Entrevista > Francisco Carchano / Músico (Alcoy, 4-marzo-1936)
Francisco Carchano -Paco para los suyos- ha dedicado su larga vida a la música, llevando a cabo numerosas funciones. Entre otros méritos, inauguró el Himno de Fiestas de Murcia, resultó determinante en la fundación del Conservatorio de Torrevieja y compuso 25 temas, “más un sainete”, apunta.
Retirado desde hace unos años, el pasado 2 de mayo tuvo el honor de dirigir nuestro Himno de Fiestas durante la célebre Noche de los Músicos. “Pensaba que se habían olvidado de mí”, indica, con ese humor tan propio, tras pertenecer numerosas décadas a entidades como la Unión Musical o La Primitiva.
Mucho tiempo después reconoce que entró en la música un poco de casualidad, gracias a un señor, “al que llamábamos el cacauhero, porque vendía cacaos y cosas así”. Le dijo, junto a sus hermanos, que les siguiera, que si se unía a su banda le proporcionaban algo de comida, “sopa me dieron”, rememora, “no lo dudé, con el hambre que pasábamos”.
Tu vida ya es singular desde la cuna.
Según me contaron mis padres, fui el último niño bautizado en la Iglesia de Sant Jordi, que tuvo que cerrar acto seguido por el inminente comienzo de la Guerra Civil.
«Los músicos veteranos eran los que enseñaban a los más noveles, porque no existía la figura del profesor»
¿Músico desde cuándo?
Siempre fui una persona inquieta, que no paraba de hacer cosas, a todas horas. A los cinco años me incorporé a la Unión Musical, primero tocando la flauta, con la mala suerte que era de madera y en una caída se rompió.
Desesperado acudí a la banda y les pedí cambiar de instrumento. Al principio se negaron, pero finalmente lo conseguí y me dieron la tuba.
¿Qué representa la tuba para ti?
Igual que las pulsaciones del corazón: marca los pies, el tiempo musical. Es el instrumento que más me gusta, la amo.
¿Cómo era ser músico en esa época?
En parte era parecido, porque tocábamos por ahí, ensayábamos y dábamos solfeo. La mayor diferencia era que los músicos veteranos eran los que enseñaban a los más noveles, pues no existía la figura del profesor ni mucho menos conservatorios.
Por ejemplo, yo tenía que ir a examinarme a València y en aquellos tiempos ir de Alcoy a la capital era toda una aventura. Era la época de la posguerra, años complicados para los ciudadanos por muchas razones.
«Cuando me lo expusieron me quedé un poco sorprendido, que se acordaran de mí, a punto de cumplir 90 años»
¿Cuáles han sido tus trabajos más relevantes?
Fui subdirector tanto de La Primitiva como de la Unió Musical y a mediados de los 80 ayudé a la creación del Conservatorio de Música de Torrevieja, del que también fui director.
Además, inauguré el Himno de Fiestas de Murcia, en 1987 o 1988, no recuerdo exactamente el año, y he compuesto veinticinco temas musicales -todos registrados-, además de una obra escénica, un sainete, confeccionado junto a Ernesto Valor. Recibe el título de ‘Foraster d’Alcoi’ (1988).
¿Quién te comunicó que ibas a dirigir el Himno de Fiestas?
El concejal Jordi Martínez, en octubre. Yo siempre he estado muy vinculado a la
Fiesta, tocando con mi banda para la filà La Llana, además de en la Cabalgata de Reyes, pasando en ocasiones muchísimo frío (ríe).
Cuando me lo expuso me quedé un poco sorprendido, que se acordaran de mí, a punto de cumplir noventa años. Realmente fueron los respectivos directores de bandas los que me propusieron: “ya toca a Carchano,”. Fui uno de los fundadores de una de ellas, la Asociación Musical El Serpis.
¿Esa noche fue de las más felices de tu vida?
Han sido muchos los momentos felices que he pasado, como mi etapa en Torrevieja. Fue una gran satisfacción estar allí, en la plaza, delante de tanta gente, una noche muy bonita.
Lo que sucede es que soy muy exigente, un defecto mío, porque a veces no hay que serlo tanto, pero a mi edad ya no voy a cambiar.
«Fue una gran satisfacción estar allí, dirigir el himno en la plaza, delante de tanta gente, una noche muy bonita»
¿Cuántos ensayos pudisteis hacer?
¡Ninguno! El Himno de Fiestas me lo sé de memoria, al ser tantos años director de banda. Puedo decir, con orgullo, que ha sido el colofón perfecto a mi larga carrera musical.
¿Qué echas de menos de la música?
Todo, siendo consciente de mi edad. Por eso no descarto hacer algo más, antes que acabe esta lotería denominada vida.
¿Tu día a día cómo es?
Intento caminar, con el deseo de tener fuerzas al día siguiente, y disfruto mucho de la familia, ahora que soy bisabuelo. No me puedo quejar, mi vida ha sido mucho más que feliz.
Toco alguna vez el piano que tengo en casa y miro los partidos de mi equipo, el Real Madrid.