A medio camino entre Dénia y Xàbia se localiza la Cova Tallada, uno de esos rincones que hace de la provincia de Alicante única y maravillosa. Les explicaremos su exigente ruta, no apta para todos, especialmente su acceso a la antigua cantera de piedra tosca.
Pero antes les queremos detallar cómo es y algunos de los atractivos que reúne, la mayoría visibles a nivel del mar, en los acantilados de la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, una prolongación del Parque Natural del Montgó.
Por otro lado, la cueva no está exenta de peligros, al estar en plena naturaleza. Se pueden dar múltiples riesgos, como caídas desde diferentes alturas, rocas cortantes o riesgo de ahogamiento. Además, no existe cobertura en el lugar y tampoco servicio de socorrismo.
Una excursión corta
La ruta hacia la Cova Tallada desde Dénia es una excursión corta, aunque de dificultad moderada-alta, al tener que superar una senda por un terreno irregular y descender por rocas resbaladizas para acceder a la propia cueva.
El premio será mayúsculo, poder visitar un lugar único y fascinante de la geografía alicantina. Recomendamos vestir calzado adecuado, llevar mucha agua -sobre todo en los meses de verano- y algo de comida, para reponer fuerzas.
Se trata de una ruta de ida y vuelta de unos cuatro kilómetros que se lleva a cabo en poco menos de una hora. Para los más pequeños está la opción (más sencilla) de realizar una visita guiada en kayak, introduciéndose incluso en la cueva.
Está en los acantilados de la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, prolongación del Parque Natural del Montgó
Les Rotes
Desde Dénia comenzamos en Les Rotes, una zona de costa rocosa llena de casitas de campo entre pinares. Tengamos igualmente en cuenta que en verano la Cova Tallada es un espacio sumamente concurrido y es complicado hallar aparcamiento.
Un buen consejo es llegar pronto para encontrar hueco en el mismo, a unos quinientos metros del inicio de la ruta, si bien hay un tren turístico en verano desde Dénia y autobús todo el año. Otra posibilidad es caminar por un paseo junto al mar en la playa Marineta Cassiana: si tenemos tiempo es ampliamente recomendable.
Les Rotes es también el comienzo de la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni y punto de avistamiento de cetáceos. Resulta idóneo para un refrescante baño y practicar snorkel en un singular entorno, rodeado de pequeñas calas de roca.
El propio sendero
Ya perfectamente aparcado nuestro vehículo, caminamos por la calle Vía Láctea, remontando una empinada cuesta. Al final de ella llegamos al control de acceso, lugar donde arranca el sendero hacia la Cova Tallada y el desvío a la Torre de Gerro.
El paraje natural es digno de visitar, por su enorme belleza. Más allá de la mencionada reserva marina, están los impresionantes acantilados del Cap de Sant Antoni o la historia de la cueva, que fue cantera de piedra tosca desde el siglo XVIII.
En su interior tenemos la espectacularidad de las galerías, parte naturales, parte excavadas por el hombre. Su acceso, como veremos, es complicado, pero bien vale la pena: por ello miles de personas acuden a verla cada año.
La peligrosidad
Unas escaleras no conducen a un tramo rocoso, paso previo a la zona con cuerdas y nuevamente escaleras -más largas- de bajada. Superadas, viene otro terreno rocoso e irregular y un paso más sencillo, también con cuerda.
Alcanzamos el punto donde hay que descender para entrar en la cueva, el punto más complicado, pues hay que bajar por las rocas hasta situarse por encima del nivel del mar. Se realiza con ayuda de una cadena, siempre con mucho cuidado, porque las rocas están pulidas y es sencillo resbalar.
Una vez abajo debemos desplazarnos entre las rocas en dirección a la boca de entrada de la cueva. Es preciso ayudarse de las manos, por lo que deben estar libres en todo momento, y solo entrar en la cueva si el mar está en calma. Debido a su peligrosidad, todo aquel que decide visitar el lugar lo hace bajo su propia responsabilidad, aceptando los riesgos.
Debido a su peligrosidad, el que decide visitar el lugar lo hace bajo su propia responsabilidad, aceptando los riesgos
Su interior
Dentro de la Cova Tallada existen numerosos salas -algunas inundadas- y diferentes aberturas por las que poder salir al mar y al arrecife natural que protege la entrada de la cueva. Es todo un regalo visual.
La parte más profunda de la cueva se puede visitar caminando, preferiblemente con ayuda de linterna o frontal. Allí, si se está en silencio se podrá descubrir uno de los secretos que esconde la parte más profunda de la gruta.
No hay nadie que quede indiferente ante este obsequio de la naturaleza, uno de los rincones más icónicos y fotografiados -ahora en exceso por las redes sociales- de la provincia alicantina.