Entrevista > Fany Carbonell / Animadora sociocultural (Elda, 13-mayo-1988)
A Fany Carbonell le encantaba contar historias, sabiéndose ya “la niña diferente del cole”. De igual modo, de pequeña sus tías le hicieron creer que era una princesa -dentro de un mundo de mortales-, “vivía así, hasta ser una adolescente”.
Le gustaba aislarse, creándose sus propias fantasías, y estaba casi escrito que su futuro pasaría por la animación. Empezó a trabajar muy joven, pasando por infinidad de momentos de rebeldía para llegar donde está.
Desde 2015 dirige, gestiona y es el alma mater de Enre2, un espacio lúdico y social dirigido para niños de entre cuatro y doce años. “Los padres nos los dejan y regresan al cabo de dos horas, para cantar el cumpleaños feliz y comer la tarta”, indica Fany.
«Ahora disfruto más de formar, que los monitores sepan que en Enre2 le ponemos magia a todo»
¿Siempre supiste a qué te ibas a dedicar?
Muy pronto. A los quince-dieciséis años me uní a mi amiga Saray García, como si de Pinkie y Cerebro, nuestros dibujos preferidos, se tratara. Era muy gracioso porque todas las noches me preguntaba qué íbamos a hacer; a conquistar el mundo, le contestaba, la frase que continuamente decían esos ratoncitos.
¿Hoy parte de tu mundo lo has conquistado?
Por supuesto, lo conquisté y creé mi castillo, denominado Enre2, del que este mismo año hemos celebrado nuestro décimo aniversario.
¿Cómo creaste Enre2?
Trabajar como monitora en el comedor del Reina Sofía de Petrer me abrió puertas a muchos niveles. Allí dejé volar al máximo mi imaginación, llevando a cabo obras de teatro con más de sesenta niños, todos los que deseaban participar.
Sentí, poco a poco, que todo se iba encaminando, que mi destino estaba en el sector de la aminación. Pasé a coordinar muchos más colegios, paso previo a fundar Enre2. Fueron, de hecho, los propios padres los que me animaron, de cara a la escuela de verano de ese 2015.
«Estar con niños es cada día un aprendizaje nuevo, siendo además tan distinto al trato con un adulto…»
Y te atreviste.
Después de pensármelo mucho, porque jamás había dirigido una empresa y tenía mucho miedo ante esos gigantes del Ayuntamiento, como les llamaba. Sentía auténtico pánico a las entrevistas, ruedas de prensa o presentaciones.
¿Cuáles son las actividades que realizáis?
En Enre2 hacemos de todo, cada día abriéndonos más. Desde hace un par de años tenemos una sede propia, en el centro de Elda, un espacio en el que los niños se sienten libres para poder crear, de la mano siempre de un monitor. Al final se trata de una experiencia que ellos deciden cómo vivirla.
Hacemos también actividades interculturales, jornadas de convivencia, fiestas, cuentacuentos, formación, ocio para los jóvenes… Dos días (martes y viernes) los tenemos bloqueados a otras disciplinas (yoga aéreo o pole dance), aquellas que no existían en el pueblo, destinadas para más adultos.
Realmente no paras.
Estamos constantemente reinventándonos, pues es un trabajo que exige muchísimo. Me acompaña Raquel Rico Mejías, mi tía, un apoyo incondicional, clave para que no abandonara mi sueño.
Asimismo, mis dos manos derechas son Andrea Fernández y Yurena Sigüenza. Se subieron a mi carro y cada año cogen más responsabilidad: el actual, sin ir más lejos, se han hecho expertas en campamentos, escuelas de verano.
«Disfrutan de un modo distinto cuando no están sus padres, se liberan, evitando a quién recurrir»
¿Qué has aprendido de los niños?
Todos los días con ellos es un aprendizaje nuevo; el trato es tan diferente al de un adulto… Con los niños es fluir, las anécdotas que te cuentan, su día a día, la ilusión y alegría a la que vienen a Enre2, las ganas que tienen de verte. ¡Es tan contagioso!
Esos momentos ya los he pasado y ahora los vivo a través de Andrea y Yure, con una sinergia extremadamente bonita.
¿No echas de menos su contacto directo?
Muchísimo, pero cada vez Enre2 se hace más grande (ahora hacia lo rural), precisa de mi labor en la oficina y carezco de ese tiempo. Disfruto ahora mucho de formar, para que sepan -antes de empezar a trabajar- que le ponemos magia a todo, que no somos solo simples monitores.
Ese plus, vestirnos de payaso, de mago o de lo que sea, es lo que nos diferencia de los demás. Para lograrlo, una persona -en este caso, yo- debe dar vida a esos proyectos.
¿Cómo funciona Enre2 exactamente?
Fuimos pioneros a la hora de celebrar un tipo específico de cumpleaños, a veces incluso nocturnos. En nuestro espacio los padres no se quedan, regresan a las dos horas y media.
Sin duda, los niños disfrutan de un modo distinto cuando no están sus progenitores, se liberan, evitando también una figura a quién recurrir cuando sucede algo. Los problemas los solucionamos nosotros, mediante asambleas.
En parte les ayuda a madurar. A veces, desde la oficina, escucho lo que está aconteciendo y tengo que salir al grito de ¿qué está pasando aquí? (ríe).