Entrevista > Francisco Javier Ramírez / Director del IES Canónigo Manchón (Crevillent, 21-julio-1968)
Puede parecer pretencioso, pero ojalá todos los centros educativos de nuestro país pudieran contar con un director como el del IES Canónigo Manchón, Francisco Javier Ramírez, quien se preocupa constantemente del futuro de sus alumnos, su formación, sus capacidades, y elogia al equipo que le rodea. “Me gusta ser servicial”, indica.
Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Alicante, “nada más finalizar, en 1993, tuve claro que anhelaba dedicarme a la docencia”, señala, antes de confesar que le fascina la interacción social, la que le proporcionan los jóvenes actuales. Su primer destino fue Cartagena, ciudad de la que guarda bonitos recuerdos.
Entró a formar parte del instituto a inicios de siglo, primero como profesor, hasta que se incorporó a la junta directiva y ya, en 2012, a la dirección. Son muchos años de experiencia y nos dará su punto de vista actual sobre la educación e interesantes proyectos industriales, “sumamente innovadores”.
¿Cuáles son tus funciones, más allá de las evidentes?
Hay una clave, saber elegir a los que tienes a tu alrededor. Por lo tanto, y aunque suene una tontería, mi función es que todos los que acuden a este centro se sientan felices. Si los profesores lo son, harán bien su labor, igual que el alumnado, que estará mucho más receptivo.
¿Estás satisfecho con el equipo actual?
Prácticamente nunca lo he tocado, a no ser por un traslado, y no me he arrepentido de escogerlos. Dispongo de personas que siempre me han acompañado, con lealtad, vocación y compromiso. Todos tenemos claro que trabajamos para ofrecer un servicio público.
«Todos los miembros del centro somos conscientes que trabajamos para ofrecer un servicio público»
¿Cómo se está desarrollando el curso?
Con normalidad. La circunstancia más notable ha sido la encuesta sobre la lengua base, si el castellano o el valenciano. Crevillent, como sabemos, es el último municipio del sur de Alicante donde predomina el valenciano, idioma que se impuso en nuestras votaciones con un sesenta por ciento.
Al margen de consideraciones políticas, hablar un idioma es sinónimo de cultura y de riqueza que nos permite conocer otros, como el italiano o el francés, pues siempre aprendemos por asociación.
¿Qué nivel muestra el alumnado?
Los veo bien y tengo una gran consideración hacia nuestra juventud. Jamás comulgo con esos mensajes que les menosprecia, también porque existen desde la época de Sócrates. Sí es cierto que ahora hay mucha más distracción, aunque opino que no hay jóvenes de menos calidad o peor preparados.
Aprecio un ritmo, una vocación y una entrega que nos supera. A veces idealizamos el aprendizaje que tuvimos y a nosotros nos costaba. Si entonces estudiábamos trigonometría, actualmente lo hacen. Hoy disponen de muchas más herramientas, pero es muy fácil caer en los reels, mirando uno detrás de otro sin apenas pensar.
«A veces idealizamos el aprendizaje que tuvimos, cuando los jóvenes actuales nos superan en muchas cosas»
Los adultos cometemos el mismo error.
¡Por supuesto! Es un problema del que no tengo solución: los hábitos de distracción han cambiado, pero tengo esperanzas. Pienso que son modas e iremos evolucionando, porque la Inteligencia Artificial (IA) nos van a obligar a hacerlo.
Las IA están ahí y nos van a condicionar en numerosos enfoques de nuestra vida. La transformación que va a suponer será tremenda, sin saber hasta dónde va a llegar. ¿En qué punto quedará la creatividad de los humanos?
¿Cuáles son vuestros interesantes proyectos industriales?
Nuestro centro, que alberga a más de 1.200 alumnos, posee tres apartados profesionales. En Formación profesional (FP) tenemos Sanidad, Administración e Instalación y Mantenimiento, con siete ciclos en total.
En la parte que nos toca, la de Instalación y Mantenimiento, se observan tres niveles, Formación Profesional Básica (Fabricación y Montaje), Media (Mantenimiento Electromecánico) y Superior (Mecatrónica Industrial).
«La transformación futura va a ser máxima, ¿en qué punto va a quedar la creatividad de los humanos?»
¿Cómo surge esta iniciativa?
Fundamentalmente gracias a Alberto Martínez Beviá, profesor que procedía de la empresa privada, dentro del sector automoción. Llegó con grandes ideas, asumiendo la jefatura de la familia profesional, y la transformó.
Jubilado hace pocas fechas, dejó la semilla plantada y hemos sido capaces de coger el ritmo que nos marcó.
¿Cuál ha sido el proceso evolutivo?
En 2022 logramos aprobar la flexibilización del currículo, por parte de la Dirección General de Formación Profesional. Esto permitió que las enseñanzas de cada módulo -las asignaturas de los ciclos- se integraran en proyectos intermodulares que abarca todas las destrezas.
Un ciclo de Mecatrónica Industrial, por ejemplo, te forma sobre Neumática, por un lado, e Hidráulica o Electrónica por otro. Sin duda hemos cambiado el enfoque: ahora el alumno va al profesor y le dice necesito saber esto, para que la máquina realice una u otra función.
¡Hay un ansia por el aprendizaje y los resultados que estamos consiguiendo son extraordinarios!