Carlo Blanco (València, 8-diciembre-1989) conoció muy pronto el cine, en concreto como extra de ‘El reino de los cielos’ (2005), película de Ridley Scott rodada en el castillo de Loarre (Huesca). Eso le fascinó, especialmente el set, asombroso, y quiso dedicarse a la interpretación.
No le fue mal en sus primeros compases, teniendo pequeñas apariciones en ‘Velvet’ o ‘Acacias 38’, por ejemplo. Logró incluso un protagonista en ‘La banda’, pero lentamente fue cayendo en el olvido, trabajando en otros ámbitos, hasta que un amigo que residía en Ciudad de México le espetó a probar una nueva aventura.
Mucha oferta
Nos contará cómo es su vida en la capital mexicana, si se ha acostumbrado a la comida picante, la forma de ser de la gente, “mucho más cálida”, y las mayores facilidades que ha encontrado para trabajar. “Aquí hay mucha oferta, no se para de grabar, ya sean series o novelas”, remarca, algunas de dudosa calidad.
“Se rueda tan rápido que un día hice catorce secuencias y me paso las semanas estudiando”, señala, antes de avanzar que está deseoso de regresar: “en cuanto me salga trabajo, aunque sé que es muy complicado”. Ganas y talento no le faltan.
«Licenciarme en acento neutro, el que se emplea en las series, me ha abierto muchas puertas»
¿Qué tal la aventura mexicana?
Llevo ya un año en el país, los primeros meses estudiando acento neutro -el que se emplea para toda Latinoamérica-, del que ya me licencié. Eso me ha abierto muchas puertas, a comerciales (cinco) y fotografía, sobre todo.
He participado asimismo en dos series, ‘Como dice el dicho’ y ‘Los incorregibles’, que pronto se estrena en Televisa y en la que hago de un ruso.
¿Por qué elegiste marchar?
Soy actor desde los diecinueve años y siento que en España no se me han dado oportunidades. Considero que tengo carisma y en muchas pruebas llegaba hasta el final, pero el actor popular de turno me quitaba el puesto. Lo entiendo porque es un negocio. Quise probar en México y acerté.
¿Cuáles son las diferencias respecto a trabajar en España?
La industria en México es infinitamente más grande, porque produce también para Colombia, Argentina y muchos otros países. Hay un cien por cien más de mercado que en España, donde es muy sectario y es complicado introducirte.
Aquí es mucho más abierto: he acudido a reuniones de actores -que se celebran semanalmente- y en ellas cada uno se presenta, dice quién es y de dónde viene. El resto de profesionales te ubica.
«En España hacía muchas pruebas hasta el final, pero el actor popular de turno me quitaba el puesto»
¿El ser español te ha beneficiado?
A veces, porque tienen muy arraigado lo de la conquista, que me recuerdan constantemente. Por otro lado, estoy muy a gusto en este país, que es maravilloso y agrada mucho lo español, aunque es verdad que ahora hay muchísimos, al igual que argentinos.
¿Ciudad de México es peligroso?
La urbe en sí, no. El verdadero peligro está en las afueras, donde una vez me atracaron. Nunca voy, pero tuve una entrevista para un podcast y a la salida me paró un chico, para pedirme dinero. Le indiqué que no llevaba y me dijo ¡no me hagas pegarte! Cerca se produjo una pelea enorme y él mismo me señaló que me fuera.
Para ti, ¿qué es lo peor de México?
Insisto que estoy muy agradecido por las oportunidades que estoy teniendo aquí. Si tengo que decir algo menos positivo, la burocracia: todo va muy lento.
A nivel informático también están un poco atrasados, al tiempo que se aprecian numerosas compañías que son número uno mundial. Es bastante curioso.
«Soy un actor comprometido, que ama esta profesión y al que le brillan los ojos cuando va a un set»
Apareciste en ‘Valencians al món’, de À Punt.
¡Una jornada increíble! De la mano de Nerea Camps, que fue encantadora. Fuimos a ver la lucha libre, la charrería -carreras de caballos- y a degustar unos taquitos. Me enseñó un vídeo muy bonito de mi madre y mis amigos de València.
¿Tu idea es regresar?
Si me saliera algo, hoy mismo haría la maleta. Estoy fuera de mi zona de confort porque no tengo trabajo en España. Hacerlo en València sería maravilloso: estar con mi gente, feliz, viviendo de lo que hago en mi ciudad; pero lo veo imposible, pues apenas se produce nada allí. No estoy en México por gusto, sino en busca de oportunidades.
¿Qué tipo de actor eres?
Uno comprometido, con mucha ilusión por lo que hace, mucho amor por su trabajo. Quizás no seré el mejor actor, pero sí el que más ganas le echa: me brillan los ojos cuando tengo que ir a un set, donde lo doy todo. En comedia soy una máquina, y en drama también lo clavo, pues muestro mucha empatía con el personaje que debo interpretar.