Entrevista > Ebony Caballero / Entrenador del Club Rítmica San Vicente (San Vicente del Raspeig, 30-junio-1998)
Sin duda, uno de los imprescindibles para hacer bien tu trabajo es disfrutar de él. Este es el caso de Ebony Caballero, quien lleva formando parte del mundo de la gimnasia rítmica desde los nueve años. Ya entonces se quedaba mirando a las gimnastas mientras acompañaba a su hermano a los entrenamientos de fútbol: “Yo quiero hacer eso”.
Desde entonces, toda una vida dedicada a este sacrificado deporte. Ebony compitió a nivel nacional, llegando a ser deportista de élite, hasta que en 2016 se retiró de la competición con dieciocho años.
Entrenando a grupos de edades desde los quince años, la sanvicentera se ha convertido en un pilar para el Club Rítmica San Vicente, dirigiendo en la actualidad a diecisiete gimnastas divididas en tres grupos distintos. “Mi entrenadora vio que me gustaba y lo hacía bien, y así hemos ido progresando hasta ahora”.
¿Por qué decidiste ser entrenadora?
Me gustaba mucho el deporte y lo que transmitían mis entrenadoras, y veía que también lo podía hacer. Empecé con quince años, entrenando a nivel escolar. Poco a poco fui avanzando, mi entrenadora vio que me gustaba y lo hacía bien, y así hemos ido progresando hasta ahora.
Actualmente llevo a diecisiete gimnastas. Están divididas en tres grupos, pero prácticamente entrenan a la vez. Con menos experiencia a lo mejor hubiera tenido algún problema de organización, pero a día de hoy lo llevo bastante bien.
«Hay mucho nivel, una diferencia de 0,10 pueden ser más de cien posiciones»
Fuisteis Campeonas de España en 2024.
Sí, con el grupo de infantil, es un grupo increíble. Ese año fuimos terceras de España en mayo y primeras de España y Campeonas de Autonomía en noviembre. En 2023 fuimos sextas de España.
El año pasado íbamos a ser campeonas, pero cuando quedaban cinco segundos de ejercicio se cayó un aro y nos penalizaron. Al final hay mucho nivel y mucha gente, por lo que un 0,10 en puntuación pueden ser más de cien posiciones.
¿Cómo es la rutina de entrenamiento?
Entrenamos tres veces a la semana, incluidos los sábados si no hay competición, unas tres-cuatro horas diarias. Llegamos y hacemos lo que llamamos el calentamiento: corporal, estirar pies y brazos y el específico de cada día. El resto lo dedicamos a preparar el ejercicio que presentaremos en la competición, trabajar todo el rato a repeticiones para ir mejorándolo con la música.
Los ejercicios, por ejemplo, el de conjunto con el que ganamos, empezamos a ensayarlo en junio, en septiembre empezamos a competir, pero cuando realmente está perfecto es en noviembre. Mientras, nos presentamos a campeonatos para ver como sale el ejercicio en situación de competición.
Dividimos el calendario en dos temporadas, abril y noviembre. Esas son las épocas de nacionales, y antes de eso hay clasificatorios. Por ejemplo, para esta temporada (abril) empezamos a prepararnos en diciembre y a competir en febrero; y ya entramos en lo que llamo la rueda.
«Ha sido mi mejor año, tanto por logros como por sensaciones»
¿De qué forma se gestiona mentalmente un deporte tan exigente?
A nivel mental es duro, pero a la vez es muy satisfactorio cuando las cosas salen bien. El año que fallamos lo pasamos mal y lloramos todos: mis gimnastas, sus familias y yo. Es un deporte muy sacrificado y te das cuenta de que lo puedes perder todo en una milésima de segundo. Pero una vez que llegué a Alicante dije hasta aquí, mañana más y mejor, y volví a empezar otra temporada con toda la ilusión.
De hecho, son terceras de España porque decidimos llevar el mismo ejercicio con el que fallamos el año anterior, para demostrar que nos lo merecíamos, y así fue. Vi que todas necesitábamos demostrar que podíamos.
En cuanto a otros equipos, ¿hay mucha competitividad?
Obviamente cada uno quiere ganar, pero al final es un ambiente sano. Mis gimnastas son amigas de otros clubes y yo con las entrenadoras me llevo súperbien, si les tengo que preguntar algo lo hago. Después de todo, todos vamos a mostrar nuestro trabajo y a que se vean los resultados. A mí que falle el resto me da pena, al igual que fallen las mías, porque al final se lo que trabajan porque yo también lo trabajo.
Por otro lado, dentro del equipo nos apoyamos mucho. Solemos intentar que todo el grupo se mantenga desde categorías inferiores hasta ahora. Se van yendo y van viniendo algunas chicas, pero la mayoría llevan desde siempre unidas. Al final pasan muchas horas juntas y es bueno que se conozcan y se lleven bien. Siempre recalco que somos un equipo, si falla una, fallamos todas.
«Actualmente llevo a diecisiete gimnastas»
Es habitual ver gimnastas muy jóvenes, ¿a qué se debe?
A ver, por ejemplo, una chica eslovena que participó en París o la española Polina Berezina, son gimnastas que superan los veintisiete años, pero sí, predomina la gente joven. Todo deporte a alto nivel es muy sacrificado, es bonito pero el de alto rendimiento no tanto.
Aguantan lo que aguanta el cuerpo. A nivel internacional son ocho horas diarias de entrenamientos durante cinco días a la semana, y es un deporte muy lesivo. Llega la que aguanta esa carga física y mental, aunque he de decir que cada vez aguantan más. La disciplina y los métodos de entramiento mejoran, y los profesionales que nos rodean también.
Valoración de 2024 como entrenadora.
Estoy muy contenta, porque creo que he conseguido lo que tenía que conseguir con ellas. Luego a nivel de otros equipos a lo mejor no he conseguido lo que quería conseguir, pero con ellas sí.
Ha sido mi mejor año, tanto por logros como por sensaciones; además, este es el último. La gimnasia es muy bonita, pero a nivel económico no puedes depender de ello. Este año acabo la carrera y si quiero trabajar, no puedo seguir entrenando. En un futuro, si veo que se puede compaginar estudiaría volver, pero de momento cierro etapas.