Entrevista > José Mayor / Músico (Calpe, 9-septiembre-1969)
José Mayor conoció a Esteban Buigues en los noventa, conectaron y con la llegada del nuevo siglo fundaron ‘Rosavil’. Sin embargo, el camino que recorrió hasta formar la banda de su vida fue largo, llegando a tocar en numerosas orquestas, “toda una escuela”.
Virtuoso de la batería, siempre la consideró un reto, pues muy pocos conocen que este instrumento es el que manda en un concierto, el que muchas veces sostiene las canciones. “Me apasionó desde el primer momento esa responsabilidad”, resume.
Después de un parón, ‘Rosavil’ regresó en 2021 con más fuerza y acaban de presentar su último trabajo, la espiritual ‘En el árbol’. Mayor también lamenta cómo ha cambiado el panorama musical, “con enormes dificultades si no triunfas en YouTube y donde la creatividad brilla por su ausencia”.
Para ti, ¿qué es ‘Rosavil’?
Mi vida, musicalmente hablando. Fue con la banda que me inicié -tras dar tumbos con otras menores-, llevando casi tres décadas juntos, con un descanso incluido.
¿Cuáles fueron tus inicios musicales?
La inspiración me vino gracias a la gran pasión que procesaba por la música, pues soy plenamente autodidacta. Aprendí solo a tocar, escuchando a diferentes grupos de la época. Practicaba y practicaba, porque insisto, ¡lo mío es pura pasión por la música!
«Phil Collins fue uno de mis baterías preferidos, aunque más referente es John Bonham (‘Led Zeppelin’)»
¿Por qué te haces batería?
Aunque siempre está detrás, es la que manda. Se puede confundir un guitarra o incluso el cantante… pero si lo hace el batería, la canción se desmonta. ¡Suya es la responsabilidad total de un concierto!, y ese reto me llamaba mucho la atención. Por eso escogí ese singular instrumento, no sé tocar ninguno más.
En ese sentido, ¿Phil Collins abrió muchos caminos?
Era uno de mis baterías favoritos, aunque siempre me moví más por el rock, con John Bonham, de los ‘Led Zeppelin’, como un gran referente.
¿Tuviste que dar muchos pasos hasta formar ‘Rosavil’?
Toqué con numerosos grupos, como ‘Calibre’, y también fui un poco ‘mercenario’, porque me gustaba muchísimo la batería y quise dedicarme plenamente a la música.
Me introduje en diversas orquestas, algo que me otorgó una gran escuela, con técnicas que después apliqué a mi estilo. Fueron muchos años de carretera, durmiendo en el autobús, actuando a altas horas, en numerosas ciudades…
«Esteban Buigues siempre ha sido una inspiración para mí: ¡es el mejor creador musical que hay!»
Háblanos de Esteban Buigues.
Siempre ha sido mi inspiración: para mí es el mejor creador musical que hay, aparte de muy buen amigo, en el que confío al 100%. ¡Le seguiré haya dónde vaya, aunque sea el infierno!
Nos conocimos un poco por casualidad. Yo tocaba en el grupo ‘Poeme’ y uno de los guitarristas era Rober Bixquert, quien tenía una muy buena amistad con Esteban. Todo fluyó, fue pura magia, también con la entrada de Hans, el bajista, y poco después formamos ‘Rosavil’.
¿Qué razones os llevó entonces a separaros?
Fue por un tema discográfico. Firmamos por Warner Chapel y esta compañía se aprovechó de nosotros, directamente. Hizo una selección de personal, le dijeron a Esteban que debía prescindir de dos componentes y uno de ellos fui yo.
El otro fue Hans, el alemán, quedándose Rober y Esteban, y fue un fracaso total. Me dediqué a tocar en bandas de covers, como señalaba anteriormente.
¿Cuándo y cómo se produjo el regreso de ‘Rosavil’?
Esteban tenía como una espinita clavada; junto a su pareja de entonces nos reunimos en una cena y retomamos el proyecto. Cada uno expuso sus ideas, busqué a Darío González, guitarrista, y Jorge Fuentes, bajista, igualmente se incorporó.
«’En el árbol’, nuestro último trabajo, es como un hijo y queremos que el público disfrute de él al máximo»
Haz algún apunte de ellos.
Darío, aparte de ser una gran persona, es el mejor guitarrista con el que he tocado. Posee una enorme creatividad, es muy nervioso, impaciente y no para de hacer cosas. Trabajar con él es un gustazo, porque ves cómo florecen las cosas, ¡es simplemente magnífico!
Jorge, por su parte, es muy delicado, humilde, grandísimo músico también, con mucho gusto a la hora de meter sus cuerdas por en medio. Además, enlaza muy bien los temas, tiene buena idea de lo que hace.
¿Cómo está funcionando ‘En el árbol’?
Muy bien. Es el propio Esteban el que compone y pone las letras, aunque para nosotros es una creación de todo el grupo, como si de un hijo se tratara. Pensamos que es un trabajo bastante bueno y el objetivo es que nuestro público pueda disfrutar al máximo.
Otros ‘hijos’ van a ser ‘Debe ser un alien’, ‘Control’ y ‘Luces’.
Serán nuestros próximos lanzamientos. ‘Alien’ es un tema divertido, con mucha marcha, al tiempo que ‘Luces’ resulta mucho más meticulosa. ‘Control’ es una canción muy dulce, digna de escuchar.