Entrevista > Rubén Fenollar / Chef Comunicador (València, 29-agosto-1985)
Rubén Fenollar aprendió a cocinar de un modo autodidacta, una pasión que comenzó a practicar “un poco por herencia”, ya que uno de sus abuelos era regador, rodeado de campo, “con una materia prima excelente”. El otro se dedicaba a la pesca, “traía un muy buen producto y ambos cocinaban extraordinariamente bien”.
“Me hipnotizaba verles cocinar, tratando los alimentos con tanto cariño”, remarca. Acto seguido se dio cuenta que precisaba formarse y realizó numerosos cursos, especializándose en el arroz, “desde que se labra hasta que finaliza frente al comensal”.
Entre otros méritos fue nombrado mejor chef privado de España y Premio Gastronomía Ciudad de València. Recientemente ha sido también galardonado por su faceta comunicadora, pues es un habitual del programa de À Punt ‘Bona vesprada, CV’, donde en 20-25 minutos enseña a cocinar un plato sencillo y que todos podamos elaborar en casa.
¿Tanto te atrapó la cocina?
El tener contacto con los agricultores me permitió tener unos conocimientos que un libro no te puede ofrecer. Además, siempre me he juntado con personas más mayores, de las que me he nutrido.
«El arroz me gusta tanto que voy a sus campos, pues forma parte de mi cultura, de mi vida»
¿Qué valores te ha dado?
Disciplina, saber estar, orden, es una forma de vida… Siempre digo que la cocina es terapéutica: me considero una persona muy nerviosa, que necesito centrarme en algo para poder desarrollar mi trabajo. La cocina, en ese sentido, ha sido fundamental.
Exactamente ¿qué es un chef privado?
El que lleva la alta gastronomía a una casa, villa o lugar más allá del restaurante. Por lo tanto, el cliente debe tener el mismo trato exclusivo: se lleva a cabo un servicio culinario -para almorzar o cenar- y después nos marchamos.
Pero no somos “esclavos”, no formamos parte de su servicio. He tenido, de hecho, la oportunidad de trabajar para alguien un mes -normalmente extravagancias- y lo he rechazado porque no va conmigo.
¿Cuál es tu especialidad?
Cocina mediterránea, haciendo un gran esfuerzo en el conocimiento del arroz. Me gusta tanto que voy a sus campos, pues forma parte de mi cultura, de mi vida, y tener esos aprendizajes va más allá de hacer una buena paella.
«Mi mejor plato todavía no lo he confeccionado, seguro, y quizás muera sin que salga a la luz»
Pocos platos satisfacen más que un buen arroz.
Sin duda, pero hablamos de un carbohidrato que contiene mucho azúcar. Por eso cuesta mucho incluirlo como un plato nutritivo, cuando lo es ¡y mucho! Intentamos equilibrarlo con otras proteínas, ya sean verduras o pescado.
Así podrán disfrutar de ese plato de arroz, uno de los alimentos que más placer da. No recomiendo comerlo todos los días, pero sí una o dos veces a la semana.
¿Tu mejor plato está por hacer?
Seguro, y quizás me muera pensando que el mejor nunca ha salido a la luz. Si un cocinero cree que lo ha hecho o logrado todo está en el máximo error.
Soy una persona muy crítica conmigo mismo y querer mejorar es fundamental. En 2022 confeccioné un arroz con oro y ostras que tuvo muchísimo revuelo, también a nivel internacional. Estoy orgulloso, pero no es mi mejor plato, ni mucho menos.
¿Cómo te introduces en los medios?
Me di a conocer por las redes sociales, que son determinantes a día de hoy. La pandemia marcó un antes y un después, porque todos estábamos en ellas, ¡había muy poco para distraernos!
Hacía directos con más de mil personas, elaborando una receta supersencilla, y pasé en pocas semanas de 600 seguidores en Instragram a 20.000. Hice entonces alguna publicidad en Levante Televisión, junto a Ximo Rovira, mi padre televisivo.
«Junto a mi socio, Dani García Peinado, intento llevar la gastronomía española a todo el mundo»
¿El propio Ximo te llevó a À Punt?
Me sentía muy cómodo grabando ese tipo de ‘píldoras’ y cuando Ximo regresó a la televisión pública surgió desde la cadena la posibilidad de seguir trabajando juntos, como colaborador. Le recuerdo en ‘Tómbola’, siendo una estrella, y de repente estábamos codo con codo.
La primera opción fue para ‘Som de casa’, pero no había sección culinaria. Sí la hubo en ‘Bon dia, CV’ y repetimos en su versión vespertina.
¿Está funcionando bien la sección?
Mucho, porque me apasiona enseñar a cocinar. Aparezco los días impares (lunes, miércoles y viernes) para elaborar un plato durante unos 20-25 minutos. Busco una receta con productos muy sencillos, que el espectador pueda adquirir fácilmente en el supermercado.
En ese papel de cercanía, donde creo que mejor me desenvuelvo, cuento algún chiste o anécdota, similar a Karlos Arguiñano, un referente.
¿Qué más estás haciendo?
Junto a mi socio, el malagueño Dani García Peinado, estamos llevando la gastronomía española a todo el mundo. Él exhibe el aceite de oliva y yo los arroces, por supuesto.