Entrevista > Javier del Castillo, Irene Carreño y Pablo González / Directivos de Abreca
La Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Benidorm (Abreca) cumple cuarenta años desde que un grupo de hosteleros decidiera unirse en 1985 para fortalecer al sector. Su actual presidente, Javier Del Castillo, repasa, junto a Irene Carreño y Pablo González, la historia de la entidad, sus retos presentes y el papel clave que desempeña la hostelería en la identidad y economía de la ciudad.
Javier ahora ocupas la presidencia de Abreca, pero ¿formaste parte del equipo fundacional?
Javier del Castillo (JDC) – No, en esa época yo todavía no estaba. Llevo unos quince años en la asociación. Todo empezó en 1985 y, según me han contado los presidentes que me han precedido y otros compañeros, fue algo que se hizo con mucha ilusión y con ganas de unir a la hostelería local, que en aquella época era un pollo sin cabeza.
Además de crear la asociación, con el tiempo también se puso en marcha una cooperativa que funciona como una especie de central de compras y que nos permite comprar de forma más económica. Todo, en definitiva, con vistas a crear sinergias y, de esta manera, poder mejorar nuestros servicios y la gastronomía de Benidorm y eso es algo que hemos logrado en estos cuarenta años.
La asociación nació en 1985 con apenas una docena de hosteleros unidos por la ilusión
¿Cómo han sido estas cuatro décadas?
Irene Carreño (IC) – Pues parece ser que todo empezó en el verano del 85, cuando más trabajo había y, pese a ello, aquellos primeros directivos supieron sacar tiempo para intentar unirse y crear esta asociación.
Hay un primer escrito con fecha de registro de entrada del 13 de agosto de 1985, por eso lo celebramos en esa fecha, aunque el colofón del 40º aniversario va a ser en nuestra gala, que hacemos en diciembre.
Ese primer escrito se presentaba a Gobernación Civil de Alicante informando que una serie de hosteleros de Benidorm se habían unido para formar lo que hoy en día es Abreca. A partir de ahí, en un tiempo récord, en poco más de un año, ya se contaba con más de cien asociados.
Pero los firmantes de ese escrito del 13 de agosto eran bastantes menos.
IC – Así es. Apenas diez o doce.
Si uno da un paseo por Benidorm es evidente que la hostelería es uno de los sectores económicos más importantes de la ciudad.
JDC – Es increíble. Es verdad que la cantidad de negocios dedicados a la hostelería en Benidorm es tremenda. En total, hay cerca de 1.200 establecimientos entre cafeterías, restaurantes, bares, heladerías… Es una barbaridad.
Pablo González (PG) – Además, hace ya algunos años que también se abrió la asociación al sector de los locales de ocio.
El restaurante Manila fue el primer local asociado y escenario de un sencillo acto de celebración
Para muchos de nosotros, podría parecer el mismo tipo de negocio, pero vosotros lo diferenciáis. ¿La convivencia es buena?
PG – Sí, son cosas distintas y eso se puede comprobar, por ejemplo, en que en las jornadas gastronómicas no participan los pubs y, en general, el ocio nocturno; pero la hostelería más tradicional no participa en otros eventos como la Fancy Dress Party.
IC – Así es, pero es Abreca la que lo aglutina todo y, además, sí hay ejemplos de actividades conjuntas.
Como por ejemplo…
IC – El concurso de cócteles que tenemos este año entre el 19 y 28 de septiembre y que llega a su cuarta edición dentro del Benidorm Gastronómico. Lo importante, y ese es nuestro objetivo, trabajamos para que todos encontremos nuestro hueco. Para que todos tengamos cabida y es que no somos competencia.
Se suele decir que los días festivos son los que más trabajo generan en la hostelería, pero eso también implica que sois testigos de muchos momentos felices.
JDC – Eso es una de las partes más satisfactorias de este trabajo. Vivimos esos momentos todos los días. Somos vendedores de felicidad. Incluso, en las cosas pequeñas de la vida. Fíjate, esa persona que vuelve de la playa, con mucho calor y te pide una cerveza… se refresca e intentas servírsela siempre con una sonrisa para que ese cliente se vaya satisfecho o que, incluso, se quede a comer.
Hoy representa a cerca de 1.200 establecimientos de hostelería y ocio
La gran fiesta, ya lo habéis dicho, será en diciembre; pero el 13 de agosto celebrasteis un acto más sencillo, pero no menos emocionante.
IC – Efectivamente. Lo hicimos en el restaurante Manila, que fue el primer local asociado. El libro de socios más antiguo que se tiene, el primero, tiene como primer asociado al restaurante Manila. Lo encabezaba Rafael Navarro, que también estuvo con nosotros ese día.
Tenemos la suerte de que ese local sigue abierto cuarenta años después y no podía haber mejor sitio que volver a donde todo empezó.
El turismo, al menos en lo que a la ocupación hotelera se refiere, ha vuelto a funcionar muy bien. ¿Cómo está siendo la temporada para el sector hostelero?
PG – Pues está siendo un año un tanto raro. No sabemos muy bien los motivos, pero la gente está muy limitada económicamente a la hora de salir. Por las mañanas la gente se queda en la playa, aprovecha mucho para ir a supermercados a comprar pan o embutido para comer en la playa.
El cierre del centro urbano por la creación de la Zona de Bajas Emisiones ha provocado que muchas personas prefieran irse a otros sitios donde no hay esas restricciones como puede ser Altea o La Vila. Son pequeñas cositas que poco a poco van sumando y van haciendo que vayamos notando que este año está la cosa un poquito más tranquila.
¿Tenéis menos gente o la gente gasta menos?
JDC – La gente gasta menos porque también los alojamientos han subido bastante sus precios y los presupuestos siempre son limitados. Si antes iban cinco veces a comer o a cenar, ahora van una o dos.