Entrevista > Miguel Lledó / Entrenador del Club Esportiu Villa Blanca (Altea, 3-marzo-1975)
Rozaron el cielo, pero se quedaron en la orilla. El Club Esportiu Villa Blanca concluyó su participación en la fase de ascenso a Segunda Nacional con un sabor agridulce: lograron una trabajada victoria en su último encuentro, pero dependían de un tropiezo del Onda, anfitrión del torneo, para lograr el ansiado salto de categoría. El desenlace fue el más cruel: Onda ganó, subió y Altea, pese a su excelente temporada, tendrá que seguir compitiendo un año más en Primera Autonómica.
El entrenador del conjunto alteano, reflexivo pero orgulloso, hace balance de un curso que, en sus propias palabras, merece un “notable alto rozando el sobresaliente”. Reconoce que el partido clave fue frente al Onda, donde su equipo no logró desplegar su mejor versión.
Fomentar la base
Pese a la desilusión puntual, el técnico no achaca la derrota ni a los nervios ni a la presión: “La sensación era que el Onda era quien más se jugaba. Nosotros no estábamos nerviosos, pero llegó un momento del partido en el que, pese a intentarlo todo, las cosas no salían”.
Con la vista puesta en el futuro, el escenario presenta luces y sombras. La estructura del club en categorías inferiores es escasa, y muchos jugadores del Sénior superan la treintena y no tienen clara su continuidad. Aun así, no se cierra ninguna puerta, ni siquiera la de un posible ascenso administrativo.
De la pista a la playa
Ahora, el foco se traslada al balonmano playa y a seguir construyendo desde la base. “Este final de temporada puede servir de aliciente para que más niños se animen a jugar. Tenemos que enseñarles la historia de este deporte en Altea y que vean que es posible volver a soñar en grande”.
Para el entrenador, si dentro de unos años tiene que elegir una imagen de esta temporada, lo tiene claro: “La foto final, todos juntos celebrando la última victoria, ese espíritu de equipo, de piña. Eso no se olvida”
Se rozó la consecución del ascenso. De hecho, hubo unas horas en las que se tenía porque, tras vuestro último partido, el Onda estaba obligado a ganar para hacerse con ese logro.
Pues sí, fue una pena. La verdad es que al final de todo el torneo, lo que tenemos que ver es que nos ha lastrado ese partido que tuvimos el sábado contra el Onda, contra los organizadores, que al final son los que han subido y lo han hecho de manera justa. Muchas veces hemos insistido en que es, precisamente, en los momentos decisivos cuando hay que hacer el mejor partido y nosotros ese día no lo tuvimos.
«Nos ha lastrado ese partido contra el Onda; no fue nuestro mejor día»
¿Qué pasó ese día? ¿El Altea fue menos Altea que nunca o el Onda fue más Onda que nunca?
(Piensa) A ver, el Onda ha sido el Onda durante los tres días de la competición. Durante todo el torneo fue el equipo que nosotros habíamos visto y estudiado previamente.
Ya lo pudimos comprobar el primer día, el viernes, desde la grada. Su ritmo de balón era el más rápido, el más fuerte de los cuatro equipos que estábamos allí. Además, tenían ese punto a favor de ser los anfitriones, de estar en tu cancha y con tu gente. Eso les motivó muchísimo, se vieron muy enchufados.
Creo que nosotros fuimos muy poco el Altea. Nos empecinamos en jugar con el pivote. Ellos seguro que nos habían visto y estudiado bien, porque cerraron muy bien esas líneas de pase de nuestro capitán, Chema, que era el central del equipo y que jugaba muy bien esa situación táctica de juego con el pivote.
Tienen dos balas en los extremos que salían al contraataque a una gran velocidad. Era digna de ver. Incluso después, hablándolo con el resto del cuerpo técnico, con los mismos jugadores, algunos me decían: esos chavales no están para estar en Primera Autonómica, están para estar en Primera Nacional. Yo diría que, incluso, más arriba.
Sabiendo que ese partido podía ser decisivo tras el tropiezo del Onda en el primer partido, ¿crees que el brazo pudo temblar un poco por el vértigo de tenerlo ya tan cerca? ¿Quizás aparecieron esos nervios de una fase final?
Pienso que no. Te puedo decir que la sensación que tenía por la mañana, paseando con el equipo; a la hora de comer, en la previa antes de jugar… no veía un equipo nervioso. Siempre teníamos la sensación de que realmente era el Onda el que se la jugaba. El que tenía esa presión. Tenía que ganar sí o sí.
No fue eso. Simplemente, llegó un momento en el partido en el que, con las exclusiones, se fueron de cinco o seis goles y veías que, por mucho que intentabas hacer las cosas, ya no te salían. Más que nerviosismo, lo que creo que tuvimos fue esa sensación de decir: joder, no podemos llegar, no vamos a poder.
Luego, en los diez minutos finales, cometimos muchos errores. Muchas pérdidas de balón tontas. Incluso, metimos un siete contra seis en ataque que habíamos entrenado justamente la semana de antes y tampoco salió. Fue más una bajada de brazos que otra cosa.
«Ellos cerraron muy bien el pase al pivote y salían rapidísimo al contraataque»
Tras haberlo rozado y no conseguirlo, no podemos ponerle matrícula de honor a la temporada del equipo. ¿Qué nota le pondrías?
Un notable alto rozando el sobresaliente. En agosto, cuando me presenté, fui muy claro con la plantilla: mi objetivo era jugar la fase de ascenso y, por lo tanto, se ha conseguido. Hemos logrado lo que nos propusimos con una temporada bastante buena, por no decir muy buena, aunque tuvimos algún tropiezo y altibajo.
Esos momentos más bajos siempre se dan.
Claro. Pero al final, como te digo, se ha conseguido lo que nos propusimos. Aparte, estoy muy contento y orgulloso por el esfuerzo que todos le han dedicado. Hay que tener en cuenta que es una categoría amateur. Aquí no cobra nadie. Pensemos siempre que la gente está trabajando, tiene a sus familias y su vida. Y tienes que irte a entrenar una horita y media. Eso es algo que siempre cuesta mucho.
«No fue nerviosismo, fue más una sensación de impotencia»
Ahora ya no queda otra más que mirar al futuro. Este resultado, ¿sienta las bases para pensar en que el año que viene o en algo más de tiempo se puede soñar con cosas más grandes?
Es difícil de saber, porque el problema que tiene el club ahora mismo no es la estructura del Sénior, sino hacia abajo. Hay que tener en cuenta que en la parte masculina del club, lo único que ha habido este año es el Sénior y el Infantil.
Esto quiere decir que hay un corte generacional por el que es difícil nutrir al primer equipo con gente sólo del pueblo. Tenemos que coger gente de fuera de Altea.
El Sénior es, además, un equipo veterano.
Hemos tenido un grupo de jugadores de más de treinta años. Como dices, es gente muy veterana, que lleva muchos años. Está muy ‘cascada’. La mayoría me decían al final que no querían seguir. Habrá que hablar con ellos, porque realmente si pensamos en lo que se puede quedar, habría que buscar bastantes jugadores de fuera y no sé si podremos competir al mismo nivel, pero al menos estar una temporada más como equipo de Primera Autonómica.
La esperanza está. Vamos a ver qué pasa y esperemos que este resultado, esta temporada, sirva, al menos de aliciente para que más niños vean que el balonmano es un deporte súper atractivo y súper bonito y quieran jugar.
«Estoy muy orgulloso: es una categoría amateur y el compromiso ha sido enorme»
Sin embargo, en la provincia en su día tuvimos al Calpisa y al ya extinto Balonmano Altea. Luego llegó el Benidorm y ahora, el Eón Alicante. Todos ellos, con experiencia en Asobal. Eso supone que estamos en una región, una provincia, donde, al menos, la semilla del amor al balonmano existe.
Sí, por supuesto, eso está claro. A nosotros, en Altea, nos falta eso. Tenemos que conseguir que estas generaciones que están saliendo ahora sepan toda esa historia.
Quizás, lo que tenemos que hacer como club es vender la historia que tenemos. Enseñar lo que vivimos a principios de aquella primera década de los 2000, que fueron los años de oro y que vuelvan a ver eso. Porque la ilusión y lo bonito de este deporte es mostrar que se pueden conseguir metas muy importantes.
¿Eres de los que ya están libreta en mano planificando la próxima temporada o necesitas un tiempo de reseteo alejado, al menos, del día a día del equipo y del balonmano?
En lo que respecta al equipo Sénior, hemos dado vacaciones y dejaremos también un poquito de tiempo a los jugadores que, como te decía antes, están dudosos, para que no se sientan muy agobiados.
Pero yo no paro. Tengo el proyecto del balonmano playa, con el Juvenil femenino.
«El problema del club no es el Sénior, es la falta de base en categorías inferiores»
Ya sé que no está en tu mano, pero, ¿renuncias por completo a un posible ascenso administrativo si se producen renuncias?
No, creo que el club no renunciaría a eso. De todas maneras, tenemos que considerar la situación del propio club. La directiva de este año acaba y se está moviendo algo con una nueva. Habrá que ver qué objetivos tiene, pero está claro que, como entrenador, si me plantearan en un momento dado que por tema administrativo podemos obtener una plaza, apostaría por ello, claro.
Y eso, además, seguro que ayudaría mucho a convencer a esos jugadores que puedan tener dudas respecto a su continuidad.
Posiblemente sí. Al final, esto va arrastrando. Convences a uno y ese, a su vez, habla con los compañeros y puede convencer a otro. También es mucho más llamativo una Segunda Nacional que una Primera Autonómica para intentar captar a jugadores de localidades vecinas. Además, presentar un proyecto en Segunda Nacional siempre es mucho mejor que en Primera Autonómica.
«Si se diera un ascenso administrativo, claro que apostaríamos por ello»
Me hablabas del balonmano playa, que es en lo que te vas a centrar a partir de ahora. ¿Es un proyecto que está cerrado a los jugadores que ya militan en el club o está abierto a que se apunte todo aquel al que le llame la atención?
Para nada está cerrado. El que quiera probar, puede venir, preguntar y le informaremos de los días que vamos a entrenar. Normalmente, estamos haciendo los domingos, porque los sábados la gente aún está compitiendo.
El balonmano playa y el balonmano pista, aunque comparten parte del reglamento, son deportes muy diferentes. Es divertidísimo, porque, además, estás en un ambiente que no tiene nada que ver con un pabellón cerrado.
Si dentro de cinco años o más te preguntara por esta temporada, ¿cuál es la foto fija que crees que recordará de ella?
Es fácil de responder. Para mí, la foto de lo que era esta temporada es la última que tiene el equipo, cuando acaba el último partido. Estamos todos allí, celebrando la victoria contra Florida con el MVP de Alan Gasquet y todos juntos en la pista.
Esa y otras imágenes de ese fin de semana de la promoción de ascenso seguro que me vuelven porque hemos sido una piña. Ha habido un ambiente buenísimo y me voy a quedar, sobre todo con esa imagen de equipo y de unión.