Entrevista > Jovi Esteve Bueno / Gerente de Inforatge (Algemesí, 4-enero-1966)
En plena emergencia climática, educar a las nuevas generaciones se ha convertido en una prioridad. Con ese objetivo nació Meteoaula, una iniciativa que lleva la meteorología a las aulas para explicar, de forma visual y cercana, cómo afecta el cambio climático al entorno más próximo. Detrás de estos talleres está inforatge, cuyo gerente, Jovi Esteve, apuesta por una educación práctica, territorial y preventiva.
Lleváis ya varios cursos promoviendo la actividad Meteoaula ¿Cómo surge esta iniciativa y cuál es su objetivo?
Meteoaula nace ante la necesidad urgente de concienciar sobre el cambio climático. Hace unos años, varios docentes y responsables municipales con los que colaboramos me propusieron impartir charlas para niños.
Querían que se abordara este fenómeno global con un enfoque muy práctico y cercano. Así comenzamos a desarrollar talleres con vídeos, imágenes y experimentos que permiten explicar lo que está ocurriendo en la atmósfera de una forma muy visual.
¿Qué se busca transmitir al alumnado?
Queremos mentalizarles de que el cambio climático no es algo lejano ni abstracto, sino una realidad que ya está teniendo consecuencias. Además, enseñamos cómo identificar los fenómenos meteorológicos adversos que pueden afectar a su entorno más próximo.
Les explicamos, por ejemplo, qué riesgos conlleva un barranco seco cerca de su casa y cómo actuar si se produce una tormenta repentina.
«Enseñamos cómo identificar los fenómenos meteorológicos adversos que pueden afectar a su entorno más próximo»
¿Cómo se adapta el contenido a cada zona?
Adaptamos los talleres a la orografía de cada municipio y enseñamos a los niños qué fenómenos son más probables en su comarca. Así conocen mejor su territorio y aprenden a anticiparse.
Pero no dejan de ser niños, ¿qué tipo de lenguaje se utiliza para que comprendan conceptos complejos?
Utilizamos un lenguaje directo, muy coloquial, que capte su atención desde el primer minuto. Les hablamos como a iguales, sin tecnicismos innecesarios, y siempre con apoyo audiovisual. Les mostramos imágenes de satélite, vídeos grabados desde la Estación Espacial Internacional, tormentas, huracanes o auroras boreales. Todo eso despierta su curiosidad, y cuando un niño tiene curiosidad, quiere aprender más.
Mencionabas que hacéis experimentos en directo. ¿Cómo se desarrollan?
Llevamos a clase un Van de Graaff, una esfera metálica que genera descargas eléctricas visibles. Les enseñamos cómo se forma un rayo, qué lo diferencia del trueno o del relámpago, y cómo identificar las nubes que pueden derivar en tormenta.
Esa parte práctica les fascina. Incluso pueden tocar la bola, ver cómo se eriza el pelo por la electricidad estática y entender mejor cómo se genera un fenómeno tan común como una tormenta.
«Cuando un niño tiene curiosidad, quiere aprender más»
También habláis de fenómenos más generales, como las olas de calor o los temporales marítimos.
Les damos recomendaciones sobre cómo actuar ante una ola de calor, cómo protegerse, hidratarse o elegir la ropa adecuada. Cada vez son más frecuentes las noches tropicales y, más recientemente, las noches ecuatoriales, donde no bajamos de los 25 grados. Todo eso lo vemos reflejado en los datos reales que recogen nuestras estaciones meteorológicas repartidas por toda la Comunitat Valenciana.
¿De qué manera ha influido en la demanda de estos talleres la DANA del pasado octubre?
De forma enorme. Viví aquella DANA en primera persona, en Algemesí. Mi casa se inundó. Fue algo traumático para mucha gente. Desde entonces, muchos ayuntamientos y colegios nos han pedido estas charlas, conscientes de que hay que estar mejor preparados.
Ya no hablamos de episodios aislados: cada vez son más frecuentes y extremos, y el calentamiento del mar Mediterráneo es una de las causas principales.
¿Se nota un cambio en la percepción del profesorado y las familias?
Muchísimo, hay más implicación. Los centros educativos valoran estos talleres porque no solo resolvemos dudas, sino que complementamos asignaturas como Ciencias Naturales o Geografía. Los profesores agradecen tener recursos adicionales para abordar cuestiones que hasta ahora les resultaban difíciles de explicar.
«Cada vez son más frecuentes las noches tropicales y, más recientemente, las noches ecuatoriales, donde no bajamos de los veinticinco grados»
Además de prevenir, ¿se busca también formar en hábitos sostenibles?
Aparte de enseñar meteorología, trabajamos conceptos como la triple R: reducir, reutilizar y reciclar. Les damos herramientas para que comprendan qué es el CO₂, cómo funciona el efecto invernadero y por qué es tan importante reducir las emisiones.
Queremos que se conviertan en agentes medioambientales, que vigilen las conductas de su entorno y sean capaces de corregir lo que ven que no se hace bien.
¿Cómo reciben los niños este papel?
Les encanta. Les decimos que tienen una misión, y se lo toman muy en serio. Cuando explicamos que el planeta que van a heredar depende de cómo cuidemos el medio ambiente hoy, se sienten responsables.
Les damos ejemplos cotidianos: cerrar el grifo mientras te enjabonas, usar el transporte público, apagar luces innecesarias… Conductas pequeñas, pero con gran impacto si se generalizan.
¿Qué respuesta obtenéis en las aulas?
Desde que entramos en clase, nos escuchan con una atención absoluta. Muchos profesores se sorprenden y nos dicen que es imposible tenerlos en silencio durante dos horas, pero los tenemos enganchados. Les hacemos pensar, preguntar, participar.
Al final de la sesión, siempre hay un torrente de preguntas, porque les hemos despertado esa curiosidad que es clave para que comprendan lo que está pasando en el mundo que van a vivir.