Mireia Pérez / Actriz
Mireia Pérez (València, 14-octubre-1980) reconoce que siempre le fascinó el mundo artístico, “el llamado faranduleo”. No obstante, apunta como determinante el teatrillo que montó su padre en Serra -localidad donde veraneaban-, basándose en el cuento ‘El príncipe que lo aprendió todo en los libros’. “Nos pasamos varios meses entretenidos, decorando, y la dirigió él mismo”, comenta.
De ahí pasó al grupo de teatro del instituto y al Taller de Artes Escénicas de Dafne Valor, sobrina de Enric Valor. Con 19 años se incorporó a la Escuela de Arte Dramático, “comenzando entonces mi camino en la interpretación”, y ya no ha parado, porque le apasionan todos los medios: teatro, cine y televisión.
La vimos en una pequeña intervención en ‘Formentera Lady’, de Pau Durà, donde cantaba el tema final de la película, y sobre todo en ‘Bon dia bonica’, serie de 120 capítulos de Canal 9 en el que Mireia era precisamente “la bonica”. También en teatro, con numerosas obras, como nos desvelará.
Has combinado teatro y audiovisual. ¿Dónde estás más a gusto?
¡En todos! Me gusta la televisión, que es como ‘hacer churros’, con un ritmo frenético, pero igualmente el cine y el teatro. Los tres son distintos, muchísimo, y me aportan aspectos diferentes.
Audiovisual he hecho mucho, series como ‘Negocis de familia’, mi primera, en 2006, ‘Fugitiva’, con Paz Vega como principal protagonista, o ‘Bon día bonica’. Del mismo modo, películas como ‘Cosas que hacer antes de morir’, ‘La familia’ y ‘Juegos de familia’, todas junto a Sergio Caballero.
¿Te sientes una privilegiada?
Sin duda, aunque otras muchas cosas me llaman la atención: ¡ojalá dispusiera de más tiempo para hacerlas todas! Cada vez que trabajo me reafirmo, me digo lo afortunada que soy. Por supuesto que me considero una privilegiada.
«En el teatro lo que sucede ya no puede volver atrás, y ahí reside la maravilla de los escenarios»
¿Pese al sufrimiento que exige la profesión?
Hay una gran discontinuidad: acabas un proyecto y no sabes cuándo habrá otro, pero las facturas se deben pagar… Es la parte mala, la inestabilidad, y confieso que con el paso de los años lo llevo cada vez peor.
El año pasado, por ejemplo, hice muchísimos trabajos y en el presente estoy ‘currando’ muy poco, más allá de ciertos bolos. Por desgracia, las mujeres a partir de 45 años estamos obsoletas para la sociedad, es muy triste.
¿Por qué este cambio tan radical?
También es verdad que va a épocas. Como decía, en 2024 participé en varias funciones, me vio mucha gente, pero el ámbito cultural está muy podrido, tanto en València como en España en general, sin apenas ayudas. Además, hay muy poco trabajo.
Hablemos de teatro, ¿qué le hace único?
El aquí y ahora, justo lo contrario al cine, donde repites y repites hasta lograr la toma perfecta. En el teatro lo que sucede ya no puede volver atrás, y ahí reside la maravilla de los escenarios, junto al contacto con el público y la magia que brota con los compañeros.
¿Te atreves a describirte como actriz?
Soy trabajadora y generosa. Cuando acaba una función no desconecto, no sé hacerlo, la obra me acompaña a todas horas, pensando que siempre puedo hacerlo mejor.
Puede ser un poco tormentoso, pero el papel mejora, igualmente porque me gusta ‘jugar’, mostrar en cada ocasión una emoción concreta.
«Por desgracia, las mujeres a partir de los 45 años estamos obsoletas para la sociedad, es muy triste»
¿Cuáles han sido tus obras más relevantes?
La que más significa y mejor he hecho es ‘Cariño’, de Jaume Pérez y Juli Disla. Otras han sido ‘Brindis’, de ellos dos, que se vio muy poco, pese a ser magnífica, por la pandemia, y ‘Win win’, dirigida por Carles Sanjaime, con texto de Disla.
Seguimos haciendo bolos de ‘Win win’, una obra desternillante, en la que un arrendador y una arrendataria quedan porque han pasado los cinco años de contrato y deben renovarlo, poniéndose o no de acuerdo en el precio. Es un duelo interpretativo con Carlos Amador.
¿Qué más estás haciendo?
El cantautor valenciano Pau Alabajos, honrando que el 2024 fue el año Estellés, escribió un texto sobre dos presos políticos del Franquismo. La obra se llama ‘Arbres de pols’, está dirigida por María Almudéver e interpretada por Àngel Figols y por mí.
Por último, ¿cómo está tu faceta musical?
Junto a mi pareja, Assad Kassab, fundamos en 2009 el grupo ‘Sokolov’, publicando a lo largo de estos lustros tres LP de rock independiente, ‘La merienda campestre’, ‘Embeleso’ y ‘Señoras que fumas’.
La música la tenemos ahora un poco apartada, pero con ansias de volver. De hecho, contamos todavía con un disco por grabar, quedó en el cajón antes de la pandemia.