La gimnasia rítmica es un deporte vocacional, que “debes amar, principalmente”, nos remarca Larisa Dmitrievna Pomazova, quien en 2011 fundó el club Náyades de Santa Pola, en Gran Alacant. Pese a ser una entidad pequeña, pertenecen a la Federación Valenciana de Gimnasia Rítmica y compiten a nivel provincial, autonómico y estatal.
“A día de hoy contamos con unas ochenta gimnastas, que no está mal”, asume Larisa, entrenadora de prestigio. Nacida en Kaliningrado en 1966, se formó en la Universidad de Moscú, compitiendo desde los siete años para el equipo nacional soviético.
Posee la medalla de plata de la Unión Soviética, “nombre que recibía entonces mi país”, llegó a España en enero de 1992 y pronto adquirió la nacionalidad española. De hecho, confiesa que jamás se sintió rusa.
De Murcia a Elche
Su primer destino fue Murcia, donde casi de inmediato se incorporó a un club de gimnasia rítmica. Conoció las técnicas que aquí se desarrollan y tiempo después quiso impartir las suyas propias, aquellas que había aprendido en la antigua URSS, “donde el proceso de selección es mucho más exigente”.
Se desplazó a Elche y fundó en la cercana Santa Pola su club, el Náyades, gracias a la ayuda del Ayuntamiento y las facilidades que encontró en el pabellón José Antonio Alemany, instalación que ahora comparte con el Club Baloncesto El Faro.
Han ido creciendo, poco a poco, fundamentándose en chicas de Gran Alacant, “de Santa Pola apenas tengo, no gusta desplazarse”, lamenta. Sin embargo, pese a las limitaciones, es habitual verlas en el podio de la liga autonómica.
Su fundadora es Larisa Dmitrievna, entrenadora de nivel y antigua gimnasta de la Unión Soviética
Ballet, gimnasia y danza
La gimnasia rítmica, deporte olímpico, es una modalidad de gimnasia practicada principalmente por mujeres que combina elementos de ballet, gimnasia y danza, además de aparatos como cuerda, aro, mazas, pelota y cinta.
Los ejercicios se deben ejecutar sobre un tapiz, con música, que ayuda a la gimnasta a mantener un ritmo en sus movimientos. En esta disciplina son fundamentales la armonía, la elasticidad, la gracia y la belleza, mediante movimientos creativos, traducidos a expresiones personales.
“Convierte a una niña en una mujer bonita”, sostiene la entrenadora, para quien “el nuestro es un deporte elegante, en el que trabajan su cuerpo, su flexibilidad, su habilidad con los aparatos…”
La gimnasia rítmica combina elementos de ballet, gimnasia y danza con aparatos como cuerda, aro, mazas…
Los entrenamientos
Respecto a los entrenamientos, Larisa indica que se dividen en las chicas de competición y las de escuela. “Las primeras practican doce horas semanales, entre lunes, miércoles, jueves y viernes”, mientras las segunda son dos días, una hora cada sesión.
“Pero para nada es entretenimiento”, aclara, pues de entre ellas selecciona a las que luego pasan a competición. “No jugamos, hacemos gimnasia rítmica, eso sí, a un nivel más bajo”. Opina que “los entrenamientos no son tan duros, porque si lo fueran las niñas no estarían en el club”, algunas nacidas en 2018 o 2019.
Sencillamente les apasiona, como sucede en los países de la Europa del Este. “Son mejores porque hay mucha más tradición, similar al fútbol en España”, asevera, antes de añadir que las niñas de allí están mucho más adaptadas a la gimnasia rítmica y, si ha crecido este deporte a nivel global “es porque entrenadoras ‘soviéticas’ están repartidas por todo el mundo”.
Los entrenamientos para chicas de competición son cuatro días a la semana, un total de doce horas
Virtudes de una gimnasta
Para Larisa la principal virtud que debe tener una gimnasta es amar este deporte, “que le guste”. Valora seguidamente otros aspectos, como la capacidad de trabajo, atención o ganas, “el resto se puede aprender, se lo enseño yo”.
A los padres, en exceso preocupados, les espeta que no lo estén, “ya que, si a la niña le gusta, seguirá entrenando”. Muchos opinan que son muchas horas y por eso no la colocan en el grupo de competición, pero ella lo desea por encima de cualquier otra cosa. “Tienen igualmente tiempo para jugar”, matiza Larisa.
Nadie está “obligada” a nada y “alguna acaba el entrenamiento y quiere más”. La razón es la pasión que muestran, porque hacen otras muchas actividades extraescolares, pero ninguna le gusta tanto.
Escasa difusión
Coindice con muchos que es una pena que este deporte únicamente se disfrute en televisión durante los Juegos Olímpicos. “Luego, en la competición dispones de un minuto y medio para demostrar lo que llevas entrenando mucho tiempo”.
Lo considera justo, al ser un deporte de mucha perfección, atención, trabajo y concentración. “No se puede hacer en cinco minutos, es mucho el esfuerzo”.
No obstante, en una competición olímpica las rusas o ucranianas siempre están por encima. La preparación no es la misma, la técnica, enseñanza y otros muchos aspectos. Igualmente, más disciplina, “el nuestro es un país de más sol, calor y gusta más disfrutar”.