Entrevista > Lucía Ruiz / Diseñadora de moda (Almoradí, 18-agosto-2004)
Lucía Ruiz acaba de comenzar en el mundo del diseño, sin tardar en asimilar “lo competitivo que es”. Por fortuna todas sus vivencias son positivas, destacando su presencia en la Semana de la Moda de Alcoy, donde pese a los nervios calificó su participación como muy satisfactoria.
Nos relatará qué aprendió en el certamen y cómo es su estilo, muy aflamencado, con enorme protagonismo del rojo, “y también del negro”. La joven comenzará en septiembre el último curso en la Escuela de Arte de Orihuela, con deseo ya de afrontar su carrera profesional.
“Siento igualmente algo de incertidumbre, de no saber hacia dónde me encaminaré”, reconoce, las mismas sensaciones que muestran la mayoría de nuestros adolescentes. A diferencia de otros, Lucía tiene talento y las ideas muy claras.
¿Cómo te acercas a la moda?
Parte de mi familia trabajó durante años en el sector, en la sección infantil. Mi madre era dependienta en una tienda, mientras mi tío (Víctor Ruiz) es cortador. Posiblemente por ellos siempre me llamó la atención.
Sin embargo, al finalizar bachiller era la única de mi clase que no sabía qué estudiar. Reflexioné y me dije “no necesito buscar, ya sé qué quiero”.
¿Es entonces cuando te matriculaste en Orihuela?
Exacto, en la Escuela de Arte, en 2022. Allí he aprendido muchísimo, porque tenía poquísimos conocimientos al respecto: diseño, dibujo, redacción de trabajo, manejo de aplicaciones…
¿Has creado ya un estilo propio?
Comencé basándome en el flamenco y según han pasado los cursos lo he ido mezclando con diferentes conceptos. Ahora, tras múltiples pruebas, me he descantado por un estilo medio techno, medio andaluz.
«Para mí el rojo es un sentimiento, por eso me gusta que esté en todos mis vestidos, igual que el negro»
¿Qué te atrae del arte flamenco?
Realmente no lo sé. Recuerdo que, siendo niña, mi padre me ponía muchas canciones flamencas -de Niña Pastori o Paco de Lucía- y algo debió calar en mí. Entre los actuales me agrada Dellafuente, nombre artístico de Pablo Enoc Bayo.
¿Luego cómo lo plasmas a bocetos, a papel?
Primero me inspiro, pienso en cómo hacerlo, en incluir el estilo flamenco a través de la ornamentación típica. Seguidamente lo coloreo y después acudo a la tienda para elegir los tejidos que más se ajusten.
Me apasiona, por ejemplo, el rojo, como mostré en la colección que presenté en la Semana de la Moda de Alcoy, con algo de negro. Para mí el rojo (pasión) es el color del flamenco, es como un sentimiento.
¿Cuáles son los diseñadores que más te fascinan?
La mayoría de mis compañeros se saben de memoria el nombre los diseñadores, su trayectoria y trabajos. Yo apenas me fijo, voy más a mi aire. Sí me gusta Luis de Javier y, obviamente, Palomo Spain, que cuenta con muchos diseños flamencos, muy españoles.
«Llevo poco en la moda, tres años, aunque noto su competitividad; es una pena, es importante ser honrado»
Pese a tu poca experiencia, ¿notas ya la competitividad de la moda?
Ahora muchísimo; hace unos años apenas era consciente. Es una pena, porque en esta vida es importante ser honrado, no pasar por encima de los demás, como sucede en esta profesión.
A mí todavía no me ha pasado, pero a otros conocidos sí, y hace que esté alerta.
¿De qué forma te inscribiste en la Semana de la Moda de Alcoy?
Me llegó un correo, mucho antes que lo comentáramos en el grupo de WhatsApp. Sentí curiosidad, pero me entró miedo, pensé que todavía soy muy novel, que este tipo de eventos me vienen grandes.
Un mes después volvimos a recibir el mismo correo. Entonces Samuel Coves, uno de mis compañeros más cercanos, me propuso ir, que fuéramos juntos, como así sucedió. Otros quisieron también acudir, pero no pudieron.
Háblanos de las jornadas previas.
Al apuntarnos tarde solo dispusimos de una semana para hacer los bocetos. Por suerte los pude desarrollar con facilidad -en rojo y negro-, solo un par se me complicaron.
«De la Semana de la Moda de Alcoy quedé muy satisfecha y aprendí que también debo tener un plan B»
¿Y el propio desfile cómo lo recuerdas?
Con nervios (muchos) y tranquilidad, al mismo tiempo. Pude conocer al resto de diseñadores, que fueron extremadamente agradables: era uno de mis temores, al ser nosotros -Samuel y yo- los novatos de la edición.
Durante el desfile me agobié ligeramente, aunque pienso que es normal, era mi primero. No obstante, estoy muy satisfecha del resultado final, porque además ¡mi amigo ganó!
¿Qué conclusiones sacaste?
Tuve ciertos problemas con las modelos, los vestidos no se ajustaban del todo bien -faltaba licra-, y en eso debo mejorar, tener un plan B. Pero la experiencia fue fantástica, a nivel laboral la mejor, sin duda.
¿Tienes nuevos proyectos en marcha?
Me han encargado diversos trajes, en forma de chilaba, para Moros y Cristianos de Rafal, que se celebrarán la tercera semana de septiembre.