Entrevista > Pepe Zaragoza / Músico (Altea, 1-agosto-1988)
Pepe Zaragoza cogió su primera trompeta un poco de casualidad, el instrumento que le asignaron, pero no tardó en descubrir la magia del jazz y se enamoró de ambos para siempre. “Me cambió la vida por completo”, confiesa.
Se formó inicialmente en la Sociedad Filarmónica Alteanense, estudiando después el Grado Superior en el Conservatorio de Alicante. Rememora que quiso pasar al de València, “donde estaba la especialidad del jazz”.
A día de hoy da clases a futuros talentos, cuenta con su propia banda, ‘Pepe Zaragoza Quintet’ y es uno de nuestros músicos más demandados. Considera clave ensayar muchísimo, pues como resalta “es un aprendizaje continuo”, sin fin.
¿Eres músico por vocación?
Como la mayoría de niños alteanos que quieren ser músicos comencé en la escuela de la banda, en 1997, con apenas nueve años. Me hubiera gustado probar la percusión, pero fue la trompeta porque faltaban componentes de ese instrumento.
¿Sentiste ‘feeling’ con ese instrumento?
El hecho de hacer un sonido ya me maravillaba. Siempre me agradó la música, la trompeta y tardé poco en decidir dedicarme a la música, fue tras descubrir el jazz: me cambió la hoja de ruta por completo.
«Los primeros trompetistas que me llamaron la atención fueron Miles Davis y Freddie Hubbard, flipaba»
¿A qué te refieres?
Conocí a otros apasionados del jazz, de los que iba aprendiendo en la plataforma ‘SedaJazz’. Se formó también una Big Band llamada ‘A poqueta nit’, para tocar en el ciclo de la Plaza del Agua.
¿Serás un enamorado de Louis Armstrong?
No precisamente. Los primeros trompetistas que me llamaron la atención fueron Miles Davis y Freddie Hubbard: los escuchaba en CD y literalmente flipaba.
Pasaste un año estudiando en Austria.
En la ciudad de Graz, que alberga la escuela de jazz más antigua de Europa. Además, impartía clases un trompetista americano, Jim Rotondi, muy bueno, tristemente fallecido el pasado año.
Este periodo en Austria, bastante intenso académicamente, me fue francamente bien: mi nivel subió muchísimo, se había perfeccionado.
Al regresar, ¿seguiste vinculado al jazz?
Por supuesto, era 2015, acabé en el conservatorio y me introduje en diversas bandas a través de ‘SedaJazz’. Empezó a partir de entonces la actividad profesional, colaborando con músicos como Ramón Cardo, Boro García, Toni Belenguer, Perico Sambeat… Todos espectaculares, han sido una gran ayuda, para mí y para muchos.
«La música que crea el jazz te obliga a adaptarte muy rápido, es muy del momento, de situaciones»
Aparte de con Mei de la Cruz, ¿con quién más tocas?
Con ella lo hago cuando se da la ocasión. Muchas veces voy cubriendo numerosas formaciones, proyectos que surgen -quizás para un único concierto-, también porque el jazz es un poco así, similar a la música clásica, tocas un repertorio aquí, otro día con otra banda…
¿Te obliga a tener mucha empatía musical?
La música que crea el jazz te obliga a adaptarte muy rápido. Es muy del momento, de situaciones y eso lo debes trabajar, más allá de tocar. Es la esencia del jazz.
Se trata de música que se ‘cocina’ en el instante, con los músicos presentes. Esos mismos temas, tocada otro día, en otro ambiente, puede sonar totalmente diferente.
Los ensayos resultarán fundamentales.
Siempre empleo el símil de un deportista que deja de entrenar, su rendimiento baja exponencialmente. Lo mismo sucede con los músicos. Es un aprendizaje continuo, no llegas nunca a ningún sitio.
¿El tuyo es un jazz más contemporáneo?
Mi manera de tocar es más moderna; toco y escucho mucho jazz actual, aunque la tradición es superimportante en esta disciplina. Se me encasilla con el hard-bop contemporáneo, el estilo que se fraguó a mediados de los años 50, en parte una evolución del bebop, haciendo del jazz una música para ser más escuchada. Los mayores exponentes del bebop fueron Charlie Parker y Bud Powell.
«Se me encasilla con el hard-bop contemporáneo, el estilo que se fraguó a mediados de los años 50»
¿Tu película favorita debe ser ‘Bird’ (1988)?
El film que le dedicó Clint Eastwood a la figura de Charlie Parker. Es una muy buena película, pero no mi favorita.
¿Todo buen trompetista debería viajar una vez en la vida a New Orleans?
Dicen que es la meca de la música afroamericana. Sin embargo, donde realmente eclosionó el jazz, por temas comerciales, fue en Nueva York, en clubes tales como ‘Village Vanguard’ o ‘Smalls’, ubicados en Manhattan.
Todavía no he tenido la ocasión de ir, es algo que tendré que hacer en algún momento de mi vida.
¿Qué estás haciendo ahora?
Sigo tocando el disco ‘Efimer’, lanzado en 2023, con mi banda y lo haremos en el Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Valencia. También participaré en un par de conciertos con la ‘SedaJazz Big Band’.
Por último, para ti la música es…
Comunicación.