Por la actitud de Leire Díez se diría que no es consciente de sus delitos, de lo que supone intentar extorsionar a la Guardia Civil, de que ha entrado en un juego sucio de donde poco bueno puede salir.
Audios reales
En los audios, que ella mismo ha admitido como reales, negocia durante casi una hora, junto con el abogado Jacobo Teijelo, con el empresario Alejandro Hamlyn, investigado por fraude fiscal, para convencerle de que pueden hacer tratos con fiscalía siempre que les dé material comprometedor con el teniente coronel Antonio Balas.
Se da el caso que el guardia civil Balas es el jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), que es quien está al frente de investigaciones como las de la mujer del presidente, Begoña Gómez; su hermano, David Sánchez; el exministro Ábalos o el fiscal general del Estado, entre otros.
La Sexta tv cuestionaba: “cuesta creer que alguien sin una agenda bien nutrida de contactos tenga esa capacidad de maniobra. Más aún cuando ha ocupado cargos en empresas públicas desde que Sánchez llegó a la Moncloa”.
Periodismo mafioso
Leire Díez lo quiere camuflar en una investigación periodística, aunque no se sabe para quién. Si los fontaneros han saltado enseguida pidiendo que por favor a esa forma de hacer no se le llame ‘fontanería’ (que es como se conoce el trabajo sucio de una persona en nombre de sus jefes), no sé qué tendríamos que hacer desde la profesión periodística.
Tras más de cuarenta años ejerciendo he visto de todo, y gente jugándosela por infiltrarse en sitios, pero jamás que para realizar un reportaje de investigación el periodista se dedique a extorsionar y cometa delitos o promueva que se cometan.
Silencio preocupante
Pero esto, dentro de ser inquietante, podría ser un acto particular de una ‘fan’ (“Pedro Sánchez nos ha enseñado una lección muy valiosa: lealtad, resistencia y resiliencia. A la mafia se la combate. Y la combatiremos», ponía en sus RRSS).
Lo que verdaderamente me parece preocupante es el silencio del presidente del Gobierno y que el partido tan solo la abra un expediente informativo. Ese mismo partido que ha expulsado de sus filas por discrepancias a históricos como Nicolás Redondo o Joaquín Leguina, y apartado a otros como el ‘segundo de abordo’ Ábalos o abierto expedientes sancionadores como a la exvicepresidenta del partido, Carmen Calvo, por saltarse la disciplina de voto, entre otros muchos casos.
Y eso es lo que cuesta entender. Un partido que mantiene un eje tan duro cómo no sale de inmediato a desmentir todo y aparta a esta militante del partido, al menos en lo que todo se aclara, si es que tiene aclaración.
Partido histórico y necesario
El PSOE es un partido político histórico, que ha realizado muchísimas cosas en favor de España y de los españoles en sus más de 135 años de vida. La callada por respuesta (ya se sabe el dicho de quien calla, otorga) lo único que hace es dañar a toda una institución necesaria en el equilibrio político.
Si Sánchez ha planteado una consulta pública sobre algo de lo que casi nadie entendemos, como es la aceptación o no de la OPA del BBVA al Sabadell, ¿no sería el momento de consultar a todos sus afiliados que opinan de lo que está ocurriendo?
Moción del 2018
Un día como hoy -en el que escribo esta editorial- pero de hace siete años (31 de mayo al 1 de junio de 2018) Pedro Sánchez llegó a la presidencia por una moción de censura basada en la corrupción del PP. Ábalos defendió vehementemente en el Congreso esa necesidad, y el actual presidente lo definía como la forma de “regenerar la democracia” y dejar fuera cualquier atisbo de corrupción. También recordarán todo lo que se hablo sobre las famosas ‘cloacas del Estado’.
Además, desde los medios acusábamos a Rajoy (sí, cualquiera que siga esta editorial desde sus inicios verá que no es un tema partidista sino de actualidad, y lógicamente quien es más criticable es el que gobierna, obviamente, porque es quien hace cosas, bien o mal).
Como decía, entre otras cosas se hablaba de que el presidente del PP hablaba a los periodistas a través de una pantalla de plasma y sin admitir preguntas. El caso es que hoy llevamos ya treinta días sin poder preguntar nada al presidente actual. Justo después del apagón, del que por cierto seguimos sin saber nada real, y si muchas especulaciones; recordemos que las mentiras del PP en su momento fue lo que llevó a un desconocido, en esos momentos, Zapatero a gobernar.
Más explicaciones y menos reiteraciones
Lo dicho: apagón, caos ferroviario, aforamiento express en Extremadura para beneficiar el caso del hermano del presidente, los WhatsApp que filtra -al menos en parte- el propio Ábalos, ahora estos audios… y toda la defensa es repetir: bulos, fango y cosas así.
Y esos argumentos tienen los días contados. Empiezan con fuerza y acaban perdiéndola a medida que se utilizan para todo. Es algo que se hace en el mundo entero: cada muerte genocida de Israel a civiles y niños palestinos lo justifica con la palabra Hamas, Trump para sus locuras de casi octogenario usa “por la seguridad nacional”, y así un largo etcétera.
Hay que afrontar las cosas, dar la cara y poder así centrar al país en aquellos temas fundamentales en los que muchos estamos de acuerdo: condenar el genocidio israelí; acercarnos a otros mercados, como el chino, para abrir fronteras y lazos, arreglar las cosas de casa como nuestra red ferroviaria, etc.
¿Y Yolanda?
Por cierto, mientras, Yolanda Díaz creo que se sigue buscando a sí misma. Ahora dice una cosa en el Parlamento, luego otra con los medios, en otros momentos está dentro del Gobierno, o se enfrenta a él, también tiene esos arrebatos de decir que está negociando con el Gobierno, es decir con ella misma… En fin.