Entrevista > Francesc Adrià / Dramaturgo (Carcaixent, 29-julio-1962)
Francesc Adrià es, gracias a ‘Armand i Sofonies’, el brillante ganador del Quinto Premio Ciutat d’Alcoi de Novela 2024, aunque como nos detallará en España es sumamente complicado vivir de la literatura. “No en vano trabajo en el restaurante de la familia”, explica con una sonrisa.
Sin embargo, son varias las obras -principalmente teatrales- las que le avalan, pese a comenzar como actor en Teatro a Banda y Moma. Actuó incluso en diversos films y alguna serie, combinándolo con sus incipientes deseos de escribir.
Una de sus principales virtudes es que cada una de sus propuestas es totalmente dispar, provocando que no se le pueda clasificar. “Soy plenamente autodidacta y escribo lo que me dicta el cerebro en cada momento”, reflexiona.
¿Desde cuándo tienes ese gusto por escribir?
Sobre todo tuve una inquietud por la escritura, iniciada cuando quise hacer teatro. Esa curiosidad seguidamente se fue despertando y a los diecisiete-dieciocho años comencé a intentar cosas.
«Mi intención era obtener el premio ‘Pep Cortés’ de teatro, no el ‘Isabel-Clara Simó’ de novela»
¿Realmente querías ser actor?
¡Y lo conseguí!, al menos una temporada. Luego las circunstancias cambiaron y decidí hacer una interpretación por año, ya fuera audiovisual o teatro. Participé con pequeños papeles, en películas como ‘¡Puta miseria!’ (1989), de Ventura Pons o ‘La isla del diablo’ (1994), de Juan Piquer.
También en ‘Tranvía a la Malvarrosa’ (1997), de José Luis García Sánchez, compartiendo una escena con Juan Luis Galiardo, y en un episodio de la serie ‘Benifotrem’, de Canal 9.
¿Cuáles son tus libros fetiche?
En mi pedestal están ‘Ulises’, de James Joyce, centrado en las veinticuatro horas de un único personaje; ‘Yo confieso’, de Jaume Cabré, un libro increíble, muy recomendable, pese a su dificultad para leer; y ‘2666’, del chileno Roberto Bolaño, fantásticas sus más de 1.100 páginas.
Hablemos de tus obras más relevantes.
‘Zona zero’, de 1991, ya fue galardonada en Alcoy, pero en la sección de Teatro. Es una obra de teatro del absurdo, sobre la incomunicación humana: me inventé un teléfono -como los de antes- en un paraje, donde el protagonista se encuentra un cadáver.
Se pasa toda la noche intentando resolver el caso, dentro de la propia cabina. A mitad de la obra, la operadora -de la que medio se enamora- le acaba diciendo que en la zona donde se halla no hay líneas, sin entender cómo pueden estar hablando.
«En ocasiones escribo muy deprisa, quizás en dos días, pero después me paso seis meses corrigiéndolo»
¿Seguía la misma línea ‘La taula de canvis (La proporció)’?
En absoluto, porque todo lo que hago es diferente a lo demás, cambio el estilo por uno nuevo. Cada una es una historia, un reto: tengo una suerte tremenda en ese sentido. En ocasiones escribo muy deprisa, quizás en dos días, pero después me paso seis meses corrigiéndolo, dejando que repose, que me hable.
Muchos amigos compararon ‘La taula de canvis (La proporción)’ con ‘El club de la lucha’ (1999), película de David Fincher, protagonizada por Brad Pitt.
¿Ha sido bonito ganar el mismo premio treinta y tres años después?
Uff, esto es tremendo, ¡todavía estoy flipando! Mi intención era obtener el premio ‘Pep Cortés’ en la sección de Teatro, no en el ‘Isabel-Clara Simó’ de Novela.
¿Cuál es la trama de ‘Armand i Sofonies’?
Trata sobre la bajada de la nieve a Carcaixent en 1607. Anteriormente ya me había leído la historia del pueblo, seis veces al menos, pero un amigo me comentó que en el Benicadell, a más de treinta kilómetros, hay dos neveras nuestras.
Ese hecho me trastocó y me puse a investigar, descubriendo que no existen referencias al respecto en el Archivo Municipal, que estaba todo en una especie de nebulosa.
«Mientras estoy en mi negocio voy escribiendo mentalmente; luego le dedico 24 horas a esa idea»
¿Qué hallaste exactamente?
Que Carcaixent es la única localidad que posee neveras fuera de su término. Asimismo, lejos también disponemos de un azud, es decir, en su momento pagamos mucho dinero por esos privilegios.
‘Armand i Sofonies’ es un homenaje a mis parientes más cercanos. Sofonies baja la nieve en carro, mientras el resto de ‘traginers’, con asnos. Armand es un chico que se cruza en su vida, en una huida atropellada; la aventura la desarrollan ellos dos.
¿Se puede vivir de escribir en España?
Pese al premio, valorado en 8.000 euros, es sumamente complicado. Por ejemplo, en mi familia tenemos un bar-restaurante y yo trabajo en él. Después, en mis ratos libres escribo.
Háblanos sobre tu próxima obra.
Debido a que, mientras trabajo, escribo muchas veces mentalmente, después le dedico a esa idea 24 horas o las que haga falta, siempre según el método que he decidido de escritura. La última, sin ir más lejos, la redacté en una libreta y a lápiz. Ahora llevo un mínimo de cuatro proyectos en marcha.