Si ya hoy en día es poco habitual encontrar municipios donde la práctica totalidad de sus vecinos sean socios de una misma cooperativa eléctrica, ni hablar a principios del siglo XX. Sin embargo Crevillent quiso ser pionero en toda España impulsando esta innovadora fórmula.
Justo este año la Cooperativa Eléctrica San Francisco de Asís (empresa matriz del Grupo Enercoop) celebra su primer centenario. A lo largo de su historia esta entidad ha cambiado considerablemente, igual que lo ha hecho la propia localidad, pero sigue funcionando con los mismos objetivos que comenzó hace ya cien años.
Los fructíferos años 20
Para entender el contexto histórico en el que surgió esta cooperativa, es necesario determinar que en plenos años 20 del siglo pasado la situación económica de España (y del mundo occidental en general) era bastante boyante. Eran tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, y el régimen trataba de ganarse la afección de la población realizando multitud de obras públicas.
En estos años se urbanizaron nuevos barrios, se construyeron nuevas líneas de trenes, se asfaltaron carreteras y se amplió la red eléctrica para que llegara a más lugares. En aquel entonces Crevillent era un pueblo de unos 12.000 habitantes, y también se encontraba en una época de apogeo sobre todo gracias a su industria alfombrera.
Fue fundada por varios empresarios del textil para asegurar el suministro de electricidad a sus fábricas
Carencias de electricidad
Fueron precisamente los industriales textiles crevillentinos quienes propiciaron la idea de crear una cooperativa eléctrica. Sus compañías estaban en pleno proceso de mecanización, y necesitaban más energía para poder mantener o ampliar la producción.
En realidad durante esta época ya se habían constituido multitud de sociedades eléctricas a lo largo de España. También en Crevillent, donde operaba La Popular Eléctrica de San José desde 1918.
Sin embargo esta compañía local se mostró bastante inoperante en la distribución de electricidad, dado que no poseía demasiados medios modernos para ello y no parecía haber más promotores interesados en invertir por aquí. De hecho, hasta tres industrias crevillentinas optaron por generarse ellos mismos la electricidad, para así evitarse sufrir los continuos recortes y apagones a los que se veían sometidos dependiendo de la Popular.
Así pues, estos empresarios acabaron por plantear la idea de unirse para crear su propia cooperativa eléctrica. No obstante ellos consideraban que su sector era el textil y no se plantearon la posibilidad de hacer negocio con la electricidad. Esto fue lo que marcó que el caso de Crevillent fuera único en todo el país.
Los fundadores no concibieron la electricidad como un negocio, sino con carácter benéfico
Cooperativa benéfica
El primer paso para constituir semejante proyecto fue lidiar con los poderes públicos. A lo largo de 1924 los promotores se reunieron varias veces tanto con el Gobierno Civil de Alicante (institución actualmente llamada Subdelegación de Gobierno) como con el Ayuntamiento. Finalmente se consiguió la autorización de la primera administración, y se compró una parcela a la segunda para construir un centro de transformación.
Una vez zanjados estos asuntos políticos, el 9 de enero de 1925 se celebró la junta fundacional de la nueva cooperativa. Vicente Magro Quesada fue elegido por votación como el primer presidente de la entidad.
El nombre oficial que recibió fue ‘Sociedad Cooperativa Eléctrica Benéfica de Crevillente San Francisco de Asís’. La palabra “benéfica” no era baladí, pues se estableció en sus estatutos que el fin no era hacer negocio sino distribuir la energía eléctrica por el pueblo de forma “justa y eficaz”. De hecho se estableció que todas las ganancias netas debían destinarse a obras sociales.
Hacia 1950 se consiguió que prácticamente todos los hogares dispusieran de luz eléctrica
Expansión por el pueblo
Con el paso de los años tanto las demás industrias, como la gran mayoría de los crevillentinos a nivel particular, fueron asociándose a la Cooperativa con participaciones que costaban 25 pesetas. La antigua Popular Eléctrica de San José acabó siendo absorbida por ésta en 1929.
Cabe señalar que en aquella época todavía quedaban casas y barriadas enteras del pueblo donde no llegaba la electricidad. La cooperativa se encargó de construir nuevas infraestructuras y se calcula que hacia 1950, aún con Guerra Civil y Posguerra mediante, la práctica totalidad de los hogares crevillentinos ya recibían el servicio.
Salto al exterior
El proceso de globalización acontecido en los años 80 y 90 supuso un nuevo reto para la supervivencia de esta entidad local, en un mercado copado por las grandes compañías eléctricas.
No obstante, la antigua ‘Cooperativa de la llum’ -como se le solía conocer popularmente- supo evolucionar constituyéndose como Grupo Enercoop en 2004, para poder comercializar energía también fuera de Crevillent. Este nuevo reenfoque permitió la construcción de la planta solar de El Realengo en 2008.
Actualmente Enercoop aglutina a quince empresas e incluso cuenta con otras infraestructuras energéticas en varios lugares de España y Portugal.
Desde AQUÍ en Crevillent por supuesto solo nos queda felicitar a esta pionera cooperativa por su primer centenario llevando electricidad a los crevillentinos.