Sergio Sáez, lejos de conformarse con ser un soberbio violista, se lanzó hace unos años -una vez finalizada la pandemia- a la dirección de orquesta, “formándome para aquello que deseaba”. De hecho, tres cuartas partes de su vida las ha dedicado en exclusiva a la música, “sin la que jamás podría vivir”.
Su currículo es envidiable: tras pasar por la Orquesta Sinfónica de Sevilla, fue solista en la de RTVE, circunstancia que le llevó a Madrid. Allí encontró el amor, “con una mujer que también es músico, precisamente” (ríe), y ahora vive a caballo entre la capital y València.
Son numerosos los compromisos que ya tiene cerrados, “aunque la mayoría no se pueden desvelar”, nos avanza. Sí puede confirmar que este 2025 repetirá en Oviedo con ‘Un día de zarzuela’, actividad destinada a un público más joven.
¿Cuáles fueron tus orígenes en la música?
Posiblemente procede de mis padres, que, junto a otros miembros de la familia, siempre han mostrado una gran sensibilidad por la música. Sin ser profesionales, pertenecieron muchos años al Orfeón Polifónico Amigos de la Música, del Centro Excursionista Eldense, y formaron parte de la Agrupación Lírica.
Seguidamente, a los once años -algo tarde- me inicié con la viola en el Conservatorio de Elda, haciendo la prueba de acceso al Superior cuatro cursos antes de lo que me tocaba.
¿Pasaste entonces a Castellón?
Sí, donde completé los dos primeros cursos del Grado Superior, aunque los dos últimos decidí realizarlos en Palma de Mallorca. Me cambié porque anhelaba estudiar con un profesor en concreto, Enrique Santiago.
Al finalizar hice oposiciones a la Orquesta Sinfónica de Sevilla y gané la plaza. Remarcar, en ese sentido, la dificultad de conseguirlo, pues se presentaron cientos de músicos.
«Quise completar los dos últimos cursos del Superior en Mallorca, junto al profesor Enrique Santiago»
¿En Sevilla te fuiste nutriendo de grandes profesionales?
Sin duda, pero antes ya había hecho mi turné por las orquestas jóvenes, con directores de altísimo nivel. Esa etapa -una experiencia fantástica- fue determinante para ser el músico que soy ahora.
Cuando llegué a Sevilla estaba perfectamente preparado para ser miembro de una orquesta profesional. Estuve un total de tres años en la capital hispalense.
Háblanos de tus virtudes musicales.
Desde el comienzo de mi formación he querido trabajar en una orquesta. Destacaría, por lo tanto, mi experiencia orquestal -donde me siento cómodo-, colaborando en un sinfín de ellas.
He trabajado mucho también (Oviedo, Madrid o Barcelona) como asistente a la dirección, el que hace los ensayos que el principal no puede, función que seguiré desarrollando en un futuro.
«Durante años he sido -sigo siéndolo- asistente de dirección, dirigiendo los ensayos cuando el principal no está»
¿Por qué querías entrar en la orquesta del Palau de les Arts?
Porque es la mejor de España y me interesaba muchísimo estar al lado de directores de primerísima fila. Señalar, además, que llevo catorce años en el Palau de les Artes como violista.
Uno de mis objetivos siempre fue que me dirigieran los mejores para aprender de ellos, pensando en mi carrera como director, que comenzaría poco después.
¿Qué tres proyectos te encargaron?
El primero fue un concierto benéfico que tenía el objetivo de recaudar fondos para Ucrania, que acababa de ser invadida por Rusia. En nuestra orquesta hay una pequeña comunidad de ucranianos y fue un momento sumamente emotivo, acabando con una obra del compositor Miroslav Skórik, una melodía muy triste.
Dos meses después, en julio de 2022, me ofrecieron dirigir dos jornadas nocturnas de puertas abiertas, que permitía al público acceder a varias salas del edificio, entre ellas la de ensayos de la orquesta. Pudieron escuchar un concierto corto de oberturas de ópera y zarzuela.
«En el Palau de les Arts he desarrollado tres proyectos, uno de ellos un concierto benéfico por Ucrania»
¿Y el tercero?
Consistió en una gira estival, en 2023, por la Comunitat Valenciana con el grupo de metales y percusión de la orquesta. Acudimos a localidades como Callosa d’en Sarrià o Museros, así como a la cárcel de Picassent, tocando para los reclusos, ¡una experiencia fantástica para todos, especialmente para ellos!
De igual modo, junto a los músicos ucranianos -y otros (voluntarios)-, organizamos un concierto para recaudar fondos, en este caso para los drones de vigilancia, claves en este conflicto bélico. Durante la cita interpretamos el ‘Requiem’ de Mozart.
En 2023 también participaste en ‘Un día de zarzuela’.
Exacto, con la Oviedo Filarmonía del Teatro Campoamor. La temporada de zarzuelas, gestionada por el Ayuntamiento, tiene lugar entre marzo y julio, y durante ese periodo se organizan otro tipo de actividades, como ‘Un día de zarzuela’, destinado a un público más adolescente.
Con la orquesta y tres cantantes solistas se confeccionaron piezas de zarzuela, intercaladas con conversaciones teatrales, muy bien adaptadas a la Generación Zeta. Necesitaban un director musical, me llamaron y para este abril me han vuelto a invitar.