Entrevista > Arancha Rodríguez / Directora de arte y vestuario (Ciudad Real, 10-agosto-1968)
En el desarrollo de una película o serie resulta fundamental cómo van caracterizados todos sus personajes, acorde por supuesto al guion y la época donde se ambienta la historia. De ello se ocupa desde hace muchísimos años Arancha Rodríguez, quien nos detallará las complicaciones de esta labor.
Manchega de nacimiento, hizo el examen de ingreso para la Escuela de Arte en Madrid y València, aprobándolos ambos y descartando casi al momento la capital, “ciudad que me gusta, pero solo para el ocio”. Se desplazó aquí, mientras trabajaba principalmente de modelo, “para subsistir”. Hoy también es regidora y docente.
Seguidamente hizo Diseño de Interior, “porque colaboraba en numerosas ferias”. Este trabajo le abrió nuevas puertas, entre ellas acudir a la Expo’92 de Sevilla, paso previo a introducirse en el sector audiovisual.
«Debo ser muy ágil, en todos los sentidos, porque un rodaje puede estar todo perfecto y de repente fallar algo»
¿Cómo llegas una a ser directora de vestuario?
Una vez finalizada la Expo, empecé a diseñar y el boca a boca me llevó al audiovisual, un poco de casualidad y de forma paulatina. Diseñé, al mismo tiempo varios locales de València, alguna joyería, peluquería…
¿En qué consiste exactamente tu trabajo?
Doy forma a los personajes y su entorno. Me encargo de darles entidad, vistiéndoles siguiendo las pautas del guion. Por supuesto debo tener una comunicación muy directa con el director y guionista, pues lo que hay en su cabeza lo puedo interpretar de otra manera.
Para dar relevancia a un protagonista y que no chirríe con los demás, debo tener claro en qué ambiente transcurre la historia. Si solo llevo vestuario quiero, asimismo, tener una conexión directa con arte, saber el entorno que han creado para ese personaje. Al final, mi trabajo es una negociación constante.
Desde fuera parece una labor estresante.
Es de mucha responsabilidad y, sobre todo, debes ser muy ágil, en todos los sentidos, porque muchísimas veces en un rodaje está todo muy mascado (perfecto), pero de repente falla algo. ¿Cómo lo solucionamos entonces? Con rapidez mental.
Ahí está nuestro punto de estrés, porque se rueda sin parar, hay un plan de rodaje que debemos cumplir y hay imprevistos.
«Trabajar en equipo me fascina, pero debes tener un buen entendimiento con todos y sentirte respaldada»
¿Hay otras complicaciones?
Trabajar en equipo me fascina, pero debes tener un buen entendimiento con todos y sentirte respaldada. Como directora de vestuario y arte el resto deben estar al mismo ritmo que tú, igual que todo el equipo. La individualidad en audiovisual de poco sirve.
Anécdotas habrás vivido miles.
Muchísimas, recuerdo hacer ‘L’Alqueria Blanca’ en pleno covid, la primera vez que se rodaba además con dos unidades, al ser un capítulo diario. Llorábamos, porque los planes se tenían que cambiar muchas jornadas: se ponía enfermo parte del equipo, se debían sustituir rápidamente, grabar con los actores que estaban… Un caos total.
¿Y entre las más divertidas?
Durante el rodaje nocturno de ‘Tú no eres yo’, en una casa de la Playa del Puig, hacía muchísimo calor, era pleno agosto, aunque la película transcurría en Navidades, por lo que los actores se vestían de invierno y pasaban mucho calor, ¡hubo incluso mareos! Debíamos disponer de tres vestuarios, porque sudaban tanto…
Curiosamente, en la escena final -grabada en exteriores, a pocos metros de la casa- todos los actores se desnudaban en la película y esa noche ¡hizo un frío! Fue como si nos hubiera mirado un tuerto (ríe). Menos mal que teníamos doble y triple vestuario, junto a batas desechables para que se cubrieran.
«Cuando regrese de mi baja tendré que contactar con todos los productores, pues este sector es como una rueda»
¿Cuáles han sido tus trabajos más relevantes?
En series, la mencionada ‘L’Alqueria Blanca’ y las dos temporadas de ‘CCCC Stories’, microrrelatos de unos siete minutos rodados en el Museo del Carmen, para las redes principalmente.
Ya en películas, ‘Viva la vida’ (2019), dirigida por José Luis García Berlanga, con Pablo Chiapella, Guillermo Montesinos y Lola Moltó; y ‘Una mujer con unas alas tremendas’ (2019), con Pedro Pérez-Rosado como director, un film protagonizado por Victoria Salvador.
Con el propio Nacho Ruipérez, director de ‘L’Alqueria’ también hice el corto ‘La ropavejera’ (2014), nominado al Goya, con Ana Torrent como estrella.
¿En qué proyecto estás ahora?
Debido a un accidente que sufrí en marzo, me operaron del tobillo y he tenido que renunciar a varios trabajos. Es imposible que aguante doce horas de plató.
Lo único que he hecho desde entonces ha sido ‘La cortinilla’ en ‘A la Fresca’, de À Punt, que la hago todos los años. Tuve que realizarlo en silla de ruedas; casi todo el proceso fue previo, en casa. Asimismo, el corto ‘Els llençols blancs’, de Alicia Arnau.
¿Cuándo tienes previsto reincorporarte?
En octubre ya estaré disponible, pero como he dicho no a tantos proyectos, tendré que volver a contactar con todos los productores, pues el sector del audiovisual es como una rueda.