Entrevista > Isabel Moreno / Cirujana plástica (València, 12-septiembre-1958)
La cirugía plástica es una disciplina relativamente joven, potenciada por las operaciones a mutilados y heridos que se realizaron finalizada la Segunda Guerra Mundial, indica la doctora Isabel Moreno. Apunta, sin embargo, que en India y Egipto -en el 2.000 a.C.- “ya se hacían reconstrucciones nasales”.
Con una amplísima experiencia -especializada en mamas y párpados-, remarca la importante diferencia entre cirugía plástica y estética. También confiesa que le ha pasado de todo en quirófano, “siempre manteniendo la seriedad que se precisa” y que se niega a operar a nadie menor de dieciocho años.
“Ni cosas imposibles”, declama, “porque una chica que pesa cuarenta y dos kilos no puede tener una talla cien de sujetador, va contra natura”. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, aprendió del talento, entre otros, de los profesores González Fontana, Ivo Pitanguy y Michael Drever.
¿Hay una forma estándar de realizar una cirugía?
Cada persona es diferente y lo único que hacemos es mejorar su aspecto, nada más. No podemos transformar una persona en otra, como equivocadamente muestran algunas películas.
Pero haces felices a tus pacientes.
Sí, ¡y ellos a mí, mucho! Las satisfacciones que da mi trabajo son infinitas, porque cuando una persona ve el resultado y te dice “me has cambiado la vida”, no se puede describir.
¿El mejor cirujano es el que más pacientes rechaza?
Son muchas las veces que les decimos a un paciente (hombre o mujer) que no está para operarse, porque no tiene ningún defecto a mejorar o porque no entiende el resultado que podemos obtener tras la cirugía.
«Son muchas las veces que les decimos a un paciente (hombre o mujer) que no está para operarse»
¿La belleza nos obsesiona?
Cada vez más, siendo un peligro enorme, sobre todo entre los jóvenes. Antes venían porque había algo que mejorar, mientras ahora acuden para prevenir, y eso no es real. Las arrugas o el envejecimiento no se previenen, sino que hay que cuidarse para que salgan menos.
Muchos piensan que todo está permitido y que nuestra piel es como un chicle, gran error. Cada persona tiene una determinada constitución y va a requerir unas determinadas necesidades.
¿Los jóvenes actuales se cuidan más o ha mejorado su genética?
Sin duda, todos en general nos cuidamos más y llegamos a envejecer en mejores condiciones, es una evidencia. Sí han cambiado los cánones de belleza, y mucho.
Resulta fundamental hacer ejercicio, comer de un modo saludable, hacer dieta y, por supuesto, no fumar ni consumir drogas.
¿Cómo les afectan las redes sociales?
Muchísimo, y de una forma muy negativa. Ven cosas que no son reales -en actrices y actores- y se hacen falsas ilusiones: son los pacientes que señalaba antes que no se deben operar. Les decimos que no y se molestan, se frustran y lloran desconsoladamente. Ahí muy importante es la persona que le acompaña, que le haga ver la realidad, y no siempre sucede.
La educación es clave y hay que saber transmitirle que la vida no consiste solo en ser guapa o fea, aunque es cierto que una imagen adecuada ayuda.
«Los acompañantes son básicos: saber transmitirle que la vida no consiste solo en ser guapa o fea»
¿Han mejorado las técnicas en los últimos años?
Han cambiado pero tampoco tanto, igual que la aparatología. Por ejemplo, ahora cuando hacemos una mamoplastia de reducción -quitar volumen de la mama- disponemos de múltiples técnicas y depende de la operación o paciente, empleamos una u otra.
¿Cuáles son las operaciones que más realizas?
Los cirujanos plásticos antaño lo operábamos todo, hasta que, gracias a la evolución nos hemos ido superespecializando. Las que más hago son de mama, además de párpados. Ya en un menor número, liposucciones, rinoplastias, de contorno corporal…
Casi todas tus pacientes serán mujeres.
De cada diez operaciones, tres son hombres, a los que hacemos blefaroplastias -cirugía de los párpados- o tratamos sus mamas, debido a que con los años generan una ginecomastia, aumento de sus pechos.
«Al operarnos debemos tener certeza y seguridad de que es un centro adecuado; la cirugía de turismo es un error»
¿Qué rango de edades operas?
Entre treinta y cincuenta y cinco años. Es frecuente que chicas o chicos más jóvenes quieran operarse, porque tienen algún tipo de complejo, pero tengo una premisa: salvo alguna excepción solo autorizo la operación a pacientes con más de dieciocho años.
¿Por qué razón?
Su desarrollo ya está casi concluido y psicológicamente ya entienden y saben lo que quieren. Por eso son determinantes las charlas que tenemos previas a la cirugía con ellos.
Siempre hay riesgos.
Por supuesto, algunos muy importantes. La cirugía no es una tontería ni hay que banalizarla. Al entrar en un quirófano debemos tener la certeza y seguridad que es un centro adecuado.
La cirugía de turismo, tan común en Turquía, es un grave error.