Entrevista > Joaquim Devesa / Concejal de Fiestas de Altea (Altea, diciembre-1996)
Altea afronta en septiembre sus días más intensos con las fiestas de Moros y Cristianos, unos festejos que, en menos de medio siglo, han reunido a más de 2.300 festeros y se han consolidado como el gran referente cultural y social de la localidad.
Tras un verano en el que Altea concentra un enorme número de fiestas de barrio, ¿los Moros y Cristianos representan algo así como la guinda del pastel al calendario festero?
Como bien dices, rematan un verano completo. Un verano que, en términos festeros, es heredero de esos ciclos económicos que en un pasado rigieron nuestro pueblo y que se mantiene en esas fiestas de barrio.
Los Moros y Cristianos las podríamos considerar esas fiestas más modernas, que celebramos al final para rematar y, como tú has dicho, poner la guinda al calendario.
Estas fiestas todavía no han cumplido su 50º aniversario, pero ya son las más importantes de Altea. En ese sentido, ¿consideras que, a pesar de su relativa ‘juventud’, ya cuentan mucho de la cultura y la historia del pueblo?
Sí. En ‘sólo’ 46 años la Federación de Moros y Cristianos y todos los festeros han conseguido tomar Altea en el mejor de los sentidos. A día de hoy, y si no me falla la memoria, sumamos unos 2.300 festeros, que teniendo en cuenta nuestra población es un número muy importante.
Se han convertido en las fiestas más importantes, gracias a ese carácter tan abierto y popular que tienen y también por su componente de espectáculo.
Para que unas fiestas sean un éxito es indispensable una gran comunión entre la propia sociedad festera y la Administración. ¿Cómo valoras los últimos doce meses en ese sentido?
Es una unión sin la cual no se podría realizar la fiesta y en la que tampoco debemos olvidar a todos los vecinos, también los que no son festeros, pero colaboran con la fiesta. Altea tiene esa coyuntura de la que hablábamos antes con un total de diecisiete fiestas.
Y ahora, en septiembre no sólo hablamos de los Moros y Cristianos, sino también de las fiestas patronales del Santísimo Cristo del Sagrario.
Te voy a pedir que te quites el traje de concejal y te pongas el de festero. ¿Cuál es el acto que más esperas y disfrutas?
No podría elegir uno, pero disfruto muchísimo de las entradas, especialmente la Mora, que es mi bando. Además, soy tirador y amante de la pólvora y también disfruto muchísimo las embajadas.
¿Algún último mensaje para todos los alteanos antes de las fiestas?
Quiero hacer una llamada al disfrute colectivo, a la euforia colectiva, pero también a la responsabilidad y al civismo en estos días en que la calle debe ser tomada por todos los alteanos y nuestros visitantes, porque de eso se trata la fiesta: de salir de la rutina y de conquistar las calles para compartir juntos la vida.