El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, ha presentado las principales medidas del nuevo decreto de la Generalitat que establece las directrices para la gestión cinegética y el control poblacional de ungulados silvestres, y ha remarcado que con esto se conseguirá “una regulación ordenada” para controlar la sobrepoblación del jabalí, pero también la de otras especies problemáticas que afecta al interior de la provincia de Alicante.
Martínez Mus ha puesto de ejemplo el caso de Jávea, municipio en el que ha tenido lugar la presentación ante representantes de diferentes ayuntamientos. Acompañado por la alcaldesa de la localidad, Rosa Cardona, el conseller ha subrayado que las diferentes medidas que abarcará el nuevo decreto también buscan controlar especies como el ciervo, gamo, cabra montesa, corzo y muflón, que causan daños en cultivos.
En el caso del jabalí en la provincia de Alicante no ha aumentado el número de municipios que tienen sobrepoblación, según el último listado actualizado y publicado por la Generalitat son un total de 98.
En esta línea, el conseller ha asegurado que la Generalitat “amplía los periodos de caza y simplifica la normativa vigente”. Además, ha añadido que “queremos dejar atrás el sectarismo y estamos colaborando con los cazadores y la Federación de Caza como herramientas clave en la regulación medioambiental”.
El titular de Medio Ambiente ha señalado que, desde el inicio de la legislatura, “el Consell ha priorizado esta problemática”. Así, ha recordado que las medidas aplicadas “han permitido que la última temporada de caza finalizara con 54.548 jabalíes abatidos en toda la Comunitat Valenciana, 25.448 más que hace cinco años y casi dos veces y media más que los 22.169 cazados hace una década”.
Concretamente, en la provincia de Alicante el balance ha sido de 11.998 capturas, frente a las 10.929 de la campaña anterior. Con el nuevo decreto de la Generalitat, ha destacado el conseller, “se abandona la inacción y la prohibición que nos ha llevado a la actual situación de sobrepoblación, y se avanza hacia una regulación más eficaz”.
La única diferencia con las anteriores campañas es la captura de arruís y muflones en el Parque Natural de la Font Roja. Los arruís como exótica invasora es una de las especies objetivo del proyecto, mientras que los muflones se han capturado por exceso de población.
Ayudas de 900.000 euros
Durante el acto de presentación, Martínez Mus ha resaltado que la Generalitat también apoya a los ayuntamientos mediante líneas de ayuda destinadas al desarrollo de sus propios planes de control del jabalí. La orden, ya consolidada, cuenta con un presupuesto total de 900.000 euros repartidos en tres líneas: para el control del jabalí en zonas comunes de caza, para cotos de caza y para la retirada de ejemplares abatidos.
El conseller también ha explicado que el objetivo de estas ayudas es implantar políticas a largo plazo que acompañen a los municipios de forma eficaz y sostenible.
Medidas del decreto
El decreto contempla varias líneas de acción. Entre ellas, dotar a los cazadores de herramientas apropiadas; facilitar técnicas de control en áreas donde la caza no sea segura o viable; involucrar a los ayuntamientos como actores activos en la gestión de capturas, así como priorizar intervenciones en zonas con altas concentraciones de especies. También, se incluye la intervención en espacios no cinegéticos cuya condición pueda poner en riesgo el entorno cercano.
Asimismo, el decreto amplía los periodos de caza, elimina restricciones en días hábiles y establece la utilización del precinto electrónico, eliminando así cargas burocráticas. Además, se autorizan nuevas técnicas de control, incluyendo el uso de dispositivos como miras nocturnas o térmicas, así como la eliminación de especies invasoras como el cerdo vietnamita o el arruí durante las jornadas de caza.
Una de las novedades más relevantes del nuevo marco normativo es, precisamente, la incorporación de los ayuntamientos como protagonistas en el control de las poblaciones. Esto permitirá regular las capturas en entornos urbanos y adaptar las intervenciones a las necesidades específicas de cada municipio, mediante esperas, cacerías colectivas o técnicas de control.
Por otro lado, la normativa permite declarar territorios con sobreabundancia de una especie, lo que implica la supresión de cupos de captura y la fijación de un esfuerzo mínimo de caza para estabilizar las poblaciones, además del uso de métodos más efectivos, siempre bajo control administrativo.