Entrevista > Juan Ramón Adsuara Monlleó / Alcalde de Alfafar (Vilavella, Castellón, 29-julio-1974)
El 29 de octubre siempre estará en nuestra memoria. Un día trágico e inolvidable, que desgraciadamente quedará marcado en la historia. Casi dos meses después con Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar, buscamos saber más sobre todo lo sucedido.
Su experiencia en aquellos desesperantes primeros días son un relato claro de la sensación de dolor, frustración y abandono de los ciudadanos, todavía latente en nuestros corazones.
«Esto era un escenario de guerra»
Ese día, desde el Ayuntamiento de Alfafar se dijo a los trabajadores que se marcharan antes…
En las redes sociales está todo. Hay un correo interno en el que se les informa a los trabajadores de la situación que está habiendo y les dijimos que podían acabar el horario laboral hora y media antes.
¿Cómo vivió aquel 29 de octubre?
Con mucha atención porque se percibía una alerta roja. No es habitual recibir una alerta así durante tanto tiempo y anunciada con tanta antelación. Sabíamos que en algún sitio iba a descargar. Cuando vimos lo que estaba pasando en Paiporta y en Catarroja, decidimos movilizarnos, tanto policías como brigadas, pero no llegamos a tiempo.
La riada se llevó a dos policías, que por suerte los encontramos al día siguiente vivos. El comisario me llamó para decirme que no podía entrar en Alfafar y que no saliera de mi casa, que lo íbamos a coordinar todo por teléfono. En ese momento se fue la luz, se fueron las alertas, se acabaron las baterías de los teléfonos y, durante el resto de la noche, estuvimos en casa, como cualquier vecino, y ayudando a rescatar a los más mayores.
Si el 29 fue una pesadilla, lo que esperaba el 30 no era mejor.
Intentamos salvar gente dentro de los coches. En las primeras horas, un concejal abrió el ayuntamiento para vecinos de fuera de Alfafar, que pasaron allí la noche y, como pudimos, ya sobre las seis o siete de la mañana, cuando bajó el nivel del agua, conseguimos llegar a la comisaría.
Y lo peor fue ver que nos despertamos solos. Los primeros días éramos los pocos Policías Locales y todos los Guardias Civiles de la Comandancia de Alfafar, peinando todas las calles y jugándonos la vida, no venía nadie.
Esas primeras horas, ¿cómo fueron?
Intentar coordinarnos como pudimos, sin medios, pero sobre todo comenzar con lo humanitario, con las curas, intentar que los agricultores nos abrieran paso para llegar a los hospitales e intentar que entraran furgonetas con ayuda humanitaria.
«Ahora en Alfafar no valen siglas políticas, sino gestión para la reconstrucción»
Por encima de todo lo dañado están las quince personas fallecidas.
Sí, quince han sido en Alfafar las víctimas mortales. De todas las edades. Se nos dio la información hace muy poco y, es más, nos hemos enterado incluso por los medios de comunicación.
¿Qué zonas de Alfafar han sido las más afectadas por toda la catástrofe?
Sobre todo, el barrio Orba que está a escasos cien metros del barranco, donde fue la zona cero. Ahí las plantas bajas son viviendas y en la mayoría de gente mayor. Otra zona muy afectada fue Alfalares, contigua al barrio Orba. Ahí el agua venía con mucha fuerza y se llevó por delante las paredes de los jardines, las de los comedores de las casas, las puertas, todo… La zona cero fue el barrio de Orba, pero la más damnificada el de Alfalares.
Otra zona afectada fue cerca del paso a nivel, donde el muro de la vía frenó el agua, lo cual hizo subir el volumen y cuando rompió ese muro hizo de ola hacia el resto de las calles de Alfafar.
¿No llegaba ayuda externa?
Los dos primeros días eran de auténtica desesperación, aquí no llegaba nadie. Éramos la Guardia Civil de Alfafar, la Policía Local, los voluntarios y los que estábamos haciendo las tareas que humildemente podíamos.
Hasta el día 3 o el 4, que acudieron varios medios de comunicación. En un acto de desesperación hicimos un llamamiento de auxilio a toda España por medio de dos televisiones.
¿Se ha sentido solo? ¿Abandonado?
¡Claro que sí! Como los 68 alcaldes afectados. De hecho, no son palabras mías, son palabras de personas que cuando venían veían que esto era un escenario de guerra; decían que habían estado en otros países y que se había actuado antes, y la reconstrucción había sido mucho más rápida. Esto dicho por mandos del ejército y de la UME.
«Al día siguiente nos despertamos solos»
¿Por qué esta situación?
Pues no lo sé, pero creo que algún día se tendrán que dirimir responsabilidades de qué pasó aquí. Algún día, porque ahora no, ahora estamos en reconstrucción, estamos en emergencia. Que discutan los gobiernos, que se tiren los trastos a la cabeza unos a otros cuando todavía los vecinos lo estamos sufriendo, es una falta de respeto a la ciudadanía. Pero más adelante, cuando pase todo esto, se tendrá que analizar qué es todo lo que ha fallado.
Quienes acudieron al instante fueron los miles de voluntarios…
Esa es la gran reflexión que tenemos que hacer de esta catástrofe. Un área metropolitana con 400.000 habitantes, que tiene los parques comerciales de Valencia, los polígonos a cinco kilómetros del centro de Valencia y que, durante cuatro días, lleguen antes todos los voluntarios con los pocos medios que tenían, saltándose todos los controles, y que no llegue una UME, un ejército para empezar a suministrarnos electricidad, a curarnos, a trasladar heridos, a levantar cadáveres, pues significa el caos que fue la gestión.
Dos meses después, ¿siguen siendo necesarios los voluntarios?
Todavía siguen siendo necesarios dentro de casas que aún no han podido sacar ni todo el barro ni los muebles. Ahora nos hace falta muchísima más maquinaria; coches o grúas que saquen los vehículos que todavía están dentro de los parkings, bombas que absorban el lodo… necesitamos medios.
¿Cuáles son las infraestructuras que siguen gravemente dañadas?
Los pasos subterráneos de Renfe. Aquí se ha demostrado que tanto la pista de Silla, como las vías del tren, han sido contraproducentes ante esta DANA. Todavía no está restablecido el tráfico por estas zonas y está lleno de agua, de barro.
Hemos visto que es perjudicial para toda la comarca. De hecho, está comenzando un movimiento de alcaldes para que el área metropolitana de la provincia de Valencia, en este caso l’Horta Sud, deje de ser la parte olvidada.
«Estamos todavía en emergencia y no en reconstrucción»
¿Cuál es la situación de Alfafar dos meses después?
Faltan camiones para baldear las calles y limpiar todo el alcantarillado, mano de obra para quitar el barro de muchas zonas de la población y material para poder instaurar otra vez toda la luz pública, semáforos… El agua se llevó todas las cajas de registro electrónico y es muy complicado encontrar profesionales y materiales para que vuelva todo a la normalidad.
Dos meses después, las calles y los solares todavía están llenos de coches. Aún faltarán unos cuarenta parkings por limpiar. Esto quiere decir, como explicaba antes, que estamos todavía en emergencia y no en reconstrucción.
¿Qué medidas se están preparando para iniciar la recuperación?
De cara a la reconstrucción estamos intentando acceder a todas las ayudas, peritando todos los daños y vamos a trabajar por medio del Ministerio de Política Territorial en un plan no solamente de reconstrucción, sino de nuevo modelo de ciudad para Alfafar.
¿Cómo está siendo el proceso de reapertura de los comercios locales?
Sabemos que muchos no quieren volver a abrir, se lo están planteando. No llegan suficientes ayudas para que ellos vuelvan a reflotar sus negocios. También es cierto que en alguna parte de la población menos dañada a los quince días comenzaron a abrir algunos comercios y dar cierta vida a la población.
¿Se ha calculado el impacto económico de la catástrofe?
A nivel local los daños sufridos están entre 35 y 40 millones de euros; es lo que manejamos. Hay un dato claro, y es que ha afectado al 2% del PIB español. Es para analizar que durante cinco días estemos solos en una zona donde se genera ese 2% del PIB total.
«Algún día se tendrán que dirimir responsabilidades de qué pasó aquí»
¿Y sobre los presupuestos municipales?
Hasta el 7 de febrero se está cargando todo en un plan de emergencias, no nos atrevemos todavía a trabajar ningún presupuesto. Hemos anulado tasas y devuelto IBI. Por lo tanto, no sabemos de qué ingresos vamos a disponer.
Díganos las prioridades de cara a la recuperación.
El nuevo modelo, no podemos seguir igual. Por ejemplo, con lo ocurrido se ha puesto en valor que en 2013 modificamos el PGOU para autorizar a IKEA a que construyera una superficie más preparada para este tipo de catástrofes. Vamos a seguir trabajando en esa línea. Ahora estamos construyendo una residencia y un centro de día, y se van a modificar algunos aspectos para estar preparados, como lo ha estado IKEA.
¿Cómo será la ciudad tras la recuperación?
La idea es un modelo de ciudad en el que haya muchísimo verde, en el que haya muchos refugios climáticos, y en el que todo el verde y la infraestructura pueda ser inundable.
¿Cuándo se espera que terminen las labores de limpieza y retirada de vehículos?
Estimamos más o menos que será en marzo o abril como mínimo. No hay personas suficientes con los funcionarios que tiene el Ayuntamiento. No se puede afrontar la reconstrucción si las entidades supramunicipales no añaden un apartado para contratar más personal cada vez que dan una ayuda.
«En 2013 modificamos el PGOU para autorizar a IKEA a que construyera una superficie más preparada para este tipo de catástrofes»
¿Y para la llegada de una auténtica normalidad?
Calculamos que entre tres y cuatro años mínimo. Nos han dicho que cuando empecemos a construir lo vamos a tener que adecuar a la Ley de Contratación Pública. Eso es interminable, es burocracia, y como no haya un plan específico de reconstrucción que nos laxe la ley un poquito, podemos estar quince años reconstruyendo.
¿Existe alguna iniciativa para que se elimine tanta burocracia?
En Europa tú puedes licitar el proyecto más su obra, todo conjuntamente. Todos los alcaldes de España criticábamos la ley de contratos que nos tiene atrapados. Si para un gasto de 15.000 euros te puedes tirar un año, para reconstruir toda una población se puede hacer interminable.
¿Qué mensaje le gustaría trasladar a la ciudadanía de Alfafar?
Después de lo que estamos viendo y de lo que estamos sufriendo nosotros lo tenemos claro. Desde el equipo de gobierno queremos trabajar, estamos esperanzados y tenemos un nuevo modelo de ciudad.
Estamos buscando los mejores especialistas y para este equipo de gobierno se acabó la política y comienza la gestión. En Alfafar no valen siglas políticas, sino gestión para la reconstrucción. Primero Alfafar y luego la política.