Entrevista > Avelina Chinchilla Rodríguez / Escritora
En todas las poblaciones residen artistas de diferente índole. Lo que ocurre es que no siempre los conocemos. Seguramente los que crecieron en su día junto a Velázquez, Cervantes o Gaudí, no podrían haber imaginado que se convertirían en aquellos ilustres personajes que tanto influyeron en España y que, a día de hoy, seguimos leyendo o apreciando sus obras.
Esto ocurre hoy mismo en Sant Joan d’Alacant, población que se ha caracterizado a lo largo del tiempo por disponer de numerosos lugareños de gran relevancia, hasta llegar a la actualidad. Es el caso de Avelina Chinchilla, valenciana de nacimiento y santjoanera de adopción, quien cuenta ya con tres novelas publicadas y con varios proyectos en marcha. “Mi padre, que era un señor muy serio, tenía además un don especial para la ironía y el sarcasmo, que se traslucen en alguno de mis relatos”, confiesa la finalista del III Certamen Internacional de Microrrelatos Rubric de 2023.
La escritora nos habla de su carrera literaria y nos explica cómo equilibra escritura con obligaciones y rutina diaria.
¿De qué forma te iniciaste en el mundo de la escritura?
Siempre he sido una lectora compulsiva, pero hace casi treinta años sentí la imperiosa necesidad de pasarme al otro lado y escribir mis propios textos. De manera anecdótica ya había escrito algún que otro poema que no conservo. La necesidad de dar voz a las historias que me rondaban por la cabeza fue el motor que me invitó a lanzarme a utilizar la pluma y poder comunicarlas y compartirlas.
«Como autora española señalaría a Carmen Martín como uno de mis máximos referentes; fue la que me empujó a ser escritora»
¿Quiénes han sido tus escritores referentes?
En poesía me nutrí mucho de autores como Bécquer, Lorca, Miguel Hernández y Gloria Fuertes. En narrativa me incliné más por Dostoyevski, Tolstoi o Víctor Hugo, entre otros muchos.
Un libro que me caló especialmente fue ‘Las cárceles del alma’, del escritor húngaro Lajos Zilahy. Me enseñó que la vida no tiene un único camino, que a veces exige que nos reinventemos, que hay muchas vidas en una vida. Con ‘Los miserables’ de Víctor Hugo entendí lo que significa la humanidad por encima de las leyes escritas, y con ‘El Quijote’ lo que es la ironía fina y el humor bien entendido.
¿Cuántas novelas publicadas tienes?
Tengo tres hasta el momento, una infantil entre ellas. ‘La luna en agosto’ narra experiencias de una mujer y cómo una discusión de pareja la hacen cambiar los planteamientos vitales que tenía. Por otro lado, ‘La llama de soledad’ cuenta la historia de Sandra y cómo se ve envuelta en algunos problemas alimentarios al tratar de poner solución a ciertos traumas del pasado. Todo ello, además, transcurre en Valencia durante la crisis de los refugiados sirios, que tuvo lugar de 2016 a 2018.
En cuanto a novela infantil, me he lanzado con ‘El inspector Tontinus y la nave alienígena’, cuya trama transcurre en un planeta llamado Belenus. Allí habita una raza de reptilianos inteligentes, y lo que no saben la teniente Ripli y su gato Jonás es que acabarán en aquel país por equivocación…
«A los que se quieran iniciar en la escritura les diría que van a meterse en un mundo muy difícil, y que no tengan excesiva prisa por publicar»
¿Cuánto tiempo dedicas a la elaboración de un libro?
Mis procesos de escritura son lentos, muy lentos. En general combino los procesos de documentación, investigación y redacción de manera simultánea.
En muchas ocasiones mis personajes y mis historias me obligan a ir cambiando lo que había pensado, ya que, cuando ya están bien caracterizados, cobran vida propia y yo me dejo llevar por ellos. Normalmente intento sacar varias horas a la semana y, cuando estoy en escritura activa, muchas veces no soy consciente del tiempo que le dedico.
¿Cómo consideras que se encuentra el panorama literario actual?
Ahora mismo pienso que está habiendo un relevo generacional. Cuando empecé con el tema de las firmas en librerías solo se llevaban mis libros señoras mayores y, como mucho, de mediana edad. Ahora veo a chicas más jóvenes. Creo que hay futuro y en cuanto al soporte, aunque hay mucho lector digital, no me parece que el libro físico esté en peligro de desaparecer.
«El libro físico no está, a mi parecer, en peligro de desaparecer»
¿De qué manera consideras que se podría acercar la lectura a los jóvenes?
Las bibliotecas escolares y las públicas constituyen un buen acercamiento. También veo que mucha gente joven gasta el bono cultural en libros, de modo que también es una buena forma de fomentar la lectura en este sector del público.
Hablando de los jóvenes, ¿vas a continuar con el género infantil?
Sí. Tengo varios proyectos en marcha. Estoy trabajando en un nuevo episodio de la saga ‘Universo Belenus’, que está ya bastante avanzado. Aunque, por otro lado, también me he propuesto hacer una recopilación con los testimonios espontáneos de personas afectadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), publicados en diversos medios y redes sociales, que ahora mismo no sé qué recorrido puede tener a largo plazo.
Asimismo, y por otro lado, tengo en imprenta un cuento infantil explicando a los más pequeños en qué consiste la celiaquía.