Marta Flich / Actriz y presentadora de televisión
Marta Flich (València, 21-julio-1978) soñaba en La Vall d’Uxó, donde creció, hacer algo vinculado a la interpretación: “en el pueblo era algo poco asequible, por eso me desplacé a Madrid, para estudiarlo”, indica muchos años después. De hecho, en la localidad castellonense, tan musical, comenzó a cantar, “herencia de mi abuela, que entonaba muy bien las zarzuelas”.
Se licenció en Económicas, con un máster en Comercio Internacional, antes de incorporarse a Onda Cero y, más tarde, a TVE y Mediaset. La hemos visto presentar dos ediciones de ‘Gran Hermano’, nos desvelará cómo es conducir ese “transatlántico, el formato de entretenimiento por excelencia”, y durante seis temporadas ‘Todo es mentira’, junto a Risto Mejide.
Asimismo, nos expondrá los motivos de su adiós al programa vespertino de Cuatro -anunciado durante uno de ellos-, previsto para el 18 de julio. “Quizás pido trabajo en directo”, apunta, sonriente. Seguro que no le faltarán ofertas, de profesionalidad y experiencia va sobrada.
Actriz, presentadora, economista… ¿Haces de todo?
Siempre he tenido una pulsión artística muy desarrollada. De pequeña, con siete-ocho años, empecé a estudiar música -piano y canto, principalmente- y esa línea ha estado muy presente en mi vida.
Busqué después una carrera (Económicas) que fuera versátil, que tuviera numerosas salidas. Marché a Madrid, trabajé en un banco, aunque se mantenía muy presente ese lado interpretativo.
¿Cómo llegas a los medios?
En 2008 la famosa Prima de Riesgo se disparó en España, nadie sabía exactamente qué era ni las consecuencias que podía tener. Pensé que había que explicar la economía, con algo de humor, normalizarla y comencé a hacer unos vídeos que se viralizaron.
Dejé poco después el banco, me introduje en el teatro y de ahí a la radio y televisión.
¿Pasaste entonces de Nebot a Flich?
(Ríe). Mi nombre real es Marta Martínez Nebot y un día, hablando con mi padre, le dije “me apetece que cuando hablen de mí, sepan quién soy”. Deseaba que calara, que formara parte de mi marca.
Le pregunté seguidamente apellidos de la familia y cuando soltó Flich espeté “¡ésta va a ser mi marca!”
«Mi nombre real es Marta Martínez Nebot, pero Flich, apellido familiar, cala más, es mi marca»
Primero hiciste radio.
Inicialmente en la del pueblo, mis primeros pinitos. Le siguió una colaboración con Jaime Cantizano en Onda Cero y apariciones con Ana Rosa Quintana en Telecinco y ‘Espejo Público’. Me apasiona la radio, la escucho muchísimo.
¿Sentiste vértigo al saltar a la televisión?
Lo siento todo el tiempo, no sé qué es la zona de confort. En esta profesión el aprender y el hacer implica crear herramientas para superarte a ti mismo, continuamente.
Era una persona muy tímida, pero no por ello podía renunciar a mi pasión, mi vocación, lo que me hace feliz. Ese vértigo, hormigueo, también es trabajo, sobre todo del directo, lo que más me gusta.
¿Tu timidez ha menguado?
Se vence con profesionalidad y oficio, el que te da los años de experiencia. Pero dentro de mi trabajo, de mi proceso creativo, me sigo considerando tímida para algunas cosas, aunque extrovertida para otras. Me gusta, eso sí, que mi vida personal sea muy mía, como un tesoro.
¿Quién te llamó de Mediaset?
Recuerdo que estaba en ‘Ese programa del que usted me habla’, de La 2, y me telefoneó David Lillo para comentarme que se iba a hacer un piloto para ‘La Fábrica de la Tele’ y que me podía encajar, porque trataba temas políticos, económicos…
Ya me avanzaron que el presentador iba a ser Risto Mejide, y que estarían colaboradores como Miguel Lago, Antonio Castelo e Itziar Castro, que Descanse en Paz. Grabamos un par de pilotos, entre Barcelona y Madrid, y acabó siendo ‘Todo es mentira’, en emisión desde 2019.
¿Desde el primer momento iba a recibir ese nombre?
Sí. Hemos pasado por muchas etapas, hasta la actual, en el que somos un formato de información y entretenimiento donde el humor puede ser el hilo conductor. Tratamos la política -mediante una mesa de análisis- con muchísimo sarcasmo.
De igual modo, al estar en directo tenemos la facilidad de explicar in situ lo que está sucediendo.
«Era una persona muy tímida, pero no por ello podía renunciar a mi vocación, lo que me hace feliz»
¿Trabajar con Risto es complicado o sumamente sencillo?
Él es lo que ves. Tenemos una peculiaridad, porque el trabajo que tenemos llena mucho los contenidos de las relaciones. Igual sucede con el tono del programa, que no siempre tiene que ser alegre.
Todo el equipo está perfectamente ensamblado y organizado, con nuestras respectivas personalidades encajadas a la perfección, ya son seis años juntos…
Hablemos de ‘Gran Hermano VIP’.
Me comunicaron que volvía GH y querían que lo presentara yo, ¡anunciándolo 24 horas después! Fue una experiencia increíble, porque aparte de aprender muchísimo, disfrutarlo a tope, con ese plató -tan lleno de público-, pude tratar con el ser humano en estado puro, como sucede cuando los descontextualizas y les quitas información.
Además, en una gala tuve el placer de tocar con un piano de cola la popular melodía. Fue un momento tan maravilloso, lo recordaré toda la vida.
¿Te cambió la vida presentarlo?
Sin duda. Me hizo estar mucho más expuesta, tener más notoriedad… También es otro tipo de público, tan diferente al de ‘Todo es mentira’, siendo una experiencia, insisto, muy positiva.
¿La edición la recuerdas igualmente complicada?
Uff, lloraba de la risa, sobre todo el día que se le quedaron las pestañas postizas a medio colocar a Laura Bozzo. Ella se lo tomó con naturalidad, porque fueron todos unos titanes, en estado puro (Luitingo, Jessica Bueno, Carmen Alcayde, Alex Caniggia y el resto).
Me sentía una privilegiada, al presentar un formato histórico, ser parte de su entramado y poder ver cómo se comportaban, qué hacían, porque lo dieron todo, cada uno con sus cosas.
«Tratamos la política en ‘Todo es mentira’, programa siempre en directo, con muchísimo sarcasmo»
¿Qué no se ve de ‘Gran Hermano’?
Fui a las instalaciones donde están ellos y es curiosísimo, pues está la casa y alrededor el grandísimo equipo que hay detrás. Los concursantes siguen con su ‘vida’ y el resto con la nuestra. Cuando les miraba a través de los cristales -espejos para ellos- me decía ¡qué maravilla, todo tan real!
¿En las pausas sucede de todo?
Yo las aprovechaba para repasar el guion o ir al baño, pero me contaban los enfrentamientos, que no paraban. Depende lo que hubiera pasado incluso cambiaba la escaleta del programa, podía saltar por los aires en cualquier momento.
Descansaste en Navidad y GH Dúo.
Entremedio hice las Campanadas de Fin de Año con Jesús Calleja en Sevilla, otra experiencia preciosa. ¡Calleja es una persona tan extraordinaria! Ojalá me llame para uno de sus programas de aventura, con él voy hasta el fin del mundo.
Ese segundo ‘Gran Hermano’ también fue tela, con Finito y Keroseno, Marta López, Efrén Reyero, Manuel González, Lucía Sánchez, Ivana Icardi…
¿Por qué no te llamaron para las siguientes ediciones?
No tengo esa respuesta, es una decisión de los responsables de Mediaset. Los formatos no pertenecen a los presentadores, sino al público, y los moderadores pasamos.
La cadena está por encima de todos nosotros y es ella la que nos considera para unos proyectos u otros.
«Moderar ‘Gran Hermano’ me cambió la vida, te da más notoriedad, te hace estar más expuesta»
¿Sabes cuál va a ser tu siguiente proyecto?
No, lo dejo ahora en alto, por decisión propia, y a buscar trabajo, ¡quizás lo pida en directo! (ríe). Espero que no me falte.
¿Cómo está tu faceta actoral?
Recientemente participé en la serie ‘Serrines, madera de actor’, con Antonio Resines y Jorge Sanz. Hago de la chica que se enamora del protagonista. La ficción me encanta y me lanzaría a algún proyecto sin dudarlo.
¿Algo más que quieras decirnos?
Me siento muy orgullosa de los vídeos que publico semanalmente, desde hace seis años, en ‘HuffPost’. Ideado por mí misma, me centro en política y economía, siendo parte de mi identidad.