Entrevista > Joan Gadea / Actor (Alcoy, 24-marzo-1948)
¿Quién no recuerda a Joaquim Falcó, el malvado de ‘L’Alqueria Blanca’ que tan bien interpretó Joan Gadea? Ahora, tras abandonar la producción, “por voluntad propia”, hacemos un recorrido por su longeva y satisfactoria trayectoria, la que comenzó en los grupos teatrales amateurs de Alcoy.
Hemos vibrado muchísimo con sus actuaciones en obras como ‘Les Rondalles Valencianes’, ‘Un enemic del poble’ y ‘L’aniversari de Don Eduardo’, pero también en series nacionales, con pequeños papeles -muchas veces múltiples- en ‘Cuéntame cómo pasó’, ‘El comisario’ u ‘Hospital Central’.
Confiesa que ha disfrutado con su profesión y que es un afortunado, después de colaborar con grandes directores como Vicente Aranda (‘Celos’) y Javier Fesser (‘Mortadelo y Filemón’). Igualmente, su afición por viajar, recorriendo infinidad de puntos atractivos del planeta: Gran Muralla, Machu Picchu, Petra, Abu Simbel…
¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?
Estudié en Los Salesianos de Alcoy, donde era solista en el coro y actuábamos en las obras navideñas. Recuerdo gran parte de mi infancia sobre un escenario, especialmente cuando un profesor nos ofreció hacer teatro de un modo más regular.
Representamos ‘Diez negritos’, la novela de suspense de Agatha Christie, siendo poco más tarde los pioneros en hacer en el centro teatro de hombres y mujeres. Eran otros tiempos.
¿Lo tuviste fácil?
Reconozco que he tenido suerte y si he sido actor es porque las cosas me han venido rodadas. Mientras trabajaba para una multinacional, Pep Cortés -ya tristemente fallecido- me propuso en 1990 dedicarme al teatro, profesionalmente.
Al principio dudé, porque era renunciar a un sueldo fijo, pero cuando se instauró la posibilidad de pedir tres años de excedencia, vi la luz. Mi amigo, además, me convenció diciéndome que “a mi edad apenas tenía competencia”.
¿Cuáles fueron tus primeras obras?
Antes habíamos fundado el grupo ‘Evoé’, que en griego significa “viva la vida”, aunque poco después marchamos a la ‘La Cazuela’ y seguidamente creamos su vertiente ‘La Cassola’. A Pep le ofrecieron entonces dirigir ‘Les Rondalles Valencianes’, de Enric Valor, en el Teatro Escalante y allí estuvimos mucho tiempo realizándola, con éxito.
Me gustaba fijarme en los actores que venían a la Semana Cultura de Alcoy, principalmente en ‘Els Joglars’, con Albert Boadella a la cabeza, o en grandes de la época como José Luis López Vázquez o Josep Sazatornil, ‘Saza’, con el que siempre me decían que guardaba cierto parecido.
«Me gustaba fijarme en los actores que venían a la Semana Cultura de Alcoy, principalmente en ‘Els Joglars’»
¿Tu carrera es mucho más que satisfactoria?
Por supuesto, estoy muy contento de mi recorrido. No soy famoso (ríe), más allá de la notoriedad que me ha dado ‘L’Alqueria Blanca’, pero no me importa en absoluto. He dedicado mi vida a lo que me gusta, actuar, haciéndolo lo mejor posible, aprendiendo muchísimo, sobre todo de mis compañeros y directores.
Incluido tu periplo madrileño.
Me llamaban para hacer episodios sueltos, de series relevantes, en ocasiones para diferentes papeles, siempre secundarios (conserje, empleado del banco…), muchos capítulos después. Es más común de lo que pensamos.
Iba a Madrid, realizaba mi trabajo en un par de jornadas, y regresaba a Alcoy. Gracias a eso empecé a hacer cine, debutando en ‘La hora de los valientes’ (1998), de Antonio Mercero. Ambientada en plena Guerra Civil, era el director del Museo del Prado.
«He dedicado mi vida a lo que me agrada, actuar, haciéndolo lo mejor posible, aprendiendo muchísimo»
Recuérdanos, ¿cómo entraste en ‘L’Alqueria’?
Canal 9 quiso apostar por una serie sobre los años 60, sin saber muchos si triunfaría, y me presenté al casting. Al primer director le debí caer en gracia y me otorgó uno de los personajes principales.
¿El de Joaquim Falcó?
Exacto, la persona más apoderada de la localidad. Al principio hacía de malo, impidiendo por ejemplo que mi hija se casara con un chico de los Pedreguer, la familia pobre. Sin embargo, el papel fue evolucionando, sí permití el enlace y con el nacimiento de mi nieto llegué incluso a ser tierno.
Mi mujer en la ficción era Remedios Cervantes, encantadora, porque querían que las series fueran bilingües, un guiño a las localidades castellanoparlantes.
«Pese a que disfrutaba mucho haciendo ‘L’Alqueria’, pedí que le dieran un final a mi personaje»
¿Por qué abandonaste la serie?
Las primeras temporadas las rodábamos en Alicante, en la Colonia de Santa Eulalia -entre Villena y Sax- y en La Ciudad de la Luz, algo que me venía perfecto. Después cambiaron a unos platós ubicados en Buñol y a un ritmo frenético, al emitirse diariamente.
Pese a que disfrutaba mucho, ya no me compensaba, uno tiene una edad, estoy jubilado desde 2013… Pedí que le dieran un final al personaje, que muere tras sufrir diversos infartos.
¿Algo más?
Ahora hago lo que me llena, como ‘Sombras de Bohemia’, de Ximo Llorens. Estoy pendiente de un próximo proyecto para después del verano, un corto.