Solo dos años ha durado el retorno del CD Eldense a la División de Plata y la próxima temporada disputará la complicadísima Primera Federación. La razón principal la encontramos en los pobres resultados obtenidos en casa, donde únicamente se han conseguido 25 puntos de los 63 posibles.
Así, en el Pepico Amat se sumaron seis victorias, siete empates y ocho derrotas, cifras que condenarían a cualquier equipo. Sin embargo, el equipo -sobre todo la primera parte con Dani Ponz y ya con José Luis Oltra- pocas veces bajó los brazos y podemos sentirnos orgullosos del papel desempeñado.
La plantilla a priori era superior a la anterior, aunque pronto se evidenció la falta de gol, tras la marcha de Mario Soberón. Además, a media temporada el cuerpo técnico abandonó el proyecto -sin dar explicaciones- y se hizo cargo Miguel Ángel Gómez.
Inicio esperanzador
Los primeros partidos ligueros fueron positivos, con una victoria frente Tenerife (2-1) en la jornada inaugural y un empate en Gijón sin goles. Le siguió el primer tropiezo en casa, ante el Cartagena (1-2), y un triunfo contra el Almería (1-0), nuevamente en el Pepico Amat.
Ponz conectaba con los jugadores, estos con la grada y el Deportivo ocupaba la parte noble de la clasificación con siete puntos. Llegó entonces el primer bache de la temporada, cosechando cinco puntos en nueve encuentros y dolorosas derrotas en Alboraya contra Levante, Castellón y Zaragoza en Elda y Córdoba y Granada a domicilio.
Al equipo se le notaba falta de puntería, que no de gol: eran necesarias muchas ocasiones para materializar un tanto, casi siempre a balón parado.
Ponz comenzó bien la temporada, pero los malos resultados obligaron a su destitución
Debacle ante el Cádiz
El CD Eldense reaccionó, con dos victorias consecutivas en casa, Albacete (2-0) y Huesca (2-1), que le reflotaban en la tabla. Fue un espejismo, pues el equipo no se acaba de encontrar, se disolvía tras recibir un gol y se sumaron ocho jornadas sin sumar los tres puntos.
Especialmente dañino fue el empate en Elda contra el Racing de Ferrol, conjunto que ya ocupaba una penúltima posición que no ha abandonado. Era el preludio de los peores momentos de la campaña, con incontestables derrotas en Málaga (3-0) y sobre todo en casa ante Eibar (1-3) y Cádiz (1-4).
La mala imagen frente a los gaditanos, tras vencerles en dos ocasiones -Liga y Copa- en el Nuevo Mirandilla, significó el cese de Dani Ponz y la llegada de José Luis Oltra, uno de los técnicos más experimentados de la categoría.
Con Oltra se jugó mejor y se lograron más puntos, aunque insuficientes para la salvación
El subidón de Tenerife
Junto a Oltra, el cuerpo técnico también fichó hasta nueve jugadores, incorporaciones que colmaban de ilusión a una afición que jamás se vino abajo. El siguiente desplazamiento era el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife y allí, con algo de fortuna, se logró la victoria con un único gol de Javi Llabrés.
Oltra, como nos apuntó en una entrevista, había puesto en marcha un Plan de Emergencia fundamentado en una mejora defensiva, en la búsqueda de encajar el menor número de goles. En parte funcionó, principalmente ante el Deportivo de La Coruña (2-0) o en el Carlos Belmonte de Albacete (0-1).
Nuestros jugadores acumulaban ya muchas semanas en descenso, pero creían en el entrenador y en ir partido a partido -sin fijarse en el resultado de los rivales-, con la idea de alcanzar la cifra mágica de los 50 puntos.
Los aficionados se preguntan si el técnico debe seguir y cuándo volveremos a Segunda
Principio del fin
La brillante victoria en La Romareda (2-4), con un Víctor García estelar, recobraba las esperanzas, al ser frente al histórico Zaragoza, un oponente directo. Pero de nuevo la categoría, altamente competitiva, y los durísimos rivales nos volvía a poner en nuestro sitio, cayendo en Elche (2-0) y empatando en casa ante Mirandés (2-2), conjunto revelación, y Burgos (0-0).
Era necesario lograr pronto una victoria, como se hizo en Cartagena (0-1), aunque las derrotas contra el Sporting (1-2) y en Ferrol (1-0) fueron determinantes. Se malograron dos puntos vitales en los últimos minutos contra el Córdoba (1-1) en el Pepico Amat, síntoma de que era el principio del fin.
Los de Oltra ofrecieron su peor versión en Almería (5-0), reponiéndose ante el Málaga (1-0) y en Castellón (1-1). Pero no era suficiente y un nuevo empate casero, contra el Racing de Santander (3-3) nos devolvía a Primera RFEF.
¿Ahora qué?
Es la pregunta que se hacen la mayoría de seguidores, además de la de si debe continuar Oltra. Son muchos los que le consideran el preparador apropiado para buscar el sueño de la Segunda, tras dos temporadas en las que hemos disfrutado del fútbol profesional.
¿Se mantendrá el núcleo fuerte de la plantilla?, o ¿cuántos jugadores marcharán?, son otras de las cuestiones más recurrentes. El reto está servido.