ENTREVISTA > Jesús Mateu / Ciclista adaptado (Paterna, 18-diciembre-1960)
Jesús Mateu es un ejemplo de lucha y superación. Tras enfrentarse a un cáncer que le llevó a perder una pierna, encontró en el deporte una nueva forma de vida, convirtiéndose en un apasionado del ciclismo adaptado y en una fuente de inspiración para quienes lo rodean.
Cuantos comparten la carretera con él admiran su fortaleza interior que le lleva a no rendirse nunca. Jesús comparte su increíble historia con otras personas, enseñando a transformar las dificultades en motivación para seguir adelante.
¿A qué te has dedicado en la vida?
Nací en Paterna, y he dedicado mi vida a trabajar y a cuidar de mi familia. Fui albañil durante veinte años y después camionero otros quince años, realizando rutas nacionales e internacionales. Ahora estoy jubilado y tengo dos hijos y tres nietos, que son mi orgullo.
¿Cuál es la enfermedad que padeciste?
En 2012 me detectaron cáncer tras un golpe que me di en el estribo del camión de mi hijo. A raíz de ese golpe me encontraron un bulto que resultó ser maligno. Fue una lucha muy dura, con diecisiete operaciones, entre ellas en 2017 la amputación de la pierna por encima de la rodilla. Después de muchas sesiones de quimio y radioterapia, parece que ahora está controlado.
«Aprendí a aceptar mi situación y a buscar maneras de seguir adelante. Cambiar mi actitud fue clave»
¿Cómo cambió el cáncer tu perspectiva sobre la vida después de perder una pierna?
Al principio fue muy duro. Me preguntaba constantemente: ¿por qué a mí? Pero con el tiempo cambié esa pregunta por ¿por qué no a mí? Aprendí a aceptar mi situación y a buscar maneras de seguir adelante. Hice el Camino de Santiago caminando 800 kilómetros, me inicié en el ciclismo y empecé a disfrutar más de la vida. Cambiar mi actitud fue clave.
¿Quién te ayudó en los momentos complicados?
La familia fue fundamental: mi mujer, mis hijos y mis amigos. Ellos estuvieron ahí para sacarme de casa, aunque yo no quisiera. También tengo un grupo de amigos de toda la vida con los que me reúno para cenar cada fin de semana desde hace más de cuarenta años. Además, mi propia fuerza de voluntad jugó un papel importante; aunque tenía bajones, siempre encontraba la manera de levantarme.
¿Qué significa el “puto cojo”? ¿De dónde viene?
Es un apodo que me puso mi sobrino Vicentín. En una carrera de quince kilómetros en Paterna hizo unas camisetas para nosotros y escribió “el puto cojo” en ellas. Desde entonces me lo tomo con cariño porque refleja esa idea de tirar para adelante a pesar de las dificultades. Es casi un símbolo de superación.
¿De qué forma descubriste tu pasión por el ciclismo?
Todo empezó en el camping donde vi a unos compañeros bajar de Teruel a Navajas en bicicleta, y decidí probar. Subí a una bici, me ataron la pierna, y lo conseguí. Después quise ir más allá, y buscando opciones llegué a la Federación Valenciana de Ciclismo Adaptado. Allí me encontré con personas increíbles que me ayudaron a mejorar y me motivaron a competir.
«Cada vez que entreno gano terreno a mis limitaciones; más que deporte es libertad y motivación»
Más allá de lo deportivo, ¿qué papel juega el ciclismo?
El ciclismo para mí es mucho más que deporte. Es terapia, libertad y motivación. Me ayuda a mantenerme activo, a no quedarme en el sofá pensando en lo que he pasado. Cada vez que entreno, siento que estoy ganándole terreno a mis limitaciones. También es una forma de conectar con personas que, como yo, han superado grandes obstáculos.
¿Cómo logras mantener una mentalidad positiva?
Siempre intento enfocarme en lo positivo. Me digo que, si no puedo correr, troto; si no puedo trotar, camino; y si no puedo caminar, alguien me ayudará a llegar como sea. También aprendí a no obsesionarme con los problemas. Cambiar mi actitud fue esencial para dejar de sufrir y empezar a disfrutar de la vida.
¿En qué clubes estás compitiendo? ¿Qué son para ti?
Compito con el equipo de ciclismo adaptado de Hyundai. Para mí, este equipo es una familia. Somos personas con diferentes discapacidades, pero compartimos las ganas de superarnos. Entrenamos juntos, competimos y nos apoyamos mutuamente. Es una fuente constante de inspiración.
¿Qué supuso para ti recorrer el Camino de Santiago?
Hacer el Camino de Santiago ha sido una de las experiencias más significativas. Recorrer esos 800 kilómetros caminando y, después en bicicleta, me enseñó que la fuerza no está solo en el físico, sino en la mentalidad. Es una prueba de que puedo lograr lo que me proponga.
Descubrí que mi fortaleza está en la mente. Hacer largas jornadas solo, enfrentándome al cansancio y al dolor, me enseñó a confiar en mi capacidad para superar cualquier desafío.
«Si no puedes correr, trota… No importa cuán despacio vayas, lo importante es no parar»
Muchas personas ven en ti un modelo de perseverancia. ¿Cómo te sientes al saber que inspiras a otros?
Es un orgullo saber que mi historia puede motivar a otros. He hablado con personas que estaban pasando por situaciones difíciles, y me emociona ver cómo mi experiencia les ayuda a cambiar su perspectiva. Les muestro que, si yo pude superar todo esto, ellos también pueden.
¿Quién te inspira a ti?
Mis compañeros del equipo de Hyundai, constantemente. Ver a personas con discapacidades mayores que las mías disfrutar y superar retos es increíble. También me inspiran mis nietos y mi familia, que me impulsan a seguir adelante.
¿Cuál sería el mensaje que le darías a alguien que está pasando por una situación difícil y busca encontrar la fuerza para seguir adelante?
Le diría que no se rinda, que la fuerza está dentro de cada uno. A veces no podemos hacer todo lo que queremos, pero siempre hay algo que podemos hacer. Busca una motivación, algo que te impulse a levantarte cada día. No importa cuán despacio vayas, lo importante es no parar.
¿Tienes algún próximo desafío o proyecto en mente? ¿Alguna carrera o aventura que te ilusione?
Este año quiero repetir la ’10 Picos’ y la ‘Quebrantahuesos’ (QH), dos carreras que me apasionan. También estoy entrenando para el Campeonato de Pista de Ciclismo Adaptado que se celebrara en febrero. Mi objetivo es seguir compitiendo y disfrutando del camino.