L’Albir ya calienta motores para vivir uno de los fines de semana más esperados del verano. Un año más, el Parque de los Eucaliptos se transformará del 16 al 18 de agosto en el corazón festero de l’Alfàs del Pi.
Las fiestas de l’Albir, que no tienen carácter oficial como patronales ni se consideran el tradicional ‘mig any fester’, se han consolidado con el paso del tiempo como un auténtico clásico del calendario estival alfasino, muy esperado tanto por los miembros de las peñas como por los vecinos, turistas y visitantes que, atraídos por su ambiente festivo y desenfadado, participan activamente de sus numerosas actividades.
Organizadas por la Associació de Penyes Santíssim Crist del Bon Encert y la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, las fiestas de l’Albir de este 2025 prometen mantener e incluso superar el nivel de participación y entusiasmo de años anteriores. La cita servirá, además, como punto de encuentro y reencuentro entre los festeros, que tras un verano intenso y a escasos tres meses de las fiestas mayores del municipio, toman posiciones para lo que será el tramo final del año festero.
Para todos los públicos
Como ya es tradición, el programa preparado por los organizadores incluye una amplia variedad de actividades dirigidas a todos los públicos y edades. No faltarán los pasacalles, las verbenas nocturnas con música en directo, las sesiones de DJ al aire libre, las comidas y aperitivos populares, las tradicionales mascletás ni, por supuesto, las propuestas específicas para los más pequeños, como castillos hinchables, juegos de agua y espectáculos infantiles.
A todo ello se suma el atractivo indiscutible del entorno: el Parque de los Eucaliptos, con sus grandes árboles, su sombra generosa y su proximidad a la playa, se convierte durante tres días en un auténtico recinto festero en el que cada peña instala su propia carpa. Un espacio abierto y compartido donde la convivencia se convierte en el valor central de las celebraciones.
Para compartir un fin de semana abierto a vecinos y turistas las peñas alfasinas trasladan sus carpas a la costa
Alma de reencuentro
Uno de los elementos más destacados de esta cita veraniega es precisamente su carácter abierto. A diferencia de otras festividades en las que las actividades se concentran en espacios más cerrados o limitados a los integrantes de las peñas, en l’Albir las carpas se instalan en plena calle, permitiendo que cualquiera -vecinos, turistas, curiosos o paseantes- pueda integrarse en el ambiente festivo. Compartir mesa, música y risas con desconocidos es, de hecho, una de las experiencias más valoradas por quienes repiten año tras año.
Desde que en 2022 se recuperara por completo la celebración tras los años de restricciones derivadas de la pandemia, las fiestas de l’Albir han ido reforzando su papel como espacio de reencuentro y recuperación del pulso social. Lo que antes era un paréntesis lúdico en medio del verano se ha convertido, desde entonces, en una reivindicación del contacto humano, de la alegría compartida, de la música en la calle y de esa energía festiva que parece multiplicarse bajo el sol de agosto.
Cada vez más participación
El pasado año, en 2024, se registró una afluencia estimada de más de 2.000 personas a lo largo del fin de semana. Una cifra que los organizadores esperan superar este 2025, dado que el calendario coincide nuevamente con un puente en varios países europeos y con una altísima ocupación hotelera en la Costa Blanca, especialmente en el área de l’Alfàs y Benidorm.
Todo ello augura una participación masiva tanto de peñistas como de turistas nacionales y extranjeros deseosos de sumarse al ambiente.
Música en directo, pasacalles, mascletás, atracciones acuáticas y comidas populares llenarán el programa de actividades
Más que una fiesta
Las fiestas de l’Albir tienen un componente simbólico que va más allá de la propia celebración. No sólo representan el epílogo festivo del verano alfasino, sino que también marcan el inicio de la cuenta atrás hacia las Fiestas del Jubileo y del Santísimo Cristo del Buen Acierto, que tendrán lugar en el mes de noviembre.
Así, lo que se vive en agosto en el Parque de los Eucaliptos no es sólo una celebración en sí misma, sino también un anticipo cargado de emoción de lo que está por venir.
Para las peñas, es una oportunidad de afianzar lazos, de probar infraestructuras y de rodarse en la convivencia colectiva. Para los nuevos integrantes de las mismas, muchas veces recién llegados o debutantes en el mundo festero, la cita sirve de bautismo y punto de partida. Y para los más veteranos, es el momento perfecto para recuperar energías, disfrutar sin protocolos y contagiarse del entusiasmo generalizado.
Celebración con sabor mediterráneo
Uno de los rasgos distintivos de esta festividad es su perfecta integración con el entorno natural y urbano del Albir. A escasos metros del mar y rodeado de vegetación, el Parque de los Eucaliptos ofrece un espacio ideal para este tipo de celebraciones. No hay escenario más apropiado para celebrar el estilo de vida mediterráneo que este rincón abierto, luminoso y siempre animado por la brisa marina.
Las comidas y cenas al aire libre, los vermús con música, los encuentros espontáneos entre vecinos de toda la vida y turistas ocasionales… todo ello configura una experiencia sensorial completa que combina tradición, ocio, gastronomía y convivencia. Un modelo de fiesta que, lejos de agotarse, gana adeptos edición tras edición.
Con estas fiestas comienza el inicio de la cuenta atrás hacia las patronales del Santísimo Cristo en noviembre
Broche estival inolvidable
Aunque aún quedarán semanas de calor y vacaciones después del tercer fin de semana de agosto, para muchos vecinos y visitantes las fiestas de l’Albir suponen el punto final simbólico del verano. Tras tres días de celebraciones, carcajadas y, cómo no, alguna que otra resaca, llega el momento de empezar a pensar en la vuelta al trabajo o a los estudios.
Pero antes de eso, l’Albir ofrecerá a todos la posibilidad de despedirse del estío como merece: con alegría, música, pólvora y buena compañía. Porque en l’Alfàs del Pi, las fiestas nunca son sólo una excusa para celebrar, sino una manera de entender la vida. Y las de l’Albir, en particular, son el mejor ejemplo de esa filosofía.