ENTREVISTA > Teresa Pascual / Psicóloga (Elche, 14-marzo-1998)
Con el nombre de ‘Resetéate’, el taller es un espacio en el que cada jueves, de cinco a ocho de la tarde, se enseña al público juvenil diferentes técnicas para aprender a manejar las emociones.
Dividido en dos turnos, se resuelven dudas y se abordan temas que interesan a los jóvenes, tales como las relaciones de pareja, la educación sexual, la gestión emocional, la ansiedad o la autoestima. Está orientado a niños y adolescentes y lo imparte la psicóloga experta en relaciones emocionales Teresa Pascual.
¿Qué tipo de cuestiones se tratan en el taller?
Como eje central, todo lo relacionado con la salud mental, y algunas veces son los propios jóvenes los que me piden hacer determinados talleres. Por ejemplo, temas como las relaciones de pareja y cómo identificar los comportamientos tóxicos; el control de los celos; cómo saber manejar la ira y la frustración; la autoconciencia; técnicas de estudio; o la gestión de la ansiedad, porque se preocupan mucho por los exámenes.
Además, a veces hago alguna sesión familiar, porque hay familias en las que existen problemas a la hora de comunicarse o en las que hay discusiones muy frecuentes. Luego, me reúno un rato con los padres.
«Muchos adolescentes vienen al taller con problemas de ansiedad»
Dime alguna de las situaciones emocionales que te estás encontrando.
Principalmente, temas de relaciones tóxicas. Muchos adolescentes vienen con problemas de ansiedad porque no saben cómo gestionar las relaciones de pareja, ya que cada vez se inician antes, y eso les pasa mucha factura y les genera un cuadro de ansiedad.
¿El taller lo componen grupos muy amplios?
La media suele ser de cuatro personas, aunque he llegado a tener hasta diez o doce. Algunos vienen solo un día y hay otros que repiten, depende.
¿Cómo es el funcionamiento de este espacio?
El taller se hace los jueves de cinco a ocho de la tarde y está formado por dos grupos: el de los peques en horario de cinco a seis con edades de entre ocho a catorce años; y el de los mayores, con edades de quince a veinte años en horario de seis a siete. La última hora me la reservo por si hay algún caso más individualizado.
A veces, con los chavales de trece o catorce años hablo primero con los padres para ver en qué horario los coloco dependiendo de las dinámicas de los talleres.
Una parte también interesante es que, además de ofrecer estas sesiones grupales donde trabajamos diferentes dinámicas, también hacemos una asistencia más individualizada en los casos en los que es necesario. Me han llegado niños o adolescentes con algún cuadro de ansiedad que empiezan trabajando conmigo de manera individual, porque a lo mejor no estaban todavía preparados para entrar en dinámicas grupales.
«Hay que hablar con nuestros hijos para saber qué necesitan realmente»
¿Está teniendo buena aceptación?
Muy buena. Llevamos desde marzo; empezamos como una prueba piloto y las horas en las que se hace las tenemos prácticamente completas.
¿Es complicado entender a los chavales de esas edades?
Cada niño y cada adolescente es un mundo, aunque sí que es verdad que más o menos están viniendo con preocupaciones muy similares. Yo conecto muy bien con ellos y enseguida confían en mí. En los talleres grupales todos nos retroalimentamos mucho y eso es lo bonito, porque cada uno aporta una idea. Al final, no les doy una clase, sino que les genero debate y pensamiento crítico.
También les doy herramientas para la gestión del estrés o de la ansiedad. Cuando adquieres más herramientas tienes la sensación de que tienes mayor control sobre tu vida.
¿Un problema no tratado adecuadamente en la adolescencia puede influir en la edad adulta?
Sí, de hecho, lo que hago en este taller es trabajar a modo preventivo, es decir, sentar unas bases. Hay personas que, si hubieran tenido más herramientas cuando eran jóvenes, a lo mejor hubieran podido prevenir algo que después les ha pasado de mayores.
«A veces parece que la salud mental la dejamos en un segundo plano»
¿De qué manera pueden detectar los padres que su hijo necesita hablar con un profesional?
Hay un indicativo muy determinante que son las notas. También, si ves que tiene cambios en el cole y no quiere ir a clase; cuando se empieza a aislar y a no querer salir; cambios en la conducta alimentaria; cambios de humor, etc. En general, si se observa una involución en su comportamiento.
Ahora, con las tecnologías, están saliendo muchos problemas de autoestima con el tema del cuerpo y la forma física. Y a nivel sexual también hay un incremento de conductas de riesgo. Es importante intentar hablar con ellos para ver qué necesitan realmente.
A nivel general, y tanto para los jóvenes como para los adultos, ¿nos puedes dar alguna clave para mejorar nuestra salud mental?
Tomar conciencia de su importancia, porque a veces parece que dejamos la salud mental en segundo plano. Tenemos que preguntarnos si tenemos las herramientas suficientes para enfrentarnos a estos retos o si necesito adquirirlas. También es muy importante pedir ayuda si la necesitamos y contar con la gente de nuestro entorno.
¿Desde cuándo eres psicóloga y dónde desarrollas tu trabajo?
Hará unos seis años que empecé. Tengo despacho en Aspe, en Santa Pola, y luego también hago sesiones online. Tengo mi proyecto que se llama Mente Innova, (menteinnova.com). Además, hago muchas charlas en los coles, calculo que llevaré más de doscientas cincuenta impartidas solo en institutos.