Entrevista > Jorge Baeza Blasco / Músico (Sant Joan, 13-agosto-1980)
Criado en el seno de familia con fuerte arraigo musical, Jorge Baeza Blasco supo joven qué le deparaba el futuro. Si bien la primera opción iba a ser el clarinete, “tenía las ideas muy claras” y se empeñó en la trompeta, un instrumento muy especial, “por la versatilidad y sonoridad que tiene, la que le hace destacar”.
Durante su largo periplo madrileño, casi por casualidad comenzó a dirigir y le gustó, “me llamó la atención, aunque mi pasión seguía siendo la trompeta”. De regreso a casa, se incorporó a las bandas de Bonete (Albacete) y Hondón de los Frailes, próximo a Aspe, y hace siete años a la Banda Municipal Mare de Déu de Loreto.
Baeza, también profesor de conservatorio, nos relatará qué significa la banda para Santa Pola, sus funciones como máximo responsable y los próximos compromisos, destacando el concierto ‘La música y el mar’ que celebrarán en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) el 19 de octubre.
¿Te hiciste músico por influencias familiares?
Mi padre era músico, tocaba la trompa en la banda del pueblo y, además, el director de esta (Antonio Climent) era mi tío. En casa la tradición era iniciarnos en la música -sin ningún tipo de obligación- y dos de los tres hermanos (José Ignacio y yo) llegamos a completar la carrera.
¿Por qué escogiste la trompeta?
La historia es curiosa, porque antes se te asignaban los instrumentos, según características físicas o actitudes, no como ahora. Mi tío quería que tocara el clarinete, le dije que no, me ofreció otros (bombardino y trompa) e igualmente me negué, renunciando incluso a seguir en la banda.
Tenía ocho años y deseaba la trompeta, la había visto tocar, me fascinaba por sus muchas caras y sonidos. Al final cedió y comencé con una, que casualmente estaba rota.
«Hago de intermediario entre la banda y la escuela de música, pues al ser una entidad joven nos nutrimos de ella»
¿Cuál fue tu evolución musical?
En menos de un año ya tocaba en la banda, paso previo a entrar en el Conservatorio de Mutxamel, en aquel momento únicamente Elemental. Pasé al de Alicante para realizar los estudios de Grado Profesional y Superior.
Seguidamente me desplacé a Madrid, con el deseo de incorporarme en alguna orquesta importante. El sueño lo cumplí, hasta estuve dos temporadas en la Orquesta de TVE -sin lograr plaza fija-, al tiempo que daba clases en la escuela municipal de música Maestro Barbieri.
¿Allí descubriste el gusto por la dirección?
Vi lo que se debía hacer y lo que podía aportar a los alumnos, comprobando que dirigir una banda también me gustaba. Regresé para formarme igualmente como director y me inicié en dos instituciones relativamente pequeñas, poco antes de entrar ya a formar parte de la BM Mare de Déu de Loreto en 2018.
«El año es muy largo y hay que saber cuándo exigirles más, algo que me ha dado la experiencia»
Dinos tus funciones como director.
Programo toda la actividad artística del año, es decir, ensayos, conciertos y las diferentes salidas (fiestas patronales, pasacalles…). Asimismo, hago de intermediario entre la banda y la escuela de música, en contacto continuo con su director, Javier Quesada, porque nosotros nos nutrimos de la formación que se lleva a cabo.
¿Cuántos músicos hay en la banda y qué nivel poseen?
Contamos con algo más de cuarenta músicos, número que oscila según los compromisos (trabajo o estudios) que tengan, porque la mayoría son jóvenes. La banda en sí es novel, amateur, apenas tiene dos décadas, pero se trabaja muy bien y el resultado es mucho más que aceptable.
Los conciertos los termino plenamente consciente de que nos superamos, porque son unos chicos a los que puedo exigir cada vez más, lo aceptan perfectamente. La banda está equilibrada en ese sentido, el año es muy largo y hay que saber en qué momento pedirles más, algo que me ha dado la experiencia.
«Entre nuestras próximas citas tenemos dos conciertos que celebraremos en octubre, el segundo en el ADDA»
¿Qué representa la institución para la localidad?
La banda de música es algo más que una asociación o una actividad artística. Sin duda aportamos esta faceta cultural y musical, junto a una parte educativa, pedagógica y lúdica, ya que hacemos música y la música es diversión, entretenimiento.
De igual forma, proyecta el nombre de Santa Pola hacia el resto de la provincia e incluso de la Comunitat Valenciana, porque realizamos intercambios con otras bandas, participamos en certámenes, tocamos en las fiestas de numerosos municipios…
¿Cuáles son vuestros proyectos en este 2025?
Los más relevantes serán nuestro intercambio con la banda municipal de Torrellano y, de cara a octubre, dos conciertos, el primero en colaboración con ‘Fem Dança’, una escuela de baile santapolera.
El segundo, que esperamos de un modo espacial, será en el ADDA de Alicante, el 19 de ese mes. ¡Estamos muy ilusionados!