Tere Crespo y María Minaya / Actrices y productoras teatrales
Tras descubrir a Jerónimo Cornelles, llega el turno de saber quiénes son las otras dos componentes de ‘Bramant Teatre’ (1997), es decir, Tere Crespo y María Minaya (València, 22-enero-1966 y 26-enero-1976). Los tres alzaron la compañía con un estilo muy personal y los papeles bien repartidos, pues mientras él escribe y dirige, ellas principalmente actúan y abarcan un sinfín de tareas de producción.
“Al principio hacíamos mucho café teatro”, rememora Crespo, aunque fue el lanzamiento de ‘Construyendo a Verónica’ (2006) lo que realmente les ensalzó, con la primera nominación para los Premios Max de una compañía valenciana de teatro.
De hecho, su participación en el Festival Valencia Escena Oberta (VEO) y en la Feria de Huesca fue determinante para que la obra tuviera mucha más visibilidad. Ambas nos remarcarán el mal momento que vive el teatro, en estado crítico, “con meses que solo hacemos una función”, lamentan.
Vuestros comienzos teatrales, ¿cómo fueron?
María Minaya (MM) – Estando todavía en el instituto, teníamos una amiga que escribía y nos juntábamos en su casa a leer, haciendo los primeros pinitos. Surgió el gusanillo, y pese a comenzar Administración y Dirección de Empresas (ADE), me apunté de inmediato al grupo de teatro. No fallé a los ensayos ni un solo día.
Tere Crespo (TC) – Trabajaba en administración y con diecinueve años me apunté a teatro -en la escuela municipal de Mislata- un poco para hacer algo por las tardes. Me inicié por afición, hasta que conocí a Jero y seguidamente a María.
«María abarca mucho, no le da miedo nada y siempre está dispuesta a apuntarse a todo» T. Crespo
¿Pensasteis entonces en crear una compañía?
TC – Con anterioridad había comandado ‘Teatre dels gats’, junto a otros procedentes de ‘L’escalante’. Con Jero compatibilizamos mucho, comenzamos a colaborar mucho y creamos compañía.
MM – Mi primer contacto con Jero fue estando en el grupo de la universidad, ‘Teatret’. Él estudiaba Bellas Artes y apareció, sumándose a otros muchos con inquietudes artísticas. Nos pasábamos los sábados por la mañana haciendo cursos de teatro en el terrado de mi abuela.
¿Cómo fuisteis creciendo?
MM – Fuimos consolidándonos con los años, pero seguimos siendo los mismos tres, que hemos transformado una asociación cultural en una SL.
¿Tenéis un estilo muy marcado?
MM – El que ha estipulado Cornelles, ya por entonces transgresor. Se salía de lo normal, como se apreció en ‘Construyendo a Verónica’, en 2006, un año que significó mucho para nosotros tres.
«Tere es todo sonrisas y, cuando vamos de bolos, además de actrices somos la empresa en sí» M. Minaya
Decidme lo mejor de la otra.
TC – María lo abarca todo, no le da miedo entrar en nada y siempre está dispuesta a apuntarse a cualquier idea. Cada una tiene un estilo, una forma de ser, pero nos entendemos, nos toleramos y nos respetamos. Intentamos que nuestros intereses dispares se unan.
MM – Juntas formamos un supertándem, porque estamos sacando la compañía adelante teniendo otro trabajo. Hacemos todo lo que no es escribir y dirigir, que es muchísimo. Tere es todo sonrisas y, cuando vamos de bolos, además de actrices, somos la empresa en sí.
¿Qué significó la nominación a los Premios Max?
MM – En nuestras anteriores obras (‘39 grados’ o ‘Poniente’), aunque las interpretábamos con la máxima profesionalidad, todavía no estábamos metidos en el sector y apenas se hacían funciones.
Llegó de repente ‘Construyendo a Verónica’, con un formato tan distinto, y directamente nos ubicó como compañía. El teatro cercano era toda una novedad y ya no paramos.
TC – Fue el primer show de una compañía valenciana nominado a los Premios Max. Esa locura se la inventó Jerónimo: iba a ser en una casa, tipo palacete, porque realmente buscábamos un espacio no convencional.
¿Cuáles son vuestras obras más relevantes?
TC – ‘Reencuentros’, sin duda. Era la siguiente, tras ‘Construyendo a Verónica’; teníamos algo de miedo por las expectativas generadas y resultó un éxito, con un texto maravilloso que pudimos realizar en numerosas funciones. Fue una de las épocas más bonitas de Bramant.
MM – Otras fueron ‘Pájaros azules’ y ‘Casa de muñecas’ -pese a no ser una producción cien por cien nuestra-, con Jero como actor. Habitualmente escribe y dirige, pero en ocasiones abre la compañía y los textos, que son redactados entre varios. Ejemplos son ‘2.24’ y ‘La caravana de las flores’.
«Pese a la situación, no paramos de hacer cosas porque somos así de insensatas» T. Crespo
¿Cuántas obras lleváis ahora mismo?
TC – Estamos con la gira de ‘Un siglo de abismos’, presentada en 2021; acabamos de estrenar ‘Boges’ -en el Teatre El Musical (TEM) de El Cabanyal-, dirigidas las dos por Amparo Vayà, y también llevamos ‘Princesas, caballeros y dragones’.
¿Entonces estáis en un buen momento?
TC – El mercado teatral está negro, muy negro, pero nosotros no paramos de hacer cosas porque somos así de insensatos (ríen).
MM – Ha coincidido este mes que tenemos tres obras, pero quizás el próximo apenas contemos con un bolo, como sucedió en julio. Todos debemos trabajar en otro sitio para poder sobrevivir. Por suerte me dedico plenamente a las artes escénicas.