El balonmano comenzó a entrar en Almoradí en 1956, cuando se recogió en la localidad el primer reglamento de este deporte. En concreto los primeros impulsores fueron los hermanos José Antonio y Octavio Mira, carpinteros de profesión, quienes fabricaron unas porterías que sirvieron para organizar el primer torneo.
Poco después, en los años sesenta -nos relata Alfonso García, actual director técnico- fue tomando auge gracias a una organización juvenil, la OJE. “Se hicieron entonces los primeros equipos, compuesto uno de ellos por el padre de Rafa Follana, hoy presidente de la entidad”, expresa.
Este deporte fue tomando todavía más fuerza, también porque en Almoradí hay un poco menos de afición al fútbol, deporte que sabemos amasa la mayor cantidad de público. Prueba de ello, el Club Balonmano Almoradí se incorporó en 1968 a las competiciones federadas.
Los grandes impulsores
“Se fue consolidando debido en parte a personas como Javier Martínez o Manuel Lucas, recientemente fallecido”, rememora García. Ya en los setenta, el profesor de educación física Vicente Nebot, del colegio Canales y Martínez, le dio más ímpetu a este deporte, sobre todo a nivel escolar.
Jóvenes promesas -entre ellas el propio Alfonso- se fueron animando y en la etapa como presidente de Javier Martínez se fichó como entrenador a Alfonso Soriano, quien potenció todavía más a los noveles, véase Manolo Zaplana o Antonio Miralles. “El balonmano se consolidó al contar ya con equipo senior, juvenil y cadete”, indica.
Otra persona de vital importancia en aquellos años fue Antonio Rodríguez ‘El Chato’, encargado de llevar a los chavales de arriba abajo con su Seat 1500, sin olvidarnos de Salvador Mellado, histórico delegado del club.
El balonmano fue tomando auge en los años setenta gracias a una organización juvenil, la OJE
Mejores años
El CB Almoradí siempre ha sabido su condición de equipo familiar, aunque fue su exposición pública y promoción en el municipio la que provocó su notable evolución, sobre todo a partir de la década de los ochenta.
Mención especial merece el gran José ‘Pitiu’ Rochel, que tras triunfar en Calpisa y la Selección Nacional, nos ‘regaló’ una temporada inolvidable, la 1980-81. “Después fue nuestro entrenador”, apunta García. En su honor se celebra todos los años el Memorial Pitiu Rochel.
Fue la primera época dorada de nuestra institución, con la consecución de diferentes ascensos y títulos menores, además de ser nombrados en 1983 mejor club de la provincia de Alicante. Décadas más tarde, en 2006, fue finalista del mismo galardón.
Mención especial merece Pitiu Rochel, quien en la 1980-81 nos ‘regaló’ una temporada magnífica
Crisis económica y reflote
Seguidamente, en los noventa, los problemas económicos acuciaron de tal forma que el CB Almoradí se vio obligado a descender de categoría. “Fue un paso atrás, pero necesario”, reflexiona García, quien tomó las riendas del club en 1999, en unos instantes complicados, tras la dimisión como presidente de Antonio Rodríguez.
Conformó un grupo de trabajo y con acierto, pundonor y mucho entusiasmo se logró el ascenso en la temporada 1999-2000, de la última categoría provincial a Primera Autonómica. “A continuación subimos a Primera Nacional y en la 2006-2007 el ascenso a nuestra máxima categoría, la División de Honor B”, remarca.
A Alfonso todavía le brillan los ojos al contar la remontada histórica -¡12 goles!- en una eliminatoria a doble partido frente al Balonmano Costa Blanca, con prórroga incluida. “Fue un encuentro realmente increíble”.
Para el recuerdo de los aficionados, los doce goles que se remontaron al CB Huesca en el ascenso de 2007
Un referente
Los tres años del CB Almoradí en la División de Plata del balonmano español hizo que el club volviera a ser un referente, “un club respetado”. De aquel periodo destacar el Campeonato de Torrellano y el premio, en 2005, al mejor entrenador de la provincia, Francisco Nolasco.
García, que había dejado la entidad, considera que “también nos meceríamos el premio al mejor club, porque tanto en la 2005-2006 como en la posterior estuvimos invictos hasta las últimas jornadas de la fase regular”. En ese primer año llegaron a disputar el play-offs de ascenso, siendo derrotados en los segundos finales por el CB Huesca.
En palabras del actual director deportivo, “nos quedamos con la miel en los labios”, con el pabellón, el Venancio Costa, abarrotado (1.000 aficionados). En la nueva cancha, bautizada Maite Andreu por la jugadora internacional -natural de Almoradí-, “hemos llegado a meter 1.500 personas, ante el Bidasoa de Irún”.
Los últimos años
Arrastrados por la crisis financiera de 2008, el club descendió nuevamente a la categoría más baja, otra vez un acicate para volver a levantarse, como demostraron en 2015 con la disputa de la fase de ascenso a Primera Nacional.
Follana pasó de ser jugador a directivo y luego presidente. “Bajamos de nuevo, volvimos a subir y bajar, estando ahora en Primera Autonómica, conocida asimismo como Segunda Nacional”, expone el máximo dirigente. ¡La ilusión del CB Almoradí sigue viva!