Entrevista > Frank Berenguer / Actor de doblaje (Almoradí, 1-octubre-1978)
Frank Berenguer persiguió toda su vida el deseo de ser actor profesional de doblaje, meta que está cerca de conseguir. Muchas veces dudó de sí mismo, “me suelo hacer de menos”, confiesa, pero poco a poco va metiendo la cabeza en un sector sumamente cerrado.
Hace poco más de dos años, mientras trabajaba en una funeraria, la pérdida repentina de un familiar le afectó sobremanera y supo que era el momento de cambiar. Se matriculó entonces en la escuela de doblaje online ‘35mm’, ubicada en Navarra.
Todavía sin haber intervenido en una película completa, entre sus trabajos más relevantes, diversos fragmentos de Gollum y Smeagol, protagonista de ‘El Señor de los Anillos’, y el proyecto final del anime ‘Castlevania, la ira del inmortal’.
¿Cómo llegas al mundo del doblaje?
Lo hice en un momento de reflexión, tras el desgraciado fallecimiento -totalmente inesperado- de mi sobrino. Dejé atrás todo, lanzándome hacia mi pasión.
«Hay muchísimo audiovisual que no llega al mercado español, por una cuestión puramente económica»
¿Se puede decir que eres todavía novel?
Sin duda. Hasta ahora sobre todo lo que he hecho son ‘fandubs’, doblaje semioficial de una serie o película de la que eres muy aficionado.
Te referirás a las menos conocidas.
En absoluto, hay muchísimo audiovisual que no llega al mercado español, por una cuestión puramente económica. La productora que ha realizado la película, por ejemplo, pide presupuesto en nuestro país a firmas o estudios de doblajes y si no le es rentable, no se dobla.
¿El sector del doblaje sigue tan cerrado?
Muchísimo, es la mayor lucha de los que llegamos nuevos. No solo ahora, sino toda la vida he querido dedicarme a esta profesión. Recuerdo que años atrás apenas había dos escuelas de doblaje, en Barcelona y Madrid, con un gueto muy marcado, especialmente en la capital.
«Según las productoras americanas, el doblaje que se hace en España está entre los mejores del mundo»
¿Quiénes han sido tus grandes referentes?
Ya desde pequeño -diez u once años- tenía claro que el idioma original de muchas películas no era el castellano. Quise investigar, sabiendo que estaba vinculado a la interpretación.
Finalmente descubrí que la actriz que más me gusta, Sigourney Weaver, estaba doblada por María Luisa Solá, algo que representó toda una sorpresa.
Le rindió precisamente un homenaje en los Goya.
El pasado año, porque al menos en mi opinión la voz en castellano de Weaver es mejor que en inglés original. No es por desvalorarla, pues como actriz es un diez.
En ese sentido, ¿el doblaje en España es bueno?
Según las productoras americanas, está entre los tres mejores del mundo, junto al que se hace en Alemania y Japón. También es notable el de Reino Unido.
«Soy capaz de poner un sinfín de voces, pese a que en un principio no me veía capacitado para esta labor»
¿Se dobla correctamente o en ocasiones lo que interesa?
Lo que sucede es que hay un proceso de adaptación al guion: frases hechas en inglés no se pueden traducir literalmente o en castellano no suenan igual. Décadas atrás, en la época franquista, sí se producía una importante censura, pasaban unos inspectores que decidían qué se podía decir o no.
¿Cuál es tu técnica y registro?
Los profesores nos guían siguiendo unas bases de obligado cumplimiento. A partir de ahí cada uno tiene su forma de trabajar, teniendo en cuenta que desde la pandemia todo está digitalizado. Me gusta hacerme anotaciones en el ordenador táctil, códigos o indicaciones para saber cómo interpretar ciertas frases.
En cuanto al registro soy capaz de poner un sinfín de voces, pese a que en un principio no me veía capacitado para esta labor.
¿Por qué?
Posiblemente porque me suelo hacer de menos. Durante años no me gustó mi voz, sobre todo al principio, pero poco a poco la fui impostando y modulando, cambiando el timbre y metiéndome en los personajes que me daban.
Me di cuenta que ya no era yo, sino que estaba dentro de un personaje: me había plasmado en él. En ese momento empieza a gustarte, como me pasó con Gollum o Timón, de ‘El Rey León’.
«En el fondo estoy luchando por mi sueño y anhelo aportar una nueva voz al mercado audiovisual»
¿Qué dificultades te vas encontrando?
El doblaje es un trabajo muy sacrificado, comparable al de un médico en cuanto a la entrega y vocación. Además, es una labor que no para de permutar y donde siempre se puede mejorar, sin ir más lejos en matices mínimos de la voz.
¿Notas que la tuya vaya modificando?
Por el momento no (ríe). En teoría las cuerdas vocales envejecen al mismo tiempo que nuestro cuerpo. Por eso es fundamental saber cuidarla, no abusar de las bebidas frías, descansar bien…
¿Ahora en qué estás focalizado?
Además de en mi otro trabajo, sigo con las prácticas semanales en València, que no son baratas, y he asistido a alguna máster class en Cieza (Murcia). En el fondo estoy luchando por mi sueño, repito, y anhelo aportar una nueva voz al mercado audiovisual.