Entrevista > Samuel Re, Walter Hernández y Rocío Gómez / Miembros del Altea Touch Rugby
El touch rugby es una variante del rugby tradicional que elimina el contacto físico, convirtiéndose en una opción ideal para quienes buscan un deporte dinámico, inclusivo y menos agresivo. En lugar de placajes, los jugadores solo deben tocar al rival con la mano para detener su avance.
Samuel Re, uno de los impulsores del Altea Touch Rugby, explica que esta modalidad es perfecta para quienes nunca han jugado al rugby o quieren evitar el contacto físico, ya sea por falta de tiempo, lesiones previas o simplemente preferencia. Además, al ser un deporte mixto, fomenta la participación de todos, independientemente de su edad, género o condición física.
Resistencia y velocidad
Aunque el touch rugby prescinde del contacto, no por ello deja de ser exigente. Walter Hernández, capitán del equipo, destaca que la resistencia y la velocidad son clave, ya que el juego es continuo y rápido.
Rocío Gómez, otra integrante del equipo, subraya que este deporte es una excelente puerta de entrada para las mujeres al mundo del rugby, rompiendo estereotipos y fomentando la igualdad. Con solo dos clubes consolidados en la Comunitat Valenciana, el Altea Touch Rugby busca crecer y formar una liga, promoviendo un ambiente familiar y de buen rollo, pero sin perder la competitividad.
¿Qué es el touch rugby?
Samuel Re (SR) – Es una variante del rugby tradicional, pero sin contacto. No hay placajes, sólo se toca al rival con la mano. Cuando un jugador es tocado, debe dejar el balón en el suelo para que el juego continúe.
O sea, como cuando jugábamos de pequeños al pilla-pilla, pero con balón.
SR – Sí, es un concepto parecido.
Con ello, eliminamos la parte más agresiva del rugby que, quizás, es la que más miedo pueda infundir a la gente a la hora de empezar.
SR – Exacto. Es ideal para quienes nunca han jugado al rugby y para aquellos que lo han hecho, pero quieren evitar el contacto físico. También es perfecto para quienes no pueden entrenar con tanta intensidad por falta de tiempo o por lesiones previas.
A pesar de no haber contacto, ¿sigue siendo un deporte exigente?
Walter Hernández (WH) – Sí, es un deporte muy dinámico. Al no haber contacto físico se necesita más resistencia porque el juego es continuo y rápido. Además, permite la inclusión ya que es un deporte mixto.
¿Tú vienes del rugby tradicional?
WH – Pero jugué poco tiempo. Las reglas del touch rugby son diferentes y cambia completamente la forma de jugar.
Antes ha dicho Walter que es un deporte mixto.
Rocío Gómez (RG) – Efectivamente, el equipo es mixto. Lo bueno es que no importa el tamaño ni la edad ni el sexo. Desde los dieciocho años en adelante cualquiera puede jugar.
«Me gusta el contacto, pero en touch rugby me controlo. Aquí la clave es la estrategia y la velocidad» S. Re
¿Dieciocho años para practicarlo o para competir?
RG – Para poder jugar competiciones. Para acompañarnos y entrenar, cualquiera puede hacerlo.
Samuel, tú sí vienes del rugby tradicional, ¿verdad?
SR – Sí, he jugado bastante tiempo y en varios sitios.
¿Te cuesta jugar sin ese contacto físico tan duro del más clásico?
SR – A mí me gusta el contacto, pero en touch rugby me controlo. Aquí la clave es la estrategia y la velocidad.
Hablemos de la competición. ¿Cuántos equipos hay en la Comunitat Valenciana?
SR – Actualmente, sólo hay dos clubes consolidados: La Roca y el CAU. Ahora nos sumamos nosotros en Altea. La idea es que crezcan más equipos y podamos formar una liga. En España, las ligas más fuertes están en Madrid y Barcelona.
¿Y cuántos jugadores hay en un equipo?
SR – Se juega con seis: tres chicos y tres chicas.
¿Cómo surge la idea de crear Altea Touch Rugby?
SR – Queríamos un deporte inclusivo, accesible y dinámico. Hay gente a la que le gusta el rugby, pero no puede jugarlo por las exigencias físicas. Con esta modalidad todos pueden participar.
Walter, ¿cómo te nombraron capitán?
WH – (Risas) Empezamos pocos y siempre he sido el que anima al equipo, el que motiva y mantiene el buen ambiente. Creo que me eligieron por eso.
«Al no haber contacto físico se necesita más resistencia porque el juego es continuo y rápido» W. Hernández
¿Cuántos jugadores sois ahora?
WH – Unos dieciséis o diecisiete, y seguimos sumando.
SR – Necesitamos más porque la rotación es clave. Muchos trabajan y no pueden asistir siempre.
Por todo lo que decís y por el hecho de ser un deporte de equipos mixtos, el touch rugby puede ser una gran puerta de entrada para las mujeres al mundo del rugby, ¿no?
RG – Sí, yo animo a todas las chicas a probarlo y a romper con los estereotipos. Cada vez hay más mujeres en deportes como el fútbol y el rugby, pero todavía falta camino por recorrer.
¿Dónde entrenáis?
SR – Por ahora, en el campo de fútbol de Altea la Vella y a veces en Garganes. Queremos un espacio fijo, pero estamos trabajando en ello.
¿Y cómo puede contactar con vosotros quien quiera probar?
SR – Estamos en Instagram, Facebook y en nuestros perfiles también se indica nuestro número de WhatsApp. Sólo tienen que buscar Altea Touch Rugby.
«Lo bueno de este deporte es que no importa el tamaño ni la edad ni el sexo» R. Gómez
¿Con qué frecuencia entrenáis?
SR – Hemos añadido un día más. Entrenamos los miércoles a las ocho de la tarde y los domingos a las diez de la mañana.
¿El balón es ovalado como en el rugby tradicional?
SR – Sí, pero no se usa el pie en absoluto. Sólo se juega con las manos y el pase siempre es hacia atrás.
Rocío, ¿qué te ha aportado este deporte?
RG – Familia, buen rollo, diversión y conocer gente nueva.
Walter, tú como capitán, ¿eres de los que lo ve más como ocio o como competición?
WH – Me sucede como a Rocío y disfruto mucho de ese ambiente y de los entrenamientos, pero cuando jugamos, competimos al máximo.
Y, por supuesto, también del tercer tiempo… ¡eso sí que no puede faltar!
Es que el rugby, en cualquiera de sus variantes, sin tercer tiempo pierde todo el interés.
WH – (Risas) ¡Siempre hay tercer tiempo!