Entrevista > Pepa Lladró / RR.PP. de la Asociación Cultural del Barrio del Tremolar de Alfafar (Alfafar, 1-agosto-1948)
En Alfafar, el barrio del Tremolar vibra cada junio con sus tradicionales fiestas, que combinan devoción, vecindad y diversión. Este año, la celebración alcanza ya su edición 41 con un nutrido programa que refleja el carácter singular de un barrio que ha forjado su identidad en torno a la Virgen de los Desamparados y una fuerte unión vecinal.
¿Cómo surgieron las fiestas del Tremolar y qué las hace tan especiales?
Las fiestas comenzaron hace 41 años, cuando el vecindario, con los escasos recursos de entonces, reunió el dinero necesario para comprar y bautizar la imagen de la Virgen de los Desamparados. Desde ese momento, cada directiva ha hecho lo posible por mantener viva la celebración. Aunque ha habido juntas diferentes, todas han compartido el empeño de unir a la gente.
«Viene gente de distintas localidades que quiere estar en el Tremolar»
¿Qué representa el Tremolar para sus vecinos y qué simboliza la Virgen en la comunidad?
El Tremolar es el símbolo del lugar donde vivimos. Para mí, que nací aquí, este barrio lo es todo. Adoro el canal, escribo poesías sobre él y no concibo marcharme. El Tremolar es mi hogar, aquí nací, creceré y envejeceré. Gracias a la Virgen, cada año nos reencontramos. Ella vino a unirnos y desde entonces seguimos celebrando juntos.
¿Cuántos asociados hay actualmente y quiénes participan en las fiestas?
Tenemos alrededor de 250 socios, pero no todos son vecinos directos; muchos son simpatizantes de Alfafar, Valencia o incluso de El Saler. Viene gente de distintas localidades que quiere estar en el Tremolar. A la última comida del socio, que celebramos cada año, vinieron 180 personas; preparamos paellas, y se acabó todo, lo cual demuestra que la participación es elevada.
¿De qué forma logran atraer a las nuevas generaciones?
Este año ha sido especial porque se incorporó mucha gente joven. Ver a niños y adolescentes correteando y ayudando me llenó de orgullo. Necesitamos seguir sumando voluntarios, especialmente jóvenes para repartir comida y montar sillas, porque el Tremolar es muy grande; no hay puertas, y cuantos más seamos, mejor.
«La identidad propia del Tremolar se fortalece gracias a este entorno singular»
¿Cuáles son los valores y ambiente que transmiten a quienes participan en las celebraciones?
El secreto está en que aquí venimos a disfrutar. No hay riñas ni malas caras: si vienes, vienes a pasarlo bien y hacer barrio. Es como en casa: cuando reúno a la familia, quiero alegría. Ellos disfrutan de la comida, la música, las barracas y las paellas, pero también de la convivencia. Hay grupos de danzas, tiro y arrastre, vela latina y misa de campaña. Cada persona asiste a lo que más le gusta y siente el calor de la vecindad.
Háblanos de la situación geográfica en la que se encuentra.
Posee un encanto especial por el canal y la naturaleza que rodea el barrio. Estamos muy conectados con Alfafar, Valencia y El Saler: la cabalgata y la procesión deben coordinarse con otras administraciones porque pasan por carreteras y zonas limítrofes. La identidad propia del Tremolar se fortalece gracias a este entorno singular, que motiva a muchos a acercarse en cualquier época del año.
¿Cómo ha sido la colaboración con el Ayuntamiento de Alfafar y otras entidades?
El Ayuntamiento de Alfafar, la alcaldía pedánea de la Partida de Castellar y la Diputación de Valencia siempre nos han apoyado. Hace 40 años, cuando una vecina debía ir a hacerse una mamografía, pedimos ayuda al consistorio y nos facilitó el desplazamiento a Alfafar para todas las mujeres del barrio. Ese tipo de gestos demuestran que existe una relación estrecha y solidaria.
«Aquí cabe cualquiera y nadie se siente forastero»
¿Qué destaca de la misa de campaña y la romería en barca?
La misa de campaña es muy especial: celebramos junto al canal, escuchamos las ranas, los pájaros y sentimos cómo la naturaleza nos envuelve. Después, en la romería, llevamos a la Virgen río arriba en la barca, un recorrido que emociona a todos. Este acto refleja la fusión entre la devoción y el entorno natural. Es un momento mágico, muy bonito para vivir en comunidad.
¿Hay proyectos de restauración existen para el Tremolar y su entorno?
Actualmente trabajamos en restaurar el casalet, las antiguas escuelas donde se reúne la gente durante las fiestas y el resto del año. El edificio se construyó hace más de sesenta años con ayuda del Ayuntamiento, que pagó los materiales, y los vecinos hicieron la obra. Ahora se reforma el interior para ofrecer espacios dignos como un despacho, almacenes y salas para atender a quienes necesiten algún servicio o ayuda.
¿Un mensaje a quienes aún no conocen las fiestas del Tremolar?
Invito a todos a vivir esta experiencia tan auténtica. Aquí cabe cualquiera y nadie se siente forastero. Si te gusta compartir mesa, música, devoción y naturaleza, ven a conocernos en junio.
El Tremolar es un barrio que late fuerte, te encontrarás con un ambiente acogedor, con gente de todas las edades y con un cariño que solo se da en espacios donde el vecindario se convierte en familia. Te esperamos con los brazos abiertos para compartir juntos nuestra tradición.