La vendimia en la demarcación geográfica de la Denominación de Origen (DO) Utiel-Requena es probablemente la actividad con más tradición de todas las existentes. La uva se cultiva en la zona desde tiempos remotos -siglo VII a.C.-, como atestiguan numerosos documentos y excavaciones arqueológicas.
Sin duda, la vendimia es una parte clave del calendario agrícola anual en muchas regiones vinícolas, pues marca el punto culminante de un año de duro trabajo para los viticultores y enólogos, siendo una época de gran emoción y expectación. Además, las distintas variedades requieren métodos y momentos diferentes para obtener los mejores resultados.
Eso significa que es clave para asegurar que se extraigan los mejores sabores de las uvas. Durante la misma, los vendimiadores y enólogos deben vigilar cuidadosamente el grado de madurez, para determinar el periodo óptimo de su recolección, que suele ser estrecho.
Comienza el proceso
Se trata de un momento de fiesta porque, tras meses mimando y cuidando el campo, llega el instante de recoger los frutos, literalmente. Con la vendimia arranca el proceso de producción de vino: por fin se recolecta la materia prima que permite elaborarlo.
Esto provoca que en todas las denominaciones de origen sean unas semanas de gran jolgorio. De hecho, es en la vendimia cuando el campo y la bodega se fusionan y se contagia el espíritu de la ‘Fiesta de la vendimia’ a toda la región.
Como muchos saben, en ocasiones se realiza literalmente una fiesta, imitando tiempos pasados, cuando la celebración se vivía en los campos, acompañando a los trabajadores.
Es determinante en el proceso de producción del vino: por fin se recolecta su materia prima
Origen
El origen de la vendimia se remonta 8.000 años atrás, época en la que se hallan las primeras pruebas de existencia del vino. Por tanto, aunque el cultivo de la vid, tal y como lo conocemos, es relativamente joven, el acto de vendimiar es milenario, al igual que el vino.
A modo de curiosidad, hay incluso inscripciones egipcias donde se encuentran alusiones a este acto obligatorio antes del disfrute de una buena copa de vino. Etimológicamente, la palabra vendimiar no tiene tanto misterio, significa ‘recoger el fruto de las viñas’.
Pero según la RAE, este término también hace referencia al hecho de disfrutar algo o aprovecharse de ello, sobre todo de forma injusta o violenta. Una referencia muy curiosa.
Con primavera lluviosa y seca y verano caluroso, la presente campaña provocó un adelanto
El instante adecuado
El momento de iniciar la vendimia viene señalado por el clima. La campaña de este año, nos apuntan los expertos, se ha caracterizado por una primavera lluviosa y fresca y un verano muy seco y caluroso, lo que provocó un adelanto en días del inicio de la vendimia.
Comenzó a finales de agosto para las variedades blancas y alrededor de la primera quincena de septiembre para las tintas. Asimismo, la vendimia no tiene lugar al mismo tiempo en todo el viñedo de la DO Utiel-Requena, sino que cada variedad de uva requiere su tiempo.
Habitualmente se comienza por la uva Chardonnay y la última en llegar a las bodegas es la Bobal, autóctona de Utiel-Requena. Dependiendo también de si el viñedo está en la zona alta o baja, se comenzará la vendimia más temprano o más tarde.
El comienzo de la vendimia lo deben decidir tanto el clima como el enólogo de la bodega
Cuánto se tarda en vendimiar
La vendimia en esta región suele durar entre 30 y 45 días. No significa que durante ese periodo se vendimie siempre, porque cada viticultor lo hará en función de su variedad. Pueden empezar los primeros y terminar los últimos, pero haber tenido parones de por medio.
Muchas familias utilizan cuévanos, otras optan por cajas o pozales, solo elegidos en función de su preferencia, no por variedades. De igual modo, algunos prefieren hacer la vendimia de forma manual, al tiempo que otros apuestan por una más mecanizada.
La función del enólogo
El comienzo de la vendimia lo deciden el clima y el enólogo de la bodega. En la última mitad del verano, las visitas a los viñedos se hacen más frecuentes: en ellas se toman muestras, que se catan y controlan en sus diferentes parámetros.
En la cata se aprecian los matices de la piel, la pulpa, la pepita… Ya en la muestra que se lleva al laboratorio se analizan el resto de parámetros físico-químicos, véase acidez total o color. Al alcanzar el punto óptimo, todo está preparado para el gran momento: vendimiar.
Los vinos jóvenes cosechados ya están fermentando, y serán los primeros que se podrán degustar, normalmente a finales de año los blancos y rosados, y los tintos a principios de 2025. Los vinos crianza y reserva, por su parte, necesitan fermentaciones y elaboraciones más longevas, que les den estructura y permitan conseguir un sabor redondo, tal es el caso de un reserva, que suele envejecer unos 36 meses.