Entrevista > José Miguel Gosálbez / Pte. de la Asoc. de Comerciantes, Empresarios y afines de Sant Joan (Alicante, 2-abril-1992)
Sant Joan vive un momento dulce. Su tejido comercial crece y se diversifica con nuevas inversiones, compromisos institucionales y una pujante clientela local y foránea. Hablamos con José Miguel Gosálbez, presidente de la Asociación de Comerciantes, para conocer cómo se gestan campañas, bonificaciones y apoyos formativos que impulsan el músculo económico del municipio.
¿Cómo se siente hoy, en 2025, el tejido comercial de Sant Joan?
Actualmente Sant Joan es uno de los centros comerciales más importantes de la comarca. Ahora mismo se está expandiendo hacia la playa de San Juan y Campello, a lo largo de la antigua carretera general. Allí se instalan superficies y tiendas. Además, la zona de Nou Nazareth empieza a tener comercio y a vivir gente, lo que repercute en las ventas.
Desde la asociación intentamos atraer a esa nueva clientela para que consuma aquí y no en la playa, que pertenece a Alicante.
«Repartimos más de trescientos cheques al año entre los participantes de nuestros sorteos, para que consuman aquí en Sant Joan»
¿Es síntoma de un crecimiento sano?
Sí, porque sin comercio no hay vida urbana. Muchos municipios crecen con urbanizaciones que carecen de actividad; allí los barrios están muertos. En Sant Joan apenas quedan locales libres, todos se alquilan o transforman.
¿Qué tiene Sant Joan para atraer tanto comercio de proximidad y grandes cadenas?
Todo atrae. Cuando alguien va a comer a un restaurante, luego pasea por la rambla, visita panaderías o cafeterías, se queda a tomar un helado o un café y acaba comprando. Muchos asociados me dicen que su clientela se reparte mitad vecinos de Sant Joan y mitad foráneos.
Padres que traen a sus hijos al polideportivo descubren el comercio local y se quedan a comprar. También los residentes de Nou Nazareth, con alto poder adquisitivo, prefieren productos y servicios aquí.
Aparte de esta clientela emergente, ¿qué diferencia encontráis respecto a otros municipios?
Paseas por la calle a cualquier hora y siempre encuentras movimiento. En zonas de El Campello, en Mutxamel o en partes de Alicante, la gente no llena las calles con la misma vitalidad.
Aquí, en cambio, siempre hay ambiente, reforzado por las acciones que organiza la asociación: unas las ponemos nosotros y otras nos sumamos a las del Ayuntamiento. Por ejemplo, ahora mismo tenemos en marcha el Tapaporte, que organiza el consistorio.
«Sin comercio no hay vida urbana»
Para el tejido comercial, ¿qué importancia tienen estas actividades?
Buscamos derivar clientes de un comercio a otro dentro de Sant Joan. Si entras en una peluquería, podrías ganar un cheque para comprar ropa en una boutique, o un cupón para gastarlo en panadería o en la clínica dental local.
Repartimos más de trescientos cheques al año entre los participantes de nuestros sorteos, para que consuman aquí en Sant Joan. Para ello, hemos de estar en campaña todo el año: hacemos una pausa de dos o tres semanas y luego continuamos.
¿Coordináis fechas con las campañas municipales para no solaparos?
Hablamos con el Ayuntamiento para que nuestras acciones no coincidan con las suyas. En ocasiones, como San Valentín, no queda más remedio que coincidir, pero procuramos que cada campaña tenga su momento de protagonismo sin confundir a los consumidores.
¿Cómo valoráis la relación con el Ayuntamiento en estos momentos?
Es excelente. Manuel Nieto, el concejal de Comercio, fue hace años presidente de la asociación y yo era su vicepresidente. Cuando él entró al Ayuntamiento, yo asumí como presidente. Él conoce de primera mano nuestras necesidades, y eso hace que la comunicación sea muy fluida. Es la mejor relación que ha tenido la asociación en su historia, porque nunca antes un presidente de la asociación había sido concejal de Comercio.
«Muchos asociados me dicen que su clientela se reparte mitad vecinos de Sant Joan y mitad foráneos»
¿Cuál ha sido el resultado de las últimas campañas de bonos-comercio?
Han sido un éxito rotundo. En la última edición, a las dos horas de abrir la venta, ya se habían agotado todos los bonos. Hasta entonces, solían durar una semana o diez días. La novedad fue permitir que cualquier persona, aunque no estuviera empadronada, comprara bonos, lo que atrajo a clientes de la playa, de Alicante o de Campello.
En la próxima edición, pediremos bonos más pequeños para llegar a más gente. El éxito ha sido brutal.
¿De qué forma apoyáis internamente a los comerciantes?
Detectamos sus necesidades y organizamos charlas y cursos. Recientemente dimos un taller sobre cambios legislativos: facturación electrónica, trazabilidad de facturas o la ley de desperdicios alimentarios en hostelería.
Firmamos convenios con empresas de protección de datos, asesores fiscales y gestores de subvenciones que ofrecen condiciones especiales a los asociados.
Viendo todo este trabajo, ¿cómo veis el futuro del comercio en Sant Joan?
El futuro pinta bien, no paran de abrir nuevos establecimientos. Todo el mundo quiere vivir en Sant Joan, y esa gente gasta mucho en ocio, restauración y compras, y ya no necesita ir a Alicante. Aquí encuentran de todo: cines, cadenas de comida, grandes superficies, buena restauración…
Además, cada año hacemos encuestas en los Premios de Comercio para medir dónde compran los vecinos y qué echan en falta, con el fin de orientar a las empresas que quieran abrir aquí.