Entrevista > Mónica Pérez / Música (Petrer, 9-noviembre-1976)
Desde hace unos meses, ‘Musa’ suena con fuerza en el circuito musical independiente. Es el primer disco íntegramente original de una artista nacida en Petrer, pero profundamente arraigada en Benidorm, ciudad que, como ella misma explica, le ha permitido vivir de la música.
Este nuevo trabajo es mucho más que una colección de canciones: es una declaración de intenciones, una catarsis emocional y un homenaje íntimo a su musa, una amiga pintora fallecida que siempre la empujó a crear. Grabado de forma completamente analógica, con instrumentos reales y sonidos orgánicos, ‘Musa’ combina estilos tan dispares como el pop rock, la rumba, el country o la ranchera, pero con un hilo conductor muy claro: la autenticidad.
Tu último trabajo, ‘Musa’, lleva ahora un par de meses en el mercado. Un trabajo que ha nacido aquí, en Benidorm… pero tú no, tú naciste en Petrer. ¿Qué hace una chica de Petrer en una ciudad como Benidorm?
(Ríe) Pues dedicarme profesionalmente a la música. Gracias a la gran oferta que hay en Benidorm para todos los músicos, me puedo dedicar a ello.
«‘Musa’ nace como una necesidad personal, como una catarsis creativa»
Tenemos un circuito de música en directo, con muchos locales centrados en ello, que ha permitido, creo, que no sólo tengamos cantidad, sino también, y sobre todo, calidad.
Sí, es un gran regalo. Cuando vas a otras ciudades o a la capital te das cuenta que los músicos están sobreviviendo más que viviendo, y aquí… no quiero hacer un llamamiento para que vengan todos (ríe), pero que se vive bastante bien, se puede trabajar.
Hablas de la capital. Antes los músicos, los artistas en general, tenían que marcharse a Madrid, València, Barcelona… para poder optar a ese sueño. Ahora, con las plataformas digitales, parece que todo eso se ha democratizado mucho.
Efectivamente. Las plataformas digitales nos han dado un altavoz más. Y las redes sociales también. Los músicos que vamos de independientes aprovechamos ese tipo de difusión.
¿Cómo ha nacido ‘Musa’?
Pues este disco nace precisamente en Benidorm, en la playa, al lado del hotel Nadal. Fui allí un día que necesitaba respuestas y el mar me inspiró. Necesitaba hacer un proyecto personal donde pudiera transmitir determinado mensaje. Quería enseñar mi semilla para ir más allá de hacer ‘covers’, porque creo que un artista necesita crear. Y esa musa a mí me inspiró para pensar que tenía que hacer un disco.
«La cultura tiene la responsabilidad de transmitir ideas y generar conciencia»
Ese salto de pasar de los ‘covers’ a lo propio debe dar vértigo. ¿Cómo lo has vivido?
En este mundo hay mucha sobreinformación musical y ahora te ganas más la vida haciendo versiones que haciendo tu propia música. Pero llevo componiendo desde que tenía nueve años y es un proceso que necesito para conectar conmigo misma, con mi niña interior, la que empezó a cantar y a tocar la guitarra.
Para mí es un regalo porque necesito componer y crear, y no lo hago para gustar a nadie. Me encantaría que se expandiera, que se transmitiera; pero es una catarsis que necesito casi diariamente: ponerme con mi guitarra y componer. Si compones para gustar o para entrar o encajar en algún ámbito musical, te puedes encontrar con cierta frustración. Pero esto lo hice por amor.
¿Por qué el título de ‘Musa’?
La musa, como todos sabemos, es la que inspira al artista. Pero musa tiene un nombre y apellido. Es una amiga mía, pintora, Marián, que falleció hace unos años. Ella siempre me empujaba a crear. Me decía: ‘tú tienes que crear’. Quedaba con ella muchas tardes de otoño en ese lugar que te he dicho antes. En la playa frente al Hotel Nadal.
Ahí, en ese momento necesitaba una respuesta y ella ya no estaba, pero fue cuando se abrió un canal, estaba muy abierta a recibir cualquier mensaje y a mí me inspiró. Ella, en ese ámbito, frente al mar, me envió otra vez ese mensaje de: tienes que volver a crear.
‘Musa’ es un disco ecléctico de diez canciones con un leitmotiv: la transmisión de ideas de libertad, diversidad, de amor propio, pero también de denuncia. Querías utilizar este vehículo, tu voz, para alzarla ante la crispación, la polarización y la falta de empatía por el ser humano. La música al final como lenguaje universal y también como un altavoz en el que transmitir a la gente lo que cada uno siente.
Sí, creo que la labor de las personas que nos dedicamos a la cultura es transmitir a la gente ideas, porque creo que hace falta.
Hay canciones como, por ejemplo, ‘Juguemos a escuchar’, que habla de la polarización, de que ya no nos escuchamos. Hay otras canciones como ‘Piedras’, que habla de la necesidad de respetar a la persona, coja el camino que coja. Y ‘El club del jarrón roto’, para mí, es una pieza preciosa que habla de la diversidad y de cómo nos tenemos que amar tal y como somos.
«Compongo para conectar conmigo misma, no para gustar a nadie»
Habrá quien diga que ‘ya están los de la cultura, otra vez, adoctrinando’.
Ya… lo bueno de la música es que hay un abanico tremendo. Entonces, si no te gusta algo, pues vete hacia otro lugar.
¿Por qué lo defines como ecléctico? ¿Por los ritmos, las letras, las temáticas?
Por todo. Por las temáticas, porque lo inicié a través de unos relatos que contaban muchas cosas y a raíz de los relatos me salían las canciones. Ecléctico es una palabra que repito mucho porque también puedes encontrar en el disco pop rock, ritmos así rumberos, country, rancheras…
De todo eso, ¿en qué ritmo te sientes más cómoda?
En el pop rock. De hecho, este disco es totalmente analógico, lo hemos grabado aquí en Benidorm, con instrumentos de verdad. Ahora, está todo así muy pregrabado, pero nosotros queríamos mantener esa esencia de pop rock auténtico, con las baterías acústicas, con todos los instrumentos acústicos.