un arroz… Cosas típicas de aquí que necesita de gente profesional para manipularlo, como lo hacemos nosotros.
«En Navidad la gente busca pescados grandes: merluza, lubina, rodaballo…»
¿Durante qué meses notáis un incremento del consumo de pescado?
Normalmente, las fechas de mayor volumen de ventas son Navidad, Semana Santa y sobre todo el verano, donde la gente sale más y la restauración trabaja las terrazas. Cuando hace mucho frío, la gente no sale ni a comprar, y cuando llueve menos todavía.
En Navidad, el consumo se centra en diez días; en verano se mantiene durante dos-tres meses, que es lo bueno, que la gente se reparta y no haya una demanda tan de golpe. Los consumidores para la época navideña quieren un tipo de pescado y hablamos de muchísimas personas en un corto espacio de tiempo.
«El carril este año va a dar problemas, no sé si habrá suficiente para todo el mundo»
En esos diez días, ¿aumentáis el género?
Nosotros vamos a lo que podemos, no vamos a más. Tenemos una estimación de ventas y por lo tanto sabemos más o menos lo que vamos a vender, dentro de nuestras posibilidades. Trabajamos el fresco y el día a día, no puedes almacenar género. El día que no podemos más, no podemos más. No vamos a vender lo que no tenemos.
«Antes se pedía mucho el calamar para rellenar, ahora se ha perdido un poco»
¿Qué productos son los más buscados en fechas navideñas?
Marisco sobre todo, y pescados grandes como la merluza, la lubina o el rodaballo. Se suelen buscar pescados para hacer al horno, a la plancha… Durante esas fechas se reúne mucha gente en una sola casa y se busca algo grande, que puedas presentar en una mesa.
En cuanto a marisco, lo que más se vende es la quisquilla. También gamba, cigala y productos traídos del norte como percebe, nécora, carril… De hecho, este año el carril va a dar problemas, ya está habiendo escasez durante el año, así que no sé si habrá carril para todo el mundo.
¿Se ha demandado siempre el mismo tipo de producto?
Sí, siempre ha sido lo mismo porque lo que sale del mar no cambia. Llevamos unos años en los que han aparecido unas bocas que antes no había, de ‘cangrejo de gran sol’ o ‘cangrejo de las nieves’. Ese marisco viene de Canadá y Estados Unidos y la gente lo gasta mucho.
Antiguamente, en épocas navideñas, sí que se gastaba mucho el calamar para hacerlo relleno al horno. Ahora hay gente que todavía lo pide, pero sí que es verdad que se ha ido perdiendo un poco, no hay tanta demanda como antes.