Entrevista > Irene Esteve / Odontóloga estética (Elda, 24-enero-1991)
La odontóloga Irene Esteve es el perfecto ejemplo de que no es necesario abandonar la terreta, su querida Elda, para triunfar en la vida. Al menos parcialmente, porque cuenta con una clínica en Madrid desde hace cinco años y en los próximos meses abrirá otra en Barcelona.
“Viajo todos los miércoles a la capital, pero regreso por las noches porque tengo dos hijos pequeños”, indica, antes de apuntar que el siguiente curso deberá pernoctar un día fuera de casa. Es el precio del éxito, debe pensar.
Nos contará cómo comenzó a realizar las carillas sin tallado -una técnica totalmente novedosa- y qué es exactamente la odontología estética, “un filón” entre los jóvenes, tan influenciados por las fotos que cuelgan en las redes sociales. “Llevamos a cabo todo el proceso, primero la salubridad de la boca”, remarca.
¿Siempre te apasionaron las dentaduras?
Desde pequeña tenía clarísimo que quería dedicarme a algo en el que pudiera ayudar a los demás. Estaba entre Medicina y Odontología, teniendo en cuenta que no nos preparan para elegir con diecisiete años.
Ya en las primeras clases universitarias supe que había escogido bien. Pronto me marché, pasando los siguientes siete años en València.
¿El paso obligado era marchar a Madrid?
Realmente nunca me he trasladado a la capital, sino que volví a Elda, me enamoré y me casé. Él, también odontólogo, tenía una clínica en el municipio -que convertimos en laboratorio-, fundamos dos, en Elda y Petrer, y todos nuestros ingresos los dedicábamos a seguir formándonos.
Comenzamos poco después con las carillas y pensaba ¿cómo puede ser que con los avances actuales no se puedan hacer sin tocar el diente? No le veía el sentido.
«La odontología estética es la rama que trata de embellecer la sonrisa de nuestros pacientes»
¿Qué hiciste entonces?
Montamos un equipo de protésicos, que llevaron a cabo un sistema exclusivo para nosotros. Tras mucha inversión en I+D y ensayo-error, logramos las carillas sin tallado, un concepto muy novedoso porque le cambia la estética al paciente sin tocar el diente, en un proceso reversible.
Se trata de una técnica registrada porque únicamente la hacemos nosotros. La publiqué en las redes y de inmediato nos empezaron a venir muchísimos clientes de Madrid; por eso decidimos abrir una clínica allí, en la calle Serrano.
¿Exactamente en qué consiste la odontología estética?
Es la rama que trata de embellecer la sonrisa de nuestros pacientes. Hablamos del segundo paso a la salud, pues no hago ningún tratamiento si la boca no está 100% sana.
Los que no se han preocupado por su salud dental deben pasar por un tratamiento terapéutico. En ciertos casos hay que hacer ortodoncia, casi siempre invisible.
«El nuestro es un concepto muy novedoso porque cambiamos la estética sin tocar el diente»
¿Crees que los jóvenes cuidan su estética dental?
Uff, muchísimo, por las redes sociales: lo hemos notado en los últimos años. Antes mi target de pacientes comenzaba en los treinta y cinco años, mientras ahora es mucho menor, rondando los veinte. Me dicen que las carillas u otro tratamiento es prioritario en su vida.
Te habrán pedido auténticas barbaridades.
Durante un tiempo estuve tratando a Blanca Suárez, que lleva unos arreglillos estéticos. Los pacientes me venían con una foto de la actriz, pidiéndome que les clonara su sonrisa.
Con la mayor empatía les decía que no tienen la cara de Blanca (ríe), porque la sonrisa no solo depende de los dientes, ¡ojalá!, sino de muchos otros aspectos. A veces se pierde un poco el norte, pero se lo explicamos y lo entienden.
¿Piensan que haces milagros?
Así me lo indican continuamente, ¡es que tú haces milagros! No creo que sea así, aunque hacemos lo que podemos.
«Mi target de pacientes comenzaba antes en los treinta y cinco años, ahora ronda los veinte»
¿Es una disciplina que no para de evolucionar?
Igual que otros muchos aspectos vinculados con la salud. Debemos actualizarnos, algo que me encanta, leer sobre el tema, acudir a congresos, formarme… Es, además, una disciplina a la que se le está dando importancia ahora.
¿Tu día a día es tan movido como parece?
Cuando fui mamá por primera vez, hace seis años, decidí dedicar tiempo de calidad a mi hijo, así que pasé a trabajar solo de mañanas, hasta las 14 horas, excepto el miércoles, que como dije me desplazo a Madrid.
Pronto cambiará un poco, porque a final de año vamos a inaugurar una nueva clínica en la calle València de Barcelona, en pleno Eixample.
¿Cómo lo harás?
La idea es viajar el martes a Barcelona, trabajar allí de tarde, desplazarme a Madrid en tren, hacer noche y pasar todo el miércoles, regresando a Elda por la noche.
Pese a todo el estrés, ¿estás en tu mejor momento?
Creo que sí, con ganas de seguir y soñar. De igual modo, tengo la ventaja de estar en mi pueblo, los beneficios que me brinda en todos los sentidos.