Siempre ese detalle mágico, feérico. Junio es el mes de la renovación. El de los rituales festeros, días más largos y noches más intensas. En cuestiones de santoral, prima San Juan, Sant Joan (San Chuan en valenciano antiguo). Todo pilla un aire moderno, exámenes finales, comienzo de las vacaciones veraniegas, y al tiempo remoto, ancestral, en el ánima. Épocas de solsticio.
Toca, en un mes con una media de dieciséis horas soleadas, y ocho que no, la noche más corta y el día más largo. La mítica festera se lo aplica a la festividad de San Juan (o sea, la medianoche del 23) o la ‘cremà’ (quemada) alicantina, en sus Fogueres, hogueras, del día 24. La realidad científica, en cambio, es cambiante: ahora el 21.
Tiempos de cosechas
Este solsticio (de ‘solstitium’, o sea, ‘sol’ y ‘statum’, quedarse quieto: cuando el astro rey, allá arriba, parece estático) bendecirá campos, bosques y costas, como marca la agazapada tradición heredada generación tras generación, el sábado 21 a las 22:42 (hora peninsular española). Los barcos apresan bonitos, calamares, merluzas, nécoras. No pulpos, vedados hasta julio. Por tierra, falta un mes para la veda.
Los campos rebosan hortalizas a cosechar (acelgas, berenjenas, calabacines, calabazas, pimientos, tomates) y siembras de estas (albahacas, acelgas, espinacas, judías, lechugas, rabanitos). Ya se sabe, época de dar gracias. Muchas. A los santos y, en el rincón atávico, a los cinco elementos de la naturaleza: agua, aire, tierra, éter (quintaesencia)… y fuego. Como, por ejemplo, en Alicante, con las Fogueres, y más allá.
El Raval ilicitano cumple 70 años de celebraciones en 2024
Barriadas en celebración
San Juan Bautista, de quien se sabe que llegaba al mundo a finales del siglo I a.C. y moría, decapitado, entre el 29 y el 36 d.C., aunque se asegura que nacía el 24 de junio, se convertía así en el santo titular de la renovación, el significado digamos que mítico del fuego. De esta forma, se instauraba una tradición que, aparte de Alicante, se repicaría en otros lugares de la provincia.
Como ejemplo, y cercano, Elche, en el barrio de El Raval de Sant Joan, con un monumento adulto y otro infantil. Oficialmente del 22 al 24, con su correspondiente ‘cremà’, este año cuentan con el precedente de que el pasado 2024 celebraron su 70 aniversario. Relativamente cerca, en Aspe, donde la serpenteante calle San Juan incluye, en uno de sus meandros, una plaza donde plantar.
Molinos del Calvario queda como último representante foguerer torrevejense
Llamas en las playas
En esto de las hogueras, tampoco podemos olvidarnos de Torrevieja, donde el barrio de los Molinos del Calvario ha quedado casi como último representante, con derroche de celebraciones y creatividad, eso sí, de lo que fue un panorama foguerer más generoso. No obstante, esto se enriquece con la celebración más ancestral, la de quema de maderas la noche de San Juan.
Las playas del Cura, La Mata, los Locos y los Náufragos servirán para ello. Mientras, recordemos que el mismo día 24 se celebra la festividad del Sagrado Corazón de Jesús, devoción de gran auge a partir del siglo XIII. En tierras torrevejenses, protagoniza las celebraciones del barrio de La Punta. Pero también tenemos hogueras en las Marinas Baixa y Alta.
Catral orgullosea un divertido Desfile Multicolor
‘Raïm i bacores’
Xàbia, en la Marina Alta, quema monumento e inunda todo de fiesta (y hasta ofrendas de ‘raïm i bacores’, uva y brevas, a Sant Joan) del 12 al 24. Con solera: el año pasado celebraban su 75 aniversario. Y también Benidorm, cómo no, ya en la Marina Baixa, se apunta a lo de montar Fogueres (dos: La Cala y El Campo), del 19 al 24, en otro mes rellenito de jolgorio.
Que lo mismo toca la presentación de cargos festeros de los Moros y Cristianos, el 5; también presentar a la Reina de la Vendimia, el 20; el Mig Any (Medio Año) de las fiestas del barrio Imalsa II, con elección de sus reinas, el 21; que una romería, la del Corpus, del 26 al 29. Y se agasaja de otras formas a San Juan Bautista en la provincia, como en Catral.
Chopos al hombro
El municipio vegabajense orgullosea un divertido Desfile Multicolor. Por su parte, en Santa Pola, la Virgen del Rosario es agasajada con la romería del Cap, del Cabo, del día 20. Un recorrido litoral hasta la ermita que, a las faldas de la sierra santapolera, se construyó en la segunda mitad del siglo XVIII gracias a unos azulejos que trajo el mar.
Mencionemos el homenaje, alrededor del 27, a la Virgen del Perpetuo Socorro en Almoradí (imagen donada en 1919 por los marqueses de Rioflorido), y dejemos para el final un nuevo contacto con lo ancestral, con lo tribal incluso: con Sant Joan de trasfondo, la alteana Plantà de l’Arbret o plantada del arbolito. Desde principios del siglo XVII, el tal arbolito consiste en pedazo chopo (un álamo). Pura metáfora de los campos fecundos, a pulso.