‘El diario de Anna Frank’ es una serie de relatos, escritos por la joven neerlandesa, que describen su vida adolescente y los dos años que permaneció oculta junto a su familia -de origen judío- en un desván ubicado en Ámsterdam, hasta que los nazis los descubrieron el primero de agosto de 1944.
Somos muchos los que comenzamos a descubrir la literatura mediante este libro, o similares, aunque poquísimos los afortunados que después pueden interpretar la obra. Aitana Munera, entusiasta y talentosa actriz, lo hizo con éxito del 19 al 23 de febrero en Espai Inestable (Valencia).
Licenciada en Historia del Arte, no ha parado de formarse en numerosas disciplinas -danza o cante, por ejemplo- siendo además profesora de aquellos que anhelan iniciarse en el teatro, tanto jóvenes como adultos. “En los ojos de los más pequeños veo esa ilusión, confían plenamente en mí, me fascina”, apunta.
¿Por qué optaste por el teatro?
Al igual que muchos de mi generación me crie con mucho cine, donde siempre encontré un refugio. Veía films como ‘Cantando bajo la lluvia’ y, más tarde, ‘Chicago’, ‘Cabaret’, mientras soñaba…
Estos deseos se esfumaron ligeramente en los siguientes años, pero las películas seguían estando ahí. Durante mi etapa universitaria me acerqué mucho más al teatro, conocí nuevas personas y la vida me llevó a la interpretación, primero amateur.
«Considero que un buen actor o actriz debe hacer las tres cosas: cantar, bailar y actuar»
¿Siempre tuviste muchas inquietudes?
Considero que un buen actor o actriz debe hacer las tres cosas: cantar, bailar y actuar. Me gusta probar, iniciándome en danza urbana -por la música que más escucho- y después la contemporánea.
Soy muy fan de Lydia Fairén, actriz catalana que descubrí en el musical de ‘La Familia Addams’ y ahora la podemos disfrutar en ‘Gipsy’, de Antonio Banderas. A nivel internacional me encantan Hugh Jackman o Sutton Foster, que han triunfado en Broadway.
¿Cómo fuiste evolucionando?
Emili Chaqués y Claudi Ferrer, de ‘L’Ultim Toc Teatre’, me dieron la oportunidad en ‘L’Home Elefant’ (2023), aunque no puedo olvidarme de JM Gestió Teatral, de Cullera, y personas como Juanfran Sáez, Alberto Jiménez, Julio Martí o Ruth Falcó.
Han sido un referente, por cómo actúan y son: me formé como actriz gracias a las personas de las que me he rodeado. Jamás han dudado de mí, me dan tanta tranquilidad, apoyo y confianza… He intentado ser esponja, captar lo que me decían.
Han sido auténticos maestros.
De todos ellos he ido aprendiendo, porque lejos de ser famosa lo que quiero es disfrutar sobre un escenario, donde realmente soy feliz. Deseo que toda la magia que sentimos en escena llegue al espectador.
«Lejos de ser famosa quiero disfrutar sobre un escenario, donde realmente soy feliz»
¿Por esa razón también eres docente?
En la Escuela Municipal de Teatro de Sueca, a chicos de diez a quince años, que son lo más bonito, e igualmente a un grupo de adultos, todos por encima de cincuenta años. Muestran grandes ganas de hacer teatro, aceptan a la primera lo que les proponemos, y gozan como niños. ¡Es una pasada, me dan felicidad!
¿Qué sientes sobre un escenario?
Felicidad inmensa y gratitud. No lo digo por vanidad, pues cada vez que salgo a escena doy las gracias -al universo- por darme la oportunidad de poder estar ahí. Sé que es un lujo y no todos los que tienen inquietudes teatrales lo pueden hacer.
El teatro me obliga a focalizarme al 100% en lo que hago: mi voz, mis compañeros, el escenario, todo, en definitiva.
Antes de hablar de tu última obra, ¿de cuáles otras te sientes igualmente orgullosa?
‘Cube’, de JM, tipo clown, para un ambiente más familiar; ‘Vicent’, sobre la vida de Van Gogh, en la que desarrollé la labor de ayudante de dirección -conociendo otros muchos ámbitos de nuestra profesión-, y ‘L’Home Elefant’, candidata a los Premios Max.
«Pronto sentí una fuerte conexión con Anna, por la humanidad con la que relata su vida»
¿Cómo fue interpretar a Anna Frank?
Una experiencia maravillosa, también representada en diferentes talleres matinales para un público más joven. Se trata de un personaje con el que conecté desde el primer instante, pese a su complejidad, de enorme relevancia histórica.
Cuando me lo propusieron volví a releer el diario y pronto, insisto, sentí una fuerte conexión con la propia Anna, por la humanidad con la que relata su vida. Plasmó en el papel los sentimientos que tenemos todos.
¿Te parece una obra de arte?
Sin duda. Es una de las autoras más importantes del siglo XX, al contarnos la realidad de una guerra desde la cotidianidad, que muchas veces la olvidamos. Muestra cómo era la vida ‘normal’ a lo largo de un genocidio tan cruel. ¡Sus reflexiones son espectaculares!
¿Tienes nuevos proyectos?
Sobre todo quiero asentarme como actriz en València, que el público aprecie que tengo mucho que contar.