Entrevista > Rafa Segura / Actor (Alcoy, 8-febrero-1988)
El actor Rafa Segura se define como un apasionado de la formación -que nunca ha dejado-, “así como de la lectura y de todo lo vinculado con la cultura o el arte”. Le gusta ser creativo, construir totalmente los personajes que interpreta, aunque confiando siempre en la visión global del director.
“En los rodajes no dejo de aprender”, reconoce, porque la mejor escuela es la práctica, por supuesto. De hecho, pese a moverse más en el mundo del teatro, también le hemos visto en la gran pantalla, como en ‘Troyanas’ ‘Colps de puny´o `Shushi-Paella´.
Repite ahora en la divertida ‘Pequeños calvarios’, de Javier Polo, que se estrenará probablemente a lo largo de este 2025. “La película, de comedia, tiene igualmente su parte oscura”, matiza Segura, que pronto anunciará nuevos proyectos audiovisuales, teatrales y poéticos. Ahora mismo está inmerso en una investigación académica sobre el teatro de títeres durante la Guerra Civil.
¿Desde cuándo eres actor?
Quise ser actor, de un modo consciente, a los dieciseis años, tras realizar un casting en la compañía Teatre Circ de Alcoy. Me cogieron para esa función, ‘Una jornada particular’ -de Ettore Scola, dirigida por Adolfo Mataix-, siendo la primera vez que me subía oficialmente a un escenario.
«Llegué a València a los 18 años para estudiar, pero nunca he abandonado el contacto con Alcoy»
¿Hubo un origen anterior?
Recientemente recordé que ‘montaba’ teatros en casa, con mi hermana y mis padres como espectadores. Reproducía monólogos escenificados y anuncios de televisión, y mi madre se lo comentó a mi profesora: a partir de entonces, muchos viernes, los últimos diez minutos de clase, representaba mis ‘monólogos’ frente a mis compañeros de clase.
¿Eres entonces un actor más teatral?
Así lo dice mi itinerario, más ligado al teatro, pero me apasiona muchísimo el audiovisual, tanto verlo como trabajarlo. A nivel actoral, es más orgánico y vivo actuar sobre un escenario, haces el viaje completo de una hora y media, sin parar.
¿Te marcó alguna película en particular?
‘El Padrino parte II’, por una particularidad: gozaba por primera vez la evolución de un personaje, en este caso Michael Corleone (Al Pacino). Me encanta esa trilogía, necesito revisitarla de vez en cuando, al igual que hago con ‘Las comedias bárbaras’, de Ramón María del Valle-Inclán. Me reencuentro conmigo mismo.
«Me gusta la idea de hacer una creación artística global desde esa artesanía que es la interpretación»
No en vano, también escribes, diriges…
Sobre todo estoy muy vinculado a la palabra, a ponerla en escena. Para mí, la línea divisoria entre actor, director y escritor no está muy clara, pues mi dinámica escénica no se limita a actuar en teatro, también hago recitales de poesía escenificados. Me gusta mezclarlo todo.
¿En qué momento te trasladas a València?
A los dieciocho años, para continuar mi formación, pero jamás he abandonado el contacto con Alcoy. He vivido también en Madrid, en Cluj-Napoca (Rumanía), en Ljubljana (Eslovenia) y en los próximos meses voy a pasar una temporada en Alemania.
¿Qué tipo de actor eres?
Quiero creer que creativo, que no significa desobediente ni neurótico. Pero en el momento en el que me dan un papel me gusta la idea de hacer una creación artística global a partir de esa artesanía que es la interpretación.
Al final manda el diálogo, la acción dramática, las necesidades de la película y la visión del director. No obstante, no veo al actor o a la actriz como un títere, sino como un organismo vivo, al que hay que domar y trabajar.
«El próximo 4 de enero (sábado) tendré el honor de ayudar a poner voz al Bando Real del Embajador»
¿En cualquier circunstancia?
Creo que se debe hacer caso a la dirección por una cuestión de confianza, sobre todo en el audiovisual. Un actor muchas veces no tiene una visión global, mientras que el director sí. La última palabra la debe tener él. Pero a mí me gusta el punto de partida de proponer, no que me digan lo que tengo que hacer. Luego cada situación es diferente.
¿Te gusta también aprender de tus compañeros?
Claro, cada vez que voy a un rodaje intento observar cómo afrontan el trabajo los demás. Es verdad que llevo años en el sector, aunque todavía me considero un principiante, pues en esta profesión nunca dejas de aprender.
Por eso sigo haciendo cursos formativos, en todos los sentidos -académico, actoral, de escritura…-, pero la mejor escuela, sin duda, es la práctica.
Estas Navidades vas a tener un papel destacado.
Sí, el 4 de enero (sábado) tendré el honor de ayudar a poner voz al Bando del Embajador Real. Este será escrito por Natàlia Gisbert. Tengo muchas ganas, pues creo que jamás he actuado para tanta gente al mismo tiempo. Me emociona mucho hacerme cargo de este papel en un acto tan mágico y especial para Alcoy.