En el mundo posmoderno en el que vivimos lo tenemos todo y a la vez no tenemos nada. Si hay una cosa que caracteriza a la sociedad de nuestro tiempo es una profunda insatisfacción vital, nunca hemos vivido mejor, pocas épocas históricas han tenido tales niveles de bienestar social.
Sin embargo, algo dentro de nosotros produce una melancolía constante fundamentada en la eterna búsqueda de una felicidad que cuando se persigue nunca se encuentra.
Entre dos mundos de manipulación
Se puede estrechar el cerco en dos clases de sectas: las de tinte parapsicológico fundamentadas en el esoterismo, aunque son de un ámbito muy amplio. Por otra parte, nos encontramos con las identificadas con las estafas piramidales, versadas en la búsqueda de riqueza.
En ocasiones las sectas se disfrazan de negocios piramidales
Alicante, caladero sectario
Uno de los rincones en los que las sectas han encontrado su hábitat natural es Alicante. Tanto es así, que el IX Encuentro Nacional sobre Sectas se celebró en nuestra provincia. La región, impregnada de grandes relatos y de ríos de tinta relacionados con la santería, el esoterismo y diferentes corrientes espirituosas basadas en dogmas sectarios, han ejercido de caldo de cultivo para que se prodigan diferentes actitudes marcadas por el empirismo y la creencia en poderes sobrenaturales.
Nuestra provincia no sólo es reconocida y considerada en el área de las sectas sino también en el de los exorcismos, en donde destaca uno practicado en la parroquia de San Blas de Alicante durante la segunda mitad del siglo XX. En Torrevieja se ha asentado uno de los mayores expertos en el campo de las posesiones demoníacas, Manuel Acuña, que ha practicado más de 10.000 exorcismos. Desde nuestros fueros dirige la Escuela de Exorcistas de Europa (EEE).
Con sede en Alicante, Nueva Acrópolis es considerada secta según voces autorizadas
¿Quién quiere ser millonario?
En la era del post capitalismo desenfrenado en la que todos dicen que el capitalismo ha fracasado pero que sin embargo nadie parece renunciar a él, a muchos les mueve un sino: ganar dinero fácil y sin esfuerzos.
Es ahí donde determinadas sectas, basadas en las estrategias piramidales, encuentran su cortijo y su nicho en el que crecer. Te prometen el oro y el moro, te llenan la cabeza de ilusiones dinerarias, imaginan un mundo ideal en el que sin pestañear tienes la vida que quieres.
¿Captan a sus adeptos con unos presuntos cursos de filosofía?
Un imberbe idealista en las garras piramidales
Cuando el que escribe era un joven imberbe y cuasi adolescente, cuando la pubertad ya había dejado paso a la adultez temprana y un servidor estaba estudiando la carrera, un viejo amigo le contactó para ofrecerle un trabajo. Me las prometía felices, ilusionado con una de mis primeras empresas. Quedé con este amigo, un pobre iluso, y nos dirigimos a la casa de un presunto compañero suyo en esa compañía.
La aventura consistía básicamente en comprar productos a través de una plataforma, unos bienes de una marca determinada que sonaba a esa empresa que te promete adelgazar en una semana; estos no te prometían bajar de peso sino subir los números de tu cuenta bancaria
Nunca me quedó claro cómo funcionaba el sistema, pero se fundamentaba en que según ibas comprando productos de esa página web te iban dando dinero por esas mismas compras, y a su vez, a cuantos más compradores captases más dinero ibas a ganar. Una maravilla.
Me dejé llevar y acudí a un foro que organizaron en un hotel de San Juan Pueblo. El aura era muy sectaria, uno de los ponentes era uno de los fundadores de esa estratagema y algunos le tenían una devoción cuasi divina, como si estuviesen ante el dios que les había proveído de un maná caído del cielo. El susodicho hablaba de su vida pasada, de su conversión a la buena nueva. No me convencieron, nadie da duros a pesetas.
Secta a plena vista de todos
Llevaban tiempo diciéndome que ese local situado en la Calle General Marvá en Alicante era una secta, que esa asociación cultural tenía un lado oscuro, que esa entidad a plena luz escondía oscuridad y ocultismo. Llevaba viendo durante mucho tiempo diferentes carteles dispensados por esta asociación en los que anunciaban cursos de filosofía, presentaciones de libros o conocimientos de diferentes perspectivas existenciales.
El caso es que cada semana pasaba por allí pero nunca había reparado en lo que había en su interior, ni mucho menos me había planteado llamar a la puerta y entrar por mera curiosidad, como cuando por mero morbo entré en la sede la cienciología en Madrid para ver si conocía a Tom Cruise.
Hace unas semanas entré, pregunté qué se cocinaba ahí dentro. Me dijeron que no era un restaurante sino una asociación llamada Nueva Acrópolis, un grupo humanista destinado al estudio de la filosofía y al voluntariado.
Me lo creería con fe ciega si el texto de los apóstatas fundamentada en la jurisprudencia no dijera lo contrario. La Audiencia Provincial de Madrid del año 2000 señala, en una sentencia referida a un caso relacionado con Nueva Acrópolis, que “refleja la preocupación por la proyección social de una organización, como se ha dicho, clasificada por especialistas en la materia dentro de la categoría de sectas destructivas”.
No me transmite confianza, al igual que yo tampoco se la transmití a ellos cuando entré y me miraron todos con ojos sospechosos y temerosos.