Apurando las largas vacaciones escolares de la Navidad, son muchas las familias que buscan actividades con las que llenar el tiempo libre de los más pequeños.
En Benidorm y en el resto de la Marina Baixa se han organizado largos catálogos de actuaciones y actividades propias de estas fechas, pero, como dice el dicho popular, ‘lo mucho cansa’ y entrados ya en la recta final de cara a la visita de los Reyes Magos, incluso el más entregado empieza a estar algo empachado de villancicos y demás manifestaciones navideñas.
Por fortuna, en un destino turístico de primer orden como es Benidorm donde, además, el buen tiempo suele ser la tónica habitual incluso en los días más fríos del invierno, es fácil encontrar planes alternativos que disfrutar en familia. Planes que, como en el caso de la visita al ‘Castellum’ del Tossal de La Cala, nos van a permitir estar al aire libre y, a la vez, acercarnos a la historia y la cultura de los antiguos moradores de la región.
Bien de Interés Cultural
Hace algo más de un año que, tras dos décadas de papeleo (olvidado buena parte de ese tiempo en algún cajón), el ‘Castellum’ del Tossal de La Cala vio reconocida su importancia arqueológica e histórica con su designación, por parte de la Conselleria de Cultura, como Bien de Interés Cultural (BIC).
Con ello, este fortín romano, datado en el siglo I antes de Cristo, pudo acelerar todavía más en los trabajos de musealización de un punto que viene a relatar cómo era la vida más de dos mil años antes de que turistas de todo el mundo vieran en Benidorm el destino ideal para sus escapadas vacacionales.
Data del periodo de la guerra sertoriana (del 82 al 72 a.C.), parte de la primera guerra civil de la República de Roma
Una ruta de piedras
En la segunda mitad del siglo XX Benidorm cabalgó, como pocas ciudades lo han hecho, a lomos del caballo de la revolución turística olvidando, en muchas ocasiones, la importancia de entender y, sobre todo, proteger (tanto en el sentido meramente cultural como en el físico) los restos de su pasado. Es por ello que llegados ya a la mitad de esta tercera década de los dos mil, a la ciudad le quedan pocas ‘piedras’ que visitar.
El ‘Castellum’ del Tossal de La Cala podría, por lo tanto, ser la culminación ideal de una pequeña ruta de restos arquitectónicos que debe incluir la visita a dos torres, las de Escaletes (o Morales) y Punta del Cavall (o Seguró), ambas declaradas BIC en 1998 y, en los dos casos, edificaciones defensivas del siglo XVI.
Hace poco más de un año el yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural
Freno a los piratas
Haciendo un recorrido de Levante a Poniente, la primera que aparece en nuestro recorrido es la Torre de la Punta del Cavall. De esta edificación de mampostería sólo ha llegado a nuestros días la base, alcanzando apenas siete metros de altura desde el suelo, y que en su día formó parte de ese entramado de puntos de vigilancia para avisar a la población sobre posibles incursiones de piratas berberiscos o cualquier otro peligro proveniente del mar.
Una visita que, por su proximidad, también invita a acercarse a otro punto muy conocido de la ciudad: la cruz. Esa inmensa estructura (hoy de metal) que se instaló en lo alto de la Serra Gelada en pleno ‘boom’ turístico para proteger a Benidorm y a sus vecinos de las malas influencias que sobre la moral iban a traer aquellos visitantes que, incluso en bikini, comenzaban a ver en nuestras playas un paraíso terrenal.
La ruta puede incluir la visita a las torres de Escaletes (o Morales) y Punta del Cavall (o Seguró)
Fecha confusa
En esa primera torre semiderruida, lo ideal será afrontar una larga caminata por el paseo de la playa de Levante haciendo, si es posible, una parada en el Castell, un punto que en los últimos años también ha visto cómo se sacaban a la luz algunos de sus restos arqueológicos y que ayudará a comprender todavía mejor, y de forma muy visual, cómo se podían conectar esas torres de vigilancia en una época en la que no había más tecnología que las señales visuales.
Desde allí, pondremos rumbo hacia Poniente para visitar la Torre de Escaletes ubicada en un lugar estratégico, junto al Camino Real, cerca de la playa y de agua potable, y construida en un momento histórico caracterizado por los continuos ataques de piratas.
En una de sus caras se puede leer una inscripción que indica que Soler mando hacer esta torre en el año 1777, algo que lleva a engaño ya que era costumbre que los nuevos propietarios de estas construcciones hicieran algunas obras y se adjudicaran así la construcción. Por eso, aparece en la inscripción ese año pese a que está documentada con anterioridad.
Guerra civil romana
Desde allí, un agradable paseo nos llevará hasta el ‘Castellum’ del Tossal de La Cala, seguramente el punto arqueológico más interesante y mejor conservado de toda la ciudad de Benidorm y que, tras esa declaración como BIC, ha sido musealizado y cuenta, además, con diversos puntos en los que, con la ayuda de nuestros teléfonos móviles, podremos acceder a recursos didácticos y explicativos gratuitos y muy reveladores.
El ‘Castellum’ del Tossal de La Cala se erigió durante el periodo de la guerra sertoriana (del 82 al 72 a.C.) como parte de la que iba a ser la primera guerra civil que viviría la República de Roma. En este punto se asentaron las tropas de Quinto Sertorio y ahora, más de dos milenios después, este viejo recinto militar nos descubre cómo era Benidorm mucho antes, incluso de que existiera Benidorm.