Entrevista > Pedro Hípola y Ana Campellos / Monitores de yoga
El yoga es una disciplina espiritual, física y mental, originaria de India y creada hace miles de años, “mucho antes de Jesucristo”, nos apuntan los monitores Pedro Hípola y Ana Campellos. De hecho, además de enfatizar la liberación, se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, budismo y jainismo.
Ambos gestionan el Grupo de Recreación Deportiva Ananda Yoga, ubicada en Gran Alacant, próximo al cabo de Santa Pola. Ingenieros de formación, durante su etapa en Chile, Ana -con numerosos momentos de soledad- entró en contacto por primera vez con el yoga y en poco tiempo se convirtió en su pasión.
Tras su regreso, en 2016, cursó la primera promoción del certificado de profesionalidad de Instrucción en yoga impartido en la provincia, y pronto comenzó a dar clases, “inicialmente de manera gratuita para la biblioteca”. Había mucha demanda y no dudaron en crear la que acabó siendo la primera asociación deportiva de la Comunitat Valenciana constituida para la práctica de yoga.
¿Cuáles son las virtudes del yoga?
Pedro Hípola (PH) – Primero indicar que no es un deporte, sino una disciplina holística que engloba muchos aspectos, entre ellos el físico, que no es el más importante. Es sobre todo una disciplina mental.
¿Por qué está tan de moda?
Ana Campellos (AC) – A las clases de yoga vienen fundamentalmente dos tipos de personas. Primero los que han padecido alguna lesión, realizando deporte o debido a su vida sedentaria: sufren mucho dolor y los propios médicos les aconsejan iniciarse en esta práctica.
Otros llegan porque les ha sucedido algo parecido a mí, es decir, han pasado un periodo muy angustioso y desconocen el por qué.
«Durante el savásana, al finalizar la clase, algunos se levantan con lágrimas en los ojos tras soltar emociones» A. Campello
¿Cómo son vuestras clases?
AC – Se inician con un pequeño centramiento, cuya finalidad es dirigir la atención mental desde el exterior hacia nuestro interior, generalmente a través de la observación de la respiración. Así nos preparamos para realizar el trabajo físico posterior con consciencia plena.
Le sigue un breve calentamiento para comenzar a movilizar las articulaciones y, a continuación, se realiza la secuencia de posturas (o ásanas). Con cada una se trabajan determinados músculos, órganos internos (hígado, páncreas…), y/o glándulas (tiroides, timo…).
¿Suelen ser variadas?
AC – Intento que sí, que cada clase (90 minutos) sea diferente, para que los alumnos toquen todo su cuerpo y los distintos puntos energéticos, los llamados chakras. Finalizadas las posturas -mezcla de equilibrio, fuerza y elasticidad- llega el momento del savásana.
Todo lo que hemos creado ha limpiado nuestros canales energéticos. En esa parte incorporo un poco de meditación, ya sentados.
«Sea cual sea la motivación que te lleva al yoga, la mejoría va ligada a la constancia en la práctica» P. Hípola
¿Qué beneficios aporta el yoga?
PH – Una notable mejora de la salud física y mental. Asimismo, mediante las clases puedes conocerte mucho mejor en el aspecto emocional, aunque lo realmente difícil del yoga comienza después.
¿A qué te refieres?
PH – A lo largo de las clases estás en tu cuerpo, en ti, experimentando sensaciones y tu mente permanece tranquila, pendiente de esas sensaciones físicas. En esa hora y media te sientes realmente bien, en paz, pero después hay que aplicarla cuando llegas a casa o estás en el trabajo.
«El objetivo es controlar la actividad anárquica de la mente, enfocando la atención en un solo pensamiento» A. Campello
¿Muchos lo consiguen?
AC – Observamos que las personas más estresadas o angustiadas son las que más rápidamente notan los cambios que el yoga provoca en ellos. En ocasiones, tras la meditación guiada en el savásana, algunas personas descubren emociones reprimidas que tenían, y las dejan marchar. No es raro ver a alguien secándose las lágrimas soltadas tras esa escucha interior.
Quienes acuden motivados por conflictos personales terminan descubriendo que, para que sus circunstancias cambien, son ellos los primeros que deben cambiar. Cuando esto ocurre y se produce el cambio en uno mismo -en la forma de percibir su realidad-, su entorno también lo hace con ellos. Todo empieza y acaba en uno mismo.
PH – Sea cual sea la motivación que te lleva a practicar yoga, la mejoría va ligada a la constancia en la práctica. Tanto el aspecto físico como el mental o emocional se entrenan, y al igual que en un ejercicio de musculación, cuanto más se entrena, más se desarrolla.
¿Todos deberíamos practicarlo?
AC – Al menos meditar, sentarnos mínimo siete minutos todos los días para analizar nuestros sentimientos y emociones, empezando por escuchar la respiración. El objetivo es controlar la actividad anárquica de la mente, pararla, enfocarla en un solo pensamiento, similar a reiniciar un ordenador.
La mejor hora es por la mañana, al tener la mente más calmada. También es bueno meditar antes de entrar a dormir, para alcanzar el sueño con la mente tranquila.